El horizonte de la economía del conocimiento es tan amplio como su capacidad para seguir generando valor a partir de la creatividad vinculada al uso de la tecnología. En Mendoza, por ejemplo, el sector del software y de la informática tiene la tasa de crecimiento más alta de Argentina, doblando incluso el desarrollo que muestran los de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, Córdoba y Santa Fe. Actualmente, esta vertical en su conjunto, genera desde la provincia ingresos por U$S 320 millones anuales.
Desde la industria del espectáculo y el entretenimiento hasta el desarrollo de aplicaciones y de servicios con base tecnológica, la economía del conocimiento crece en Mendoza con ritmos diferentes pero con una dinámica orgánica. En sus respectivos ecosistemas genera empleo genuino y demanda perfiles cada vez más especializados. Este sector es una realidad cada vez más palpable en nuestra matriz de producción y dueña de múltiples casos de éxito.
La industria audiovisual, por ejemplo, en el Distrito 33 tiene un lugar de referencia. El Parque de Innovación y Tecnología de la Ciudad, en los terrenos del ex predio ferial de la UCIM. Allí opera el cluster Film Andes, que dotará a Mendoza de la infraestructura para producciones audiovisuales de primer nivel. El sector audiovisual según proyecciones podría generar U$S50 millones en inversiones y contribuir en el desarrollo de 6.000 puestos de trabajo; recuperando aproximadamente U$S80 millones por las ventas de sus producciones.
Caminos paralelos
En Mendoza la cultura de las start-up y de las productoras, como modelos de gestión creativa, conviven en sus calles con la vista puesta en el área de San Francisco o en las colinas de Los Ángeles. La provincia es un terreno fértil, con sello propio, al que otras empresas observan con interés para invertir. Recientemente, Yair Chen, un empresario de origen israelí, anunció que evalúa abrir una oficina en la provincia para brindar soluciones de softweare para el exterior.
“Lo que más nos llamó la atención de Mendoza es que aquí hay ganas de progresar, donde una cooperación mutua entre empresas y Estado es un ganar-ganar”, sostuvo Chen; CEO de la empresa Yaya Soft con oficinas en Tel Aviv, Rusia, Polonia, Inglaterra y Colombia. En casa, como uno de los tantos ejemplos de éxito, podemos mencionar el caso de Belatrix que años atrás fue adquirida por Globant -compañía internacional líder en el rubro del software-, y que cuenta con 9.000 profesionales distribuidos en 17 países.
Desde la cacería de talentos a la consolidación de una vertical made-in Mendoza, la economía del conocimiento parece tener un campo tan inexplorado como el universo. En mayo, el Talent bus de la empresa Accenture hizo escala como parte de su gira nacional en la Universidad Tecnológica Nacional y la Universidad Nacional de Cuyo, buscando en el gran Mendoza y San Rafael candidatos a cubrir las 1.000 posiciones para brindar servicios de seguridad informática y data analytic. Corina Arosteguy, directora argentina de Accenture, comentó que tienen 800 trabajando en remoto y que quieren duplicar ese número con gente de las provincias.
“Hay que seguir trabajando en el área de la tecnología”, sostienen desde el Gobierno. Las TICS están creciendo fuertemente, hay polos de desarrollo en el Gran Mendoza y en San Rafael, en tanto que lentamente se proyecta al crecimiento de la zona Este y el Valle de Uco. Este crecimiento puede contabilizarse en números: en 2018 se exportaron U$S 167 millones anuales y en la actualidad, con más de 1.500 posiciones formales, se llegó los U$S 320 millones.
¿Por qué Mendoza?
“Mendoza se eligió sola. Teníamos una persona trabajando acá y él trajo un amigo. De pronto se armó una unidad que fue creciendo y tiene más de 30 personas”, contó Eugenio Díaz Lis, del área de negocios de la firma Patagonian. La empresa de tecnología nacida en General Roca exporta el 90% de sus productos a 15 países desde sus oficinas en Argentina, Colombia y los Estados Unidos. En su porfolio de clientes figura el Banco Interamericano de Desarrollo (BID).
“Cuando vinimos a visitarlos a Mendoza nos quedamos muy sorprendidos con la ciudad, con sus paseos, con sus lugares. Al ver todo esto, empezamos a pasear y la decisión de instalarnos aquí fue de generación espontánea”, agregó Díaz Lis. Sus universidades, sus profesionales, su conectividad y la calidad de vida que ofrece Mendoza hacen de la provincia una plaza atractiva para invertir tiempo libre. Patagonian, como otras sarts-up, ofrecen a sus posiciones la chance de elegir un lugar en donde “vivir” y uno de los destinos más elegidos es el de Mendoza.
En San Rafael, “las empresas que están vinculadas al nodo sur tienen por lo general menos de 10 empleados. Hay algunas con 100 personas, pero son sólo tres o cuatro de las 25 que se han registrado”, indicó Ángel Quiles, presidente del Polo de Innovación Tecnológica de San Rafael en una entrevista en Los Andes. Europa y particularmente Barcelona son los mercados en los cuales las firmas sanrafaelinas (como Possumus) han hecho pie.
Pensar el futuro
“Tenemos que empezar a pensar en los usuarios que aún no conocemos; cuando mi hijo de 11 años tenga 20 ¿cómo será en mundo? Es algo complicado. Hay que pensar en nuevos desarrollos, en nuevas aplicaciones. Por citar un ejemplo, estoy terminando los cuarenta y tengo presbicia. Me encantaría una aplicación que, sin aumentar la pantalla, me solucione la lectura. Sé que en algún momento alguien lo va a inventar”, puntualizó Diego Marín. Él junto a Ariel Sáenz, Lucas Villarreal y Rubén Gumiel son los impulsores de Lindo, un estudio creativo que ofrece servicios de software al sector del retail.
“En el futuro habrá más trabajo porque los servicios cada vez son más específicos y en Estados Unidos, ya podés elegir a tu paseador de perros como si fuera Tinder”, puntualizó Marín. En el tiempo que se multiplican los casos de éxito, nacen nuevas star-ups y se sostiene su dinámica orgánica de crecimiento; en el campo audiovisual, la productora nacional Kuarzo (ex Edemol) observa el Distrito 33 como base de operación.
El marco jurídico y la generación de fondos de inversión, incubación y aceleración de proyectos es uno de los atractivos que ofrece la provincia a los realizadores. El programa Mendoza Audiovisual, con reintegros del 40% del capital invertido, es un testimonio del momento económico que ofrece la industria. Con un set de filmación a los pies del Cerro de la Gloria, el sector vuelve a recuperar ese espíritu hollywoodense que supo tener en el siglo pasado; cuando Bratt Pit llegó a Mendoza para filmar “Siete años en el Tibet”.
Mendoza es una realidad entre Hollywood y Silicon Valey, un territorio de convivencia para dos industrias que tienen mucho por ofrecer. Deberíamos confiar, en que en un futuro no tan lejano, sus caminos se conectarán de alguna forma. Como diría Steve Jobs: “No puedes conectar los puntos mirando hacia adelante; solo puedes hacerlo mirando hacia atrás”.