En lo que va de la temporada se han perdido 61 mil hectáreas cultivadas y uno de los sectores más afectados por las contingencias climáticas es el vitícola. En medio de esta situación se reunió la Mesa de Concertación para tratar la “situación de los mercados, pronóstico de cosecha , precios de referencia y otros temas propuestos por los interesados”. Aunque no hubo acuerdo en este primer encuentro, se espera un año de “precios excepcionales, por la escasez”.
Las discusiones se centraron en la necesidad de una “fórmula polinómica” que permita marcar precios de referencia como base para discutir con las bodegas, en los que se tenga en cuenta la inflación, los costos de producción, la rentabilidad de los productores y la escasez de oferta. Se plantearon precios que van desde los $110 y hasta $280, según las variedades y zonas de producción, aunque en algunos casos, se solicitó “equiparar el kilo de uva fina al dólar blue”.
Participaron del encuentro los principales referentes de los productores de uva, cámaras de elaboradores de vino, técnicos del Instituto de Desarrollo Rural, los subsecretarios de Industria y Comercio, Alejandro Zlotolow y de Agricultura y Ganadería, Sergio Moralejo; la Dirección de Fiscalización y Control (con José Cortez a la cabeza), y la de Agricultura (Valentina Navarro Canafoglia, su directora).
Los precios de la uva
Sebastián Lafalla, dirigente y productor vitícola en el Valle de Uco fue uno de los primeros en reclamar una fórmula polinómica para que la mesa de Concertación sirva para discutir precios de la uva que ayuden a mejorar la posición de los productores en el mercado. Solicitó que la misma tenga en cuenta la inflación, el daño climático, y qué porcentaje de la producción se destinará a mosto.
Asimismo, consideró que el Instituto Nacional de Vitivinicultura tiene que estar sentado en la mesa, con pronósticos de cosecha certeros (que se den a fines de diciembre -el próximo estaría recién a mediados de febrero-) y con los términos del acuerdo Mendoza-San Juan para conocer qué cantidad de producto habrá luego de la temporada.
La fórmula fue un punto de encuentro entre los productores que discutieron precios más altos o menos, en función de la zona en la que estén ubicados los viñedos. Asimismo, Pablo Asens, presidente de la Federación de Cámaras de Productores Vitícolas de la República Argentina, destacó que se debían pedir precios sensatos, que puedan ser pagados por los bodegueros, con las diferencias por oasis y disponibilidad. “Que se pague $115 por uva criolla en San Martín o San Rafael y $240 por el Malbec es un buen precio, pero es barato para el Valle de Uco”, puso como ejemplo.
“No podemos poner la vara para todos iguales, en San Rafael nos asemejamos más al precio de la uva en San Martín, pero estamos muy lejos (relación azucar por kilo) de lo que se produce en el Valle de Uco o en San Juan”, comentó y pidió “no tirar precios al boleo (precios analizados pero que corresponden a sectores especiales, no al general)”. “Este es un buen año para el productor que tenga cosecha, pero muchos van a ver pasar este año como un punto de inflexión muy grande para quienes están frente a la decisión de abandonar las fincas. Es un momento de hacerle entender a las bodegas de que lo que ha quedado debe sostenerse, este es un año excepcional por la escasez, pero hay que generar una fórmula que sirva a futuro”, agregó Asens.
Es que, Mario Leiva, presidente de la Sociedad Rural del Valle de Uco, señaló que los costos del sector han aumentado en dólares, y el precio que deberían recibir los productores debería acercarse al precio de un dólar a valores blue por kilo, y señaló que una bodega en particular ya ofreció pagar $376 por kilo de malbec.
Cuánto saldrá la uva
Un cálculo presentado por los productores a la mesa de Concertación tuvo que ver con un estudio del INTA que sugiere alrededor de $110 para la “criolla mezcla”; de $260 a $280 para las “blancas A”; de $135 a $140 para las “blancas B”; de $230 a $240 para las “tintas A” y de $160 a $165 para las “tintas B”. Precios de contado, y si se paga en cuotas, se debe sumar un ajuste por inflación.
Sin embargo, los productores calculan que un tercio de la producción se perdió por el granizo y las heladas, y también se afectó la calidad de la uva en muchos casos, por lo que las bodegas saldrán a “asegurarse el producto” y podrían obtenerse valores más altos.
De acuerdo con Sergio Villanueva, gerente de la Unión Vitivinícola Argentina, “no hay oferta” y quienes levanten la cosecha podrán negociar mejores precios, sin embargo, el sector reclama una fórmula que permita estabilizar el sector para los años en los que el precio decaiga por una mejor cosecha. Los últimos datos que destacó el representante del sector vitivinícola fueron que de 19,3 millones de quintales que hay en el país, 13,3 millones corresponden a Mendoza.
Lo mismo aseguró Edgardo Roby, presidente de la Asociación de Productores del Oasis Este de Mendoza, quien comentó que los productores que están vendiendo ahora están comenzando a ver precios cercanos a los mencionados anteriormente, desde $100 por kilo.
Asimismo, Nicolás Vicchi, de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (ACOVI), consideró que este año habría que garantizar al menos un precio que contemple la inflación por sobre el del año anterior y desde allí comenzar a discutir.
La ausencia de Bodegas de Argentina, ¿por qué no se sientan a discutir precios?
La mayoría de los productores presentes en la mesa de Concertación reclamaron la presencia de representantes de Bodegas de Argentina, e incluso le reclamaron a los funcionarios presentes que se les exija sumarse.
Sin embargo, el director de Fiscalización y Control, José Cortez, inició el encuentro contando que la entidad se había excusado, mediante una carta, explicando que el mismo estatuto constitutivo les impedía juntarse a discutir precios, aunque aseguraron estar predispuestos para otro tipo de actividades en las que se sienten los principales referentes de la vitivinicultura.
Impacto de la menor cosecha de uvas en la economía de Mendoza
De acuerdo con el economista Jorge Day, para esta temporada, se pronostica una muy baja cosecha de uvas en nuestra provincia. Pésima señal para el sector bodeguero, con aumentos en los costos de su materia prima. A eso se suma un mercado externo no tan atractivo, debido a un dólar oficial atrasado, y a un posible mercado interno estancado.
“A mediados de febrero se tendrá un primer pronóstico oficial. Mientras tanto, tomaremos en cuenta una proyección sectorial, de una caída del 25% con respecto al año pasado”, aseguró el economista que se propuso medir el impacto de la menor cosecha en la economía provincial.
De acuerdo con Day, con esa referencia, se podría decir que esa menor cosecha, por sí sola, generaría en Mendoza una disminución de 2 puntos porcentuales en su PBG y otra del 15% en sus exportaciones. En este último indicador, quizá sea mayor la caída porque se agrega el dólar oficial rezagado, que desalienta las ventas al exterior. En este sector, en general los precios de exportación son menos variables, con la excepción de los jugos de uva (mostos).
En recaudación en el principal impuesto provincial, Ingresos Brutos, el impacto sería mucho menor, debido a que las alícuotas son menores para esta actividad (cero en la etapa agrícola, y baja en la industrial).
En general, el empleo varía en menor proporción que la producción. En este punto, un problema estructural del sector es la escasez de mano de obra en los viñedos, en especial para cosechas. Este fenómeno se debe a varios motivos, entre los cuales puede mencionarse la emigración rural (típica en el mundo) y la existencia de planes sociales (no se busca trabajo para no perder los beneficios de esos planes). Siendo así, la menor cosecha hará menos escasa la mano de obra, al menos durante esta temporada.