El olivo es uno de los cultivos emblemáticos de la provincia. Aunque en los últimos años la actividad ha sufrido una importante baja y erradicación en Mendoza, cuenta con una amplia distribución en todos los oasis productivos y por su superficie cultivada es el de mayor extensión entre los frutales, exceptuando a la vid, por supuesto.
De acuerdo a los Indicadores de Productividad de Olivos para la temporada 2023/2024 elaborados por el Instituto de Desarrollo Rural (IDR), la provincia ha perdido más de 4.000 hectáreas cultivadas en solo cuatro años y se ha reducido casi a la mitad desde 2010. Según el Censo Frutícola Provincial 2010, ese año tenía 20.642 ha, pero para el Censo Nacional Agropecuario del 2018 se registraron 15.825 ha y para la actualización del 2022 la cifra cayó a 11.113 ha.
En promedio, en cuatro años Mendoza tuvo una disminución del 30% de la superficie cultivada. En contrapartida, otras provincias como La Rioja, Catamarca y San Juan aumentaron su extensión. Pese a esto, el sector local se resguardó en la calidad superlativa del producto mendocino y, en una nueva etapa que se está transitando, la gran esperanza radica en la reconversión de los cultivos, apostando por sistemas intensivos, de menor rendimiento por planta, pero con mayor densidad de plantación, lo que permite la implementación de cosecha mecánica, mejorando los márgenes de ganancia de la actividad.
El Oasis Norte, con Maipú, Lavalle y Las Heras a la cabeza, es la zona de mayor producción olivícola de la provincia con 5.219 hectáreas cultivadas con olivos. Le sigue el Oasis Sur, donde San Rafael concentra casi la totalidad de las 3.796 ha que tiene la región. En tanto, el Oasis Este cuenta con 2.570 ha, repartidas en Rivadavia, San Martín y Junín, principalmente.
“Mendoza ha perdido superficie, si uno mira los últimos años se ve una erradicación. La provincia ha tenido siempre una matriz de productores pequeños que en los últimos años han cambiado su actividad o han abandonado los olivares. Si uno mira los últimos 20 años, ha habido muchos momentos de precios internacionales muy planchados. En los países mediterráneos cuentan con un apoyo de subsidios por parte de los gobiernos y sufren menos estas crisis que países como el nuestro, donde no tenemos este tipo de subsidios. Esto ha hecho que Mendoza, con su olivicultura tan tradicional, con su productor más chico, menos especializado, haya perdido muchas hectáreas”, graficó Miguel Zuccardi, el responsable de la elaboración de los aceites de Zuelo y los varietales de Familia Zuccardi.
Una cosecha baja, pero precios fortalecidos
Si nos centramos en la temporada actual, la cosecha está en marcha transitando ya el tramo final. Aunque no existe un pronóstico como el que se realiza con otros frutales de la provincia, de acuerdo a los resultados del relevamiento del IDR la expectativa es de un volumen de producción menor al del año pasado, afectados por las inclemencias climáticas sufridas durante el año pasado, principalmente el viento Zonda y temperaturas medias por encima de las esperadas.
“Mendoza durante el 2023 sufrió 12 vientos Zonda en el año, el número más alto de los últimos 20 años y desde setiembre a noviembre se registraron 6 de esos 12 eventos, coincidentes con el período de floración, provocando en algunas zonas deshidratación de brotes e inflorescencias, como también muchos daños en estructuras de las plantas”, indicaron desde IDR.
Esto provocó que no todos los oasis de Mendoza hayan tenido la misma afectación. “Tenemos que esperar los resultados finales, pero en principio no van a ser tan buenos, tampoco van a ser tan malos. Se pueden ubicar por zonas. No se puede dar un informe parejo, porque la temporada no lo ha sido”, comentó Mario Bustos Carra, gerente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen).
Carlos Saez, gerente de Olivícola Laur, coincidió con el informe elaborado por el IDR, señalando al viento Zonda y al calor prolongado como los principales motivos de la baja en la cosecha. A eso sumó la dificultad de que “cada vez hay menos aceituna en Mendoza”.
Por su parte, Miguel Zuccardi explicó que, pese a que no se puede cuantificar todavía, la baja se puede percibir en todas las zonas de Argentina. Asimismo, comentó que el olivo tiene típicamente años de baja y años de más alta productividad, en nuestra zona, ligados a los eventos climáticos.
María Ravida, elaboradora de AOVE bajo la marca que lleva su nombre y asesora de la producción de Tapiz, adhirió a la visión de que las condiciones climáticas afectaron el rendimiento de esta cosecha y sumó que también hubo zonas muy afectadas por el granizo, lo generó una menor cantidad de materia prima para los aceites.
Más allá de eso, todos coincidieron en que la calidad de la oliva mendocina no se ha visto afectada. “La calidad se mantiene. En general, las condiciones organolépticas del nuevo aceite y de la aceituna de mesa, se mantienen como siempre en Mendoza, muy buenas. Eso es lo mejor que tenemos”, destacó Bustos Carra.
“Se están elaborando aceites oliva de muy buena calidad, la tendencia en la mayoría de los productores es comenzar a elaborar más temprano, que si bien los rendimientos en aceite son más bajos, se opta por la calidad, AOVE herbáceos, con mayor contenido en antioxidantes naturales como los polifenoles, con caracterización varietal”, añadió Ravida.
Pese a que Argentina apenas representa un 2% de la producción mundial, con el volumen nacional a la baja, sumado a un contexto internacional donde los principales países productores, como España e Italia, vienen de años de baja productividad, ha provocado una suba de precios de la aceituna y del aceite de oliva en general.
“Los precios están altos, pero Argentina no es formadora de precios. Los que forman los precios son justamente España e Italia, que son los más grandes productores. En las cifras de exportación del año pasado se puede ver que crecimos no tanto en volumen, pero sí en precio. Porque al fracasar las cosechas en Europa se ha exportado mucho aceite en Argentina. Pero eso también ha hecho que caiga un poco la venta en el mercado interno argentino porque realmente los precios están bastante altos”, describió el gerente de Asolmen.
Este panorama internacional de alta demanda provocado por la escasez, de acuerdo a Miguel Zuccardi, contrasta con el mercado argentino, donde, también afectado por el contexto macroeconómico, el consumo está a la baja. “Argentina exporta su mayoría, pero para los que trabajamos también en el mercado local, el año ha comenzado con una baja debido a los altos valores y también a la situación puntual de recesión que estamos viviendo”. argumentó.
La apuesta por la reconversión
En una mirada optimista sobre el futuro del sector, una de las claves es la reconversión hacia cultivos intensivos. “Tenemos olivos que son árboles, entonces es muy difícil implementar cosecha mecánica en ese tipo de olivares. Es necesario una reconversión profunda hacia olivares que toleren o permitan la cosecha mecánica. En primer lugar, porque no hay mano de obra, que eso lo siente y perjudica a todo el sector agrícola de la provincia de Mendoza y de las otras provincias también. Y por otro lado, por una cuestión de costo de implementación de la cosecha mecánica, la cual baja los costos muchísimo”, aseguró Bustos Carra.
En este sentido, el gerente de Asolmen adelantó: “Hay un proyecto en el cual nosotros hemos sido principales impulsores, que es en una zona cercana a Lavalle, donde se busca imponer unas 1.500 o 2.000 hectáreas de nuevos olivares. Para eso estamos trabajando con el Gobierno de Mendoza, con el Departamento General de Irrigación y la parte privada. Estamos buscando alternativas, porque la olivicultura de Mendoza fue la principal del país durante muchos años”.
Desde la perspectiva de Bustos Carra, la provincia puede todavía volver a ocupar el primer plano nacional: “No tenemos por qué sacrificar esa posición. Tenemos la posibilidad, capacidad industrial instalada, conocimiento, los contactos comerciales… Lo que hace falta es una política en conjunto con el sector público a los efectos, no que subsidie, sino que nos ayude a abrir puertas y destrabar situaciones que nos permitan llevar adelante los emprendimientos”, planteó.
Para Carlos Sanz, la reconversión sería una de las herramientas para recuperar el terreno perdido por Mendoza en el plano nacional. “Estamos fomentando y comunicando todos los beneficios del aceite de oliva y todas las ventajas que tiene para tratar que esto se reactive y que vayan surgiendo nuevos emprendimientos con este nuevo sistema de plantación. La realidad es que hay que reconvertirse en una cuestión de avance tecnológico”, dijo el olimaker.
Desde la perspectiva de María Ravida, este sistema ha sido lo que ha posicionado a San Juan como uno de los referentes en el país, algo que todavía no se completa en nuestra provincia. “Las plantaciones en sistemas intensivos y superintensivos son una realidad en la provincia de San Juan donde se implantaron nuevas hectáreas en los últimos años. En Mendoza no ocurrió lo mismo, quizás la mejora de los precios internacionales y la acentuada baja en la superficie de cultivo de olivares, haga revertir la tendencia acá”, completó
Festejos por el Día de la Olivicultura en Mendoza
Ayer 24 de mayo se celebró el Día Nacional de la Olivicultura, que se festeja desde 1951. Esta celebración fue establecida mediante el Decreto Nacional Nº 7030/53, promulgado el 24 de mayo de 1953. Inicialmente, en 1942, se llevó a cabo la primera edición de la “Fiesta Nacional de la Olivicultura”, conocida entonces como “Fiesta del Olivo”. Posteriormente, en 1953, se cambió su nombre por el de “Fiesta Nacional de la Olivicultura” mediante un proyecto de ley de la Cámara de Diputados de la Nación que la declaró de Interés General.
A raíz de esto, este año el sector ha planeado una serie de eventos que, a raíz de las condiciones climáticas, se han reprogramado. El primero de ellos es la Fiesta provincial del Envero, que será los próximos 22 y 23 de junio en Plaza del Museo de Las Bóvedas, San Martín.
Será el primer encuentro de productores olivícolas organizado por el Emetur, IDR y Asolmen. Durante esta jornada realizarán plantado de olivos, presentación de los caminos del olivo, shows musicales, degustaciones de aceites de oliva virgen extra, habrá stands con productores y emprendedores olivícolas (desde aceites de oliva, aceitunas de mesa, hasta productos cosméticos realizados a base de oliva), ebanista que desarrolla su trabajo con madera de olivo, chefs realizando platos con aceites de oliva, entre otros).
El segundo evento reprogramado, que todavía no tiene fecha confirmada, es el Paseo de los Olivos Centenarios. Se trata de la creación del mismo en la Quinta Agronómica (Calle Las Casuarinas II), dónde se realizarán señaléticas sobre la explicación del lugar y de la historia mendocina en el sector olivícola.