“Zaragoza no es una gran metrópolis. Tampoco es famosa por la fabricación de prendas de vestir, ni por la pesca. De hecho, con menos de 800.000 habitantes, la modesta ciudad solo cuenta con la sexta parte de la población de Madrid y Barcelona. Zaragoza tampoco es un puerto de pesca de importancia: está ubicada a 250 km al noroeste del Mediterráneo y a 250 km al sureste del Océano Atlántico.
Entonces, ¿Por qué el negocio de la moda de la tienda Zara no es manejado directamente desde las capitales de la moda en Europa, como Paris o Milán? ¿ o desde las regiones de fabricación de textiles de bajo costo en China?. ¿ Por qué Caladero, la compañía de procesamiento de pescado, envía 200.000 toneladas de pescado por año hacia un almacén rodeado de tierra árida a 250 km del mar? La respuesta se encuentra en la economía de cómo y hacia dónde se mueven los productos desde una multitud de fuentes globales hacia una multitud de tiendas de distribución. La elección es debido a una aglomeración de actividades económicas conocidas como clústers logísticos, que se centran en ese lugar”. Son fragmentos del libro “Clusteres Logísticos”, Brindando Valor e Impulsando Crecimiento, de Jossi Sheffi.
La decisión e iniciativa público-privada de crear PLAZA (Plataforma Logistica Zaragoza) sobre un predio de 1.400 hectáreas, cercana al aeropuerto y con muy buenas vías de acceso, fue el punta pie inicial para que la actividad logística se transformara en una actividad esencial para Zaragoza y motivo de radicación de muchas industrias en el lugar.
La logística es transversal y fundamental para toda actividad económica, cuya tercerización se ha incrementado y complejizado en el tiempo, requiriendo mayor profesionalización, innovación y tecnología. Entre las ventajas de la tercerización se encuentran: la focalización en la actividad principal del negocio, la transformación de costos fijos en variables y el logro de una mayor eficiencia con ahorro de costos.
El crecimiento del comercio electrónico, los cambios en la cadena de suministro mundial -generando la reubicación de actividades económicas en lugares diversos-, conjuntamente con los efectos de la pandemia y la invasión de Rusia a Ucrania, han acelerado este proceso.
Mendoza tiene costos logísticos altos, lo que representa una gran oportunidad de mejora para que sus productos ganen en competitividad. Somos el lugar natural por donde fluyen mercaderías desde y hacia Brasil, Uruguay, Paraguay, Argentina, con un promedio diario aproximado de 1.300 camiones en ambas direcciones, a pesar de su ineficiencia. El 75% de la carga terrestre proveniente del Mercosur que se dirige a los puertos del Pacífico lo realiza a través del Paso Cristo Redentor.
Sin embargo, en la actualidad y conforme regulaciones vigentes, la apertura del túnel se rige por un horario de verano y uno de inverno. En el verano, el túnel se encuentra abierto las 24 horas. En invierno el horario se reduce a solo 12 horas (entre las 8 y las 20 horas), sin importar el estado del clima. No existen antecedentes de este estilo en otros túneles internacionales del mundo. Se estima que por esta restricción de horario invernal se dejan de transportar 1,5 millones de toneladas por año.
Por otra parte, un camión tarda tres días en el trayecto entre Mendoza y Chile, lo que podría hacer en uno solo, esto se explica por demoras generadas en trámites aduaneros, migratorios y de servicios de seguridad alimentaria en ambos países. Este tiempo excesivo redunda en un aumento de los costos por kilómetro recorrido y por tonelada transportada, incrementando innecesariamente los costos logísticos del transporte de Mendoza a Chile.
Invertir en tecnología, innovación, infraestructura y personal, optimizando los procesos involucrados, redundará indudablemente en una disminución de costos, haciendo atractiva nuestra provincia para la radicación de empresas y para la utilización de nuestros pasos fronterizos. Todo ello complementado con la inversión y optimización de áreas como Zona Franca Mendoza, plazas logísticas con servicios para cargas intermodales y mejoras en infraestructura vial, indudablemente nos convertirían en un clúster logístico.
Desde el CEM estamos comprometidos con la generación y búsqueda de oportunidades para el desarrollo sostenible de nuestra comunidad. La actividad logística puede ser un pilar de crecimiento y mejora en la competitividad de la economía y en las cadenas de valor, apuntando a la diferenciación y ampliación de la matriz productiva y, sobre todo, a la generación de empleo.