Para resguardar los dólares del Banco Central, el gobierno nacional reforzó el cepo a las importaciones: el ministro de Economía, Sergio Massa, extendió el sistema de Licencias No Automáticas (LNA) a unos 4.200 productos, que van desde neumáticos hasta artículos de limpieza como esponjas o guantes.
La medida se formalizó con la resolución 26, que se publicó el martes en el Boletín Oficial, con la firma del economista Matías Tombolini, quien ocupa el cargo de secretario de Comercio Interior y Exterior de la Nación.
El propio Massa se encargó de anticipar las nuevas restricciones cuando celebró los resultados del “dólar soja”, con el que el agro liquidó más de u$s8.123 millones y le permitió al Banco Central sobrecumplir la meta de acumulación de reservas que se acordó con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Ahora empieza el tiempo de cuidar los dólares que conseguimos por el esfuerzo del Estado y del sector agroindustrial argentino”, remarcó el titular de la cartera económica el viernes pasado, luego de señalar que avanzaría contra aquellos que, haciendo trampa al Estado, pretenden vulnerar la capacidad de cuidado y de acumulación de reservas de la Argentina.
El acceso a los dólares para pagar importaciones fue motivo de queja de la Unión Industrial Argentina (UIA). Las autoridades de la entidad empresarial le plantearon personalmente a Massa sus preocupaciones y el ministro se comprometió a buscar una salida, pero advirtió: “No puede haber situaciones que paren la producción de nuestras empresas ni abusos de aquellos empresarios que reciben beneficios del Estado”.
Hasta Cristina Kirchner se quejó en público por las divisas que se iban por ese canal. La Vicepresidenta habló de un “festival de importaciones” en junio pasado, cuando todavía Martín Guzmán estaba al frente del Ministerio de Economía.
Y los números del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec) indican que, hasta agosto, se utilizaron 57.500 millones dólares para el pago de bienes de consumo, bienes de capital e insumos. Es una cifra récord para un período de 8 meses.
Massa impulsó una serie de acciones para evitar abusos: presentó denuncias contra sociedades sospechadas de haber realizado sobrefacturación de importaciones, a través de una triangulación de operaciones con sociedades y bancos del exterior, y frenó los ingresos de productos, como neumáticos y toallas, habilitados con medidas cautelares.
Con la Resolución 26, las importaciones de 4.193 bienes de consumo quedaron sujetas a la discrecionalidad oficial. Es que ahora dependerán del otorgamiento de las LNA, que rigen sobre las mercaderías comprendidas en todas las posiciones arancelarias de la Nomenclatura Común del MERCOSUR (N.C.M) con destinación de importación definitiva para consumo.
La nómina de bienes seleccionados va desde neumáticos, bombas para hormigón, sembradoras-abonadoras, telares con mecanismo Jacquard, auriculares, hasta esponjas.
“A partir del análisis de la actual situación económica y productiva, se estima que existen innumerables Licencias para la Importación que no representan necesidad ni urgencia para su ingreso al país”, indicó el gobierno para justificar la disposición.
Seguido, puntualizaron: “Elementos como hidrolavadoras, palos de golf, skies y patines de hielo, son algunas de las licencias que ameritan el cambio propiciado en la presente resolución”.
Tombolini firmó la resolución con el titular de la Aduana, Guillermo Michel, y el dirigente peronista de San Martín Germán Cervantes, quien desde agosto es subsecretario de Política y Gestión Comercial.
En el texto oficial se remarcó que el objetivo es “fortalecer las operaciones de importación que requieren los sectores productivos para sostener y/o aumentar los niveles de producción y de empleo”.
