Ayer se conocieron los datos de inflación y según la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia (DEIE), en Mendoza, la variación acumulada de los precios de enero a noviembre ha sido del 102,1%. Sin embargo, el rubro Alimentos y bebidas ha aumentado 87,9% en lo que va de 2024. Esto implica que han subido 14 puntos porcentuales por debajo del nivel general y se nota en las góndolas de supermercado, donde los valores se mantienen y, en algunos casos, han ido a la baja.
Rubén David, del mayorista Oscar David, comentó que vienen haciendo promociones desde hace varios meses y que tienen acuerdos con proveedores, por lo que la disminución de precios es real. Pero precisó que no hay una regla, ya que, con un mismo producto, una marca sube y la otra baja el precio.
“El que necesita vender, baja. Y al que no le dan los costos, sube”, explicó. Y añadió que el consumidor compra la etiqueta que bajó o está en oferta. “En estos meses, como nunca en los últimos años, la gente ya no es más ‘marquista’. Es decir, ve la relación precio-calidad, pero ya no lleva una marca determinada de harina leudante, por ejemplo, sino la que está más barata”, detalló.
Resaltó que los precios de los alimentos vienen aumentando por debajo de la inflación hace seis meses, porque toda promoción que hacen los proveedores la vuelcan al valor en góndola. De todos modos, advirtió que es de esperar que empiecen a aumentar un poco, porque las tarifas de servicios públicos siguen subiendo. Planteó que, cuando se calcula el valor de las boletas a dólares, se está pagando más que en otros países. Y eso, subrayó, es parte del costo y se traslada a lo que pagan los consumidores.
Desde una cadena de supermercados coincidieron en que hay una baja de precios por parte de algunos proveedores. Y sumaron que es la primera vez en mucho tiempo que la inflación de alimentos da por debajo del 1% mensual (también en el promedio nacional, según el Indec), lo que consideraron que puede verse como una baja indirecta, porque han subido menos que otros rubros.
Además, indicaron, hay muchas promociones en productos de almacén, bebidas y perfumería -no tanto en limpieza- y también textil, juguetería, electro y piletas. La venta de artículos navideños comenzó más temprano este año, los primeros días de noviembre, en el marco del Black Friday y con importantes rebajas, lo que permitió adelantar las ventas para las Fiestas.
Este combo de descuentos, aumentos por debajo de la inflación, adelanto de temporada y promociones que están ofreciendo las cadenas, es lo que está permitiendo que no caiga tanto el consumo. La encuesta de supermercados que realiza el Indec muestra que, en los primeros nueve meses del año, las ventas a precios constantes han tenido una caída del 11,6% en comparación con las acumuladas de enero a septiembre de 2023.
De todos modos, desde otra cadena, resaltaron que esta disminución se da en comparación con un año en el que el consumo estaba “inyectado fuertemente con anabólicos”. Y si bien en los últimos meses vienen mejorando las proyecciones, se trata de un repunte desde un piso muy bajo. Esto, pese a las promociones de productos y con distintos medios de pago, que han intentado sostener el consumo.
En cuanto a lo que ha sucedido con los precios, desde este comercio indicaron que no han observado que los proveedores se retrotraigan al valor de listas anteriores, pero que sí sucede que algunos mantienen los precios y muchos intensifican las promociones para poder mantener una cierta dinámica comercial.
Esto, resaltaron, ha pasado en todos los rubros, porque en enero y febrero de este año subieron mucho, después del pico de inflación de diciembre, pero tuvieron que ir acomodando los precios en función de las sensibles bajas en el volumen de ventas.
La consultora Focus Market reveló que el consumo masivo muestra un retroceso interanual en noviembre de 11,9% y de 0,7% respecto de octubre de 2024. La cantidad de tickets cayó un 2,2 % frente al mes anterior y un 11% en comparación a noviembre de 2023. Las unidades por ticket también disminuyeron, un 5,6 % interanual y un 0,2 % frente a octubre.
“En noviembre, los volúmenes interanuales de venta en consumo masivo caen frente a un 2023 donde el protagonista fue el crecimiento de la demanda agregada vía inversión y consumo público, con anabólicos vinculados a la emisión monetaria, incremento de planes sociales y créditos subsidiados, y donde la preferencia por el stock en bienes estaba por encima de la valoración del peso argentino”, señaló Damián Di Pace, director de la consultora.
Baja de la canasta básica
Un dato llamativo que también se conoció ayer, junto con el de inflación, fue el de la Canasta Básica Alimentaria, que tuvo una disminución del 1,2% en la provincia (no así en el promedio nacional), después de tres meses de mantenerse en torno a los $357 mil. En octubre, una familia mendocina de cuatro integrantes -un varón de 35 años, una mujer de 31, una niña de 8 y un niño de 5- había necesitado $357.454 para comprar los alimentos del mes. En noviembre, ese valor cayó a $353.154.
Sin embargo, el rubro Alimentos y Bebidas, para la medición del IPC, aumentó un 0,9% en noviembre. El economista Carlos Rodríguez explicó que las mediciones para determinar la variación general de precios y la línea de pobreza e indigencia -establecidas por el monto que demanda adquirir la Canasta Básica Total y la Canasta Básica Alimentaria, respectivamente- son diferentes.
Esto implica que no se toman los mismos productos en uno y otro caso. Para establecer el valor de la canasta alimentaria, detalló, se toma como referencia el consumo de alimentos que, teóricamente, necesita una familia o una persona para cubrir sus necesidades nutricionales. Y, normalmente, se elige el que tiene el precio más bajo dentro de la categoría, por lo que las metodologías son diferentes y pueden dar variaciones diversas.
Rodríguez acotó que Argentina viene de un proceso inflacionario muy intenso y que los precios se han movido por expectativas, que muchas veces no coindicen con la realidad, mientras ahora se van acomodando. Sin embargo, resaltó que el porcentaje de inflación actual, que parece muy positivo, es el que tiene Estados Unidos en un año. Por otra parte, la caída del poder adquisitivo ha sido brutal y en la economía real todavía no se percibe una mejora. Pero sumó que el peor impuesto que hay es la inflación, porque afecta más a las personas de menos recursos.
