Patricia Freuler de Ortiz: “Hoy tenemos que ver qué hay que hacer para vender más”

La presidente de Bodegas de Argentina asegura que hay que trabajar para sostener la demanda. Pide por el descongelamiento de precios.

Patricia Freuler de Ortiz: “Hoy tenemos que ver qué hay que hacer para vender más”
Patricia Freuler de Ortiz. El año pasado, se convirtió en la primera mujer en presidir Bodegas de Argentina. Foto: Diego Parés / Los Andes

Patricia Freuler de Ortiz incursionó en el mundo vitivinícola en 2003, cuando con su esposo compraron la bodega Tapiz. Hasta ese momento, había ejercido la medicina en su Buenos Aires natal y en Estados Unidos. El año pasado, se convirtió en la primera mujer en presidir Bodegas de Argentina, entidad que se desvinculó de la Coviar y ahora intenta abrir el diálogo para aportar la visión de la industria para el Plan Estratégico Vitivinícola. Señala que también es psicóloga social y añade, en broma, que es la profesión que más útil le ha resultado en su labor al frente de la Cámara.

-Desde Bodegas de Argentina vienen reclamando que se permita un incremento en el valor de los vinos. Ahora, sólo unos pocos fueron retirados de Precios Máximos ¿Qué opina de esto?

-La verdad es que la lista es muy corta y por ahora lo único que se incluyó son vinos súper Premium. Nosotros estamos pidiendo una reunión con Paula Español (secretaria de Comercio Interior de la Nación) para revisar cómo se podría llegar a tener distintos tipos de aumentos según la categoría de vino. Algo escalonado, para que no impacte en la inflación o en los sectores más bajos. Por eso es que han desregulado los vinos más altos. Es un listado de 3 hojas del canal moderno que se le llama (hipermercados, supermercados y autoservicios), que se ha desregulado porque lo que nosotros siempre expresábamos es que los niveles altos, si quieren consumir mejor que paguen más.

Por supuesto, lo que nos preocupa son los otros segmentos, inferiores, que representan el volumen de las bodegas y donde hoy estamos con márgenes cada vez más bajos o negativos. Por eso pedimos la reunión, para a ver si podemos encontrar juntos una propuesta. Segmentar los vinos en distintos niveles, desde el brick a los más altos, y ver cómo se podría manejar una desregulación paulatina. Sobre todo, ahora que vienen las Fiestas y va a haber un aumento del consumo.

Pero para que las bodegas puedan entregar, es necesario un ajuste, porque es difícil producir cuando se está por debajo de los costos. Ir de a poco para evitar que pegue un salto muy alto cuando se salga de esta regulación, que ellos piensan que va a ser en marzo. Queremos poder hacerlo de manera paulatina, escalonada y pequeña, de acá a marzo.

-¿Cuál es el atraso promedio en el precio del vino?

-Entre un 20 y un 30%, de acuerdo al segmento, es lo que tenemos que subir. Si uno mira el vino de traslado, subió el 100%. También aumentó el precio de las cajas, de las botellas y, con las paritarias, los salarios. Subió todo en este tiempo y nada se fue trasladando al producto. Ya veníamos con un atraso de los años anteriores, con lo cual, hoy ya es una situación casi insostenible para algunos segmentos. Por lo cual sería muy bueno, con la recuperación del consumo interno, no perderlo y poder ir acomodando despacio, y de acuerdo a segmentos. Protegiendo al consumidor, porque el que ganamos no lo queremos perder y son muy negativos los saltos de precios tan grandes.

-¿Están viendo la posibilidad de regresar a la Coviar?

-Nos retiramos porque estar o no estar era igual, y el estar era un poco “el que calla otorga”. Estábamos ahí sentados, se firmaban las cosas y era como que estábamos de acuerdo, cuando permanentemente presentábamos la disidencia del sector. Durante todo este tiempo ha habido conversaciones, inclusive ahora se está realizando una especie de mediación, de diálogo. La verdad es que hay muy buena predisposición por el lado nuestro, muy poca por el otro. No hay mucha voluntad de cambio.

Nosotros no pedimos nada que no esté en la ley, que dice que tiene que haber consenso. No estamos muy de acuerdo con la aplicación que se está haciendo de los recursos; con el impacto que hemos tenido con esa aplicación en estos últimos años; con que no se ha hecho una revisión del PEVI, que estamos pidiendo; con que hay determinados gastos que estamos solicitando mayor apertura porque nos parece que ese dinero podría ser mejor utilizado en la promoción, que es lo que hoy necesita Argentina para exportar. No estamos teniendo mucho éxito en esto.

Tenemos que hacer una inclusión de más pequeños productores, que entendemos que hoy no están muy representados. Como Bodegas tenemos muchísima relación con los productores y no se sienten integrados para nada. Se trabaja con un grupo de pequeños productores muy cerrado. Esto es un plan nacional. Tenemos bodegas de Salta a Chubut, y creemos que han cambiado muchas cosas desde 2004.

-Pero desde hace varios meses se empezó a diseñar el PEVI 2030…

-No estamos a favor del nuevo PEVI. Pensamos que no es el momento. En ninguna parte de la ley dice que ellos lo tienen que hacer y no se consensuó. Creemos que hay que revisar primero el fracaso del anterior y, además, en este contexto nos preocupa mucho que estemos sacando algo que se empezó a hacer pre pandemia y no sabemos qué va a quedar de los mercados, del mundo. Hay un cambio geopolítico muy interesante.

Creo que el INTA es un excelente recurso pero no para escribir un PEVI. Hay que empezar con los mercados. La parte técnica es fundamental, la sustentabilidad, Irrigación, pero como un anexo. Hoy tenemos que ver qué hay que hacer para vender más y tenemos que estar mirando mucho más los mercados. No podemos copiar PEVIs de otros países, como Australia o Chile, porque no tenemos nada que ver, ni con tratados de libre comercio, ni con la coyuntura interna, ni con distancia y la logística. O sea, nos parece que uno los puede mirar para entender, pero no para copiar.

Es decir, la discusión no se dio en la industria. Con una nota pública, 262 bodegas, que representan el 90% de lo que se vende, se expresaron en contra de esto. Con lo cual nos preocupa que siguen avanzando. Por eso estamos en el diálogo para evitar un problema mayor. Necesitamos que escuchen a la industria. Esperamos tener éxito. Lo que nos da un poco de desconfianza es cuál es la urgencia de sacar uno. Decimos que es necesario tener uno, pero también que la entidad que lo va a administrar se sanee y se acomode a los tiempos.

-¿En que están en desacuerdo respecto del uso de los fondos de Coviar?

-La salida de la industria y de la Argentina es la exportación. De hecho, todos los planes del gobierno apuntan a hacer crecer las exportaciones en los distintos sectores del país. El nuestro está muy maduro en ese camino y tenemos un producto, además, de clase mundial. Nuestros vinos compiten de igual a igual con los de cualquier región vitivinícola. No todos los productos argentinos tienen esa ventaja. Es muy fácil para nosotros entrar en los mercados. Lo que necesitamos es que la gente sepa que existimos.

Se hace un esfuerzo muy grande desde la industria, que pone 3 millones de dólares de manera privada, y la Coviar 500 mil, para esta promoción. Pero es insuficiente.

Creemos que se pueden usar mejor los recursos para realmente poder elegir mercados foco y hacer un programa para que despegue. Hoy Asia es una oportunidad muy grande y faltan recursos porque está muy lejos. Vemos la posibilidad, como la tuvo la carne, pero no llegamos. Creemos que quizás habría que redireccionar recursos o gastar menos en algunos ítems, que son los que estamos pidiendo apertura, como los de representación, de consultoras. La Coviar no tiene que tener gastos administrativos tan altos. En realidad, tiene que ser una entidad que administre fondos y ver que impacten para lo que dice el plan estratégico. Está bien pensado pero, con el tiempo, se ha ido desvirtuando.

-¿Qué opinan de la intervención del Estado con el Banco de Vino y la factibilidad agronómica para nuevos viñedos?

-Nosotros no estamos de acuerdo como cámara en la intervención del Estado en la actividad privada. El banco de vinos fue creado y nos quedamos sin stock. Demostró que cuando existe demanda, no hay problemas de oferta, con lo cual tenemos que trabajar siempre sobre la demanda. Generar más para que no haya sobrestock. Porque naturalmente se regula el mercado. Y volvemos, no puede ser que tengamos un plan estratégico y se ha tenido que crear un banco de vinos y un acuerdo Mendoza- San Juan. Son dos problemas que tuvieron que resolverse de una manera artificial. Eso no existe en ningún país del mundo.

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