El presidente del Banco Central, Miguel Pesce, se mostró confiado este viernes en que la entidad podrá comenzar a sumar con mayor velocidad dólares a sus reservas a medida que se vayan normalizando factores que hasta ahora lo han impedido.
Pesce comentó que las dificultades para capturar una mayor parte del superávit comercial están dadas por: el pago de deuda de grandes empresas; la escasez del crédito comercial; y el anticipo de importaciones para aprovechar la diferencia entre el tipo de cambio oficial y el paralelo.
Entre abril de 2021 y el mismo mes de 2022, la Argentina registró un superávit comercial de 14.751 millones de dólares. En ese período, las reservas internacionales apenas han subido 1.744 millones de dólares (pasando de 40.263 millones a 42.007 millones), e incluso con ayuda de inyecciones del FMI.
En declaraciones a la radio porteña Con Vos, Pesce dijo que es cierto que la Argentina siempre ha tenido limitaciones en el sector externo y en el energético, pero las exportaciones vienen creciendo.
“En 2011 la Argentina exportaba 83.000 millones de dólares. Y en los últimos años venía haciéndolo en el orden de los 60.000 millones. La buena noticia es que el año pasado exportamos 78.000 millones de dólares y este año las exportaciones totales vienen creciendo casi al 30% anual. Y las manufacturas de origen industrial vienen creciendo al 40% y las de energía, al 118%”, comentó.
Y señaló que todo eso está ocurriendo sin que las exportaciones de hidrocarburos se hayan aún activado en la forma que el Gobierno prevé que ocurrirá cuando se terminen proceso y obras de infraestructura (como gasoductos y oleoductos) que se están realizando. Y también se pongan en marcha nuevos proyectos mineros.
“La meta de la cual siempre hablo de exportar en el orden de los 100.000 millones de dólares no está tan lejana para que la podamos cumplir. Y eso nos va a permitir crecer y desarrollarnos”, dijo Pesce.
También comentó que la Argentina había perdido el crédito comercial externo y ahora lo está recuperando a un ritmo de 500 millones de dólares por mes. “Esto permite que los pagos de importaciones sean menores que lo que se importa. Si este proceso continúa vamos a poder sostener el crecimiento”, dijo.
“La restricción externa se va a vencer, sin ningún lugar a dudas, cuando otros sectores comiencen a exportar aceleradamente como todo el mundo espera”, dijo Pesce al referirse a los sectores petrolero y minero.
El funcionario comentó que efectivamente cuando la Argentina crece, sus importaciones se expanden a un ritmo superior al del Producto Interno Bruto (PIB), al margen de que también hubo maniobras especulativas de utilización de pesos para hacer cobertura de riesgo de dólar estoqueando bienes importables.
“Las importaciones de bienes de capital están creciendo a una tasa del 30% interanual (en dólares)”, dijo Pesce.
El presidente del Banco Central afirmó que la entidad ha decidido obligar a una parte del sector importador a buscar financiamiento comercial para poder realizar compras en el exterior porque identificó que se estaban anticipando compras para aprovechar el tipo de cambio oficial que está un 42% por debajo del denominado “blue” o “paralelo”.
“En marzo tuvimos el record histórico de importaciones del país y en abril fue menor, pero siguió en niveles muy altos. La noticia positiva en este sentido es que el crédito comercial se está recuperando y esto va a ayudar a la balanza cambiaria”, dijo Pesce.
Pesce contó que, por otro lado, el Banco Central obligó a las empresas que estaban endeudadas con el exterior (entre las que están dos públicas como YPF y AYSA) a restructurar esos pasivos para alargar los plazos, con la idea de bajar la demanda de dólares.
“Ahora, no me imagino a la argentina con sus grandes empresas públicas y privadas cayendo en situación de cesación de pagos. Eso también tendría consecuencias muy negativas y haría muy difícil esto que ya está ocurriendo, que es recuperar el crédito comercial”, dijo.
El sector privado (las más grandes empresas de la Argentina) ha pagado entre 2020 y 2021 unos 18.400 millones de dólares por capital e intereses de deuda contraída en los años previos.
Pesce dijo que los pagos de deuda vienen bajando y el balance cambiario de las empresas arrojó un resultado negativo de 6.500 millones de dólares en 2021, un nivel inferior al registrado en 2020.
Por otro lado, advirtió que las empresas han tenido que salir a financiarse en el exterior porque no encontraron crédito en el mercado de capitales local. “Y las consecuencias de empujarlas ahora a una cesación de pagos serían muy negativas incluso para la macroeconomía”, comentó.
Al ser consultado sobre la posibilidad de una nueva estanflación, Pesce respondió: “No, de ninguna manera. El propio Fondo Monetario Internacional ha revisado la tasa de crecimiento prevista para la Argentina este año, subiéndola al 4% anual. Y La Argentina siempre sorprende cuando crece”.