Las frutas y verduras más vendidas en los mercados concentradores de Mendoza sufrieron incrementos promedio del 21,6% en el último mes, según datos de la Unión Frutihortícola de Mendoza (UFHM). Es más, en algunos casos, sin tener en cuenta la estacionalidad, los valores ascendieron hasta 70%. La razón: la pandemia. Según explicaron el costo de los fletes, los gastos extra en ruta, desinfecciones por provincia, hisopados y las estadías, entre otros, hoy se suman al costo final de frutas y verduras.
De acuerdo a los datos de la UFHM, más allá del cálculo del aumento en promedio (para el que se consideraron 22 artículos), sin contar allí el verdeo (lechuga, perejil, espinaca) que ha permanecido sin cambios, productos como el tomate, sufrieron incrementos superiores al 33%, pasando de $ 1.500 para un cajón de tomate perita a $ 2.000 entre los primeros días de septiembre y los primeros de octubre. Y la papa, a pesar de ser mendocina, hace un mes costaba alrededor de $ 320 por bolsa, y a la fecha su precio ascendió a $ 550 (72%) mientras que para el caso de la que proviene de Villa Dolores, la bolsa de 20 kilos que costaba $ 380 hoy se vende por alrededor de $ 580 (52,6%). Los mayores incrementos se notan en el pimiento rojo, cuyo precio pasó de $ 1.600 a $ 2.900 el cajon (81,95%), o en el limón cuyo valor por una bolsa de 15 kilos en setiembre se ubicaba en $ 400 y ahora en $ 850 (112,50%).
Por el contrario, la cebolla puede conseguirse por hasta 7% menos ($ 700 por 20kg), y la zanahoria común ($ 200), o la elegida ($ 300) conservan sus precios sin alteraciones, por bolsas de 10 kilos en cada caso. Y la frutilla (plafón), cuesta hasta 20% menos que hace un mes, pasando de $1.500 a $1.200.
Para Omar Carrasco, presidente de la Unión Frutihortícola de Mendoza, las razones de la suba están directamente relacionadas con la pandemia y los problemas de comunicación entre provincias. “Han aumentado muchos ítems como los fletes, insumos en dólares, costos por desinfección, costos laborales, pagos de peajes y estadías por la pandemia, y costos como hisopados”, señaló.
De acuerdo con Carrasco los “cortes” de ruta o que se puede conocer como mediadas sanitarias que cambian de provincia a provincia también suponen un problema, en la medida en que llegar con la producción a Mendoza se hace cada vez más difícil.
“Los camiones tienen que demorarse en una provincia, y suman gastos de comida, más las normativas de cada jurisdicción. Por ejemplo, si a un camión lo detienen por pararse a arreglar algo en una provincia en donde no tenía permitido bajarse, se puede sumar una multa de $ 20.000 a los costos de ese viaje”, comentó en base a un caso reciente.
A esto se le suman los incrementos por temporada. “En los verdeos, que es producción local, no hay grandes aumentos, pero es muchísimo lo que ha aumentado todo lo que viene de afuera. Esto va a equilibrarse con la cosecha de carozo que empieza ahora y que ya puede verse para el caso de la cereza”.
Por el contrario, “el tomate está muy caro”, y a su criterio, “el consumidor debería aprovechar lo que está en temporada, como sucede con la lechuga o la zanahoria. Así se ayudaría a la producción local, y no se entra en gastos desmedidos. Todos los años para esta época se dan aumentos, pero 2020 está siendo un año muy particular para el bolsillo y la sensibilidad de la gente”, apuntó.
En el caso de la papa, el incremento se debe a que “se está terminando la producción local, y hubo menos producción en Villa Dolores y en Tucumán”, pero también responde a que el precio anterior era muy bajo. “Hay un montón de ítems fuera de estación como el tomate, el zapallito, la chaucha, o la berenjena, después el precio baja”, agregó el titular de la UFHA.
Por otro lado, la suba del dólar en el mercado paralelo terminó por afectar a niveles primarios, pese a que por regulaciones del Banco Central, los importadores deberían acceder a un dólar oficial más bajo y no trasladar incrementos a sus precios. “Puede ser que nos coticen al dólar oficial en las semillerías, pero nos piden dólar billete, y para acceder hay que comprarlo en el blue, y así aumentan los precios”, comentó Carrasco.
Finalmente, otro costo a considerar es el de la mano de obra, y este año además será necesario “que se le pague bien a los cosechadores de la aceituna, la cereza y el ajo, y a todos, para motivar a la gente a cosechar”. Carrasco indicó que están avanzando en convenios con sindicatos para que se capacite a la mano de obra mendocina.
Un problema sin solución La situación de los fletes había sido advertida por el Instituto de Desarrollo Rural al inicio de la pandemia, y ya en marzo informaron que “el problema de la logística de los fletes se debe a las restricciones de circulación”.
“Cuando ingresa un camión a la provincia, se le otorga un permiso para ingresar, descargar y volver a armar una carga y salir de la provincia de 24 horas en total. Este tiempo resulta escaso para todo el proceso, por eso es que muchos camiones que realizan flete hacia la provincia no lo están haciendo por lo que se disminuye la oferta dentro de la provincia y por ende afecta a los precios en el mercado mayorista y de ahí a minoristas y consumidor final”, indicaron, en momentos en que las subas registradas iban del 50% al 70%, entre la primera y cuarta semana del marzo.
De igual manera, el vicepresidente del mercado del Acceso Este, Oscar Fornés, señaló que por fuera “del verdeo”, los precios se han incrementado en gran medida, y puso como ejemplo el kilogramo de mandarina que no baja de los $ 130 por kg, o la berenjena en $ 200.
“Los tomates y zapallitos vienen del Norte (en esta temporada), y se encarecen por el flete. Si un cajoncito vacío sale $ 50, se agregan 20 kg de tomate, con su costo, por el embalaje se suman $2 0 o $ 30 de mano de obra, y un flete de Villa Dolores o Córdoba le suma no menos de $ 200 en costo, y desde Salta $ 500 o $ 600 por cajón, el mismo llega con un precio de $ 1.500, y el oferente tiene que sumarle su ganancia, termina quedando en $ 2.000”, ejemplificó.
En la experiencia de Fornés, igualmente octubre es un mes particular, en el que no hay verduras u hortalizas de estación, y “más allá de la acelga o la espinaca, que se sigue produciendo en Mendoza”, todo lo que se vende llega del Norte del país. “Eso explica que una palta valga $500 por kg”.
Además coincidió con Carrasco en los costos extra que están teniendo que sumar los camioneros producto de la pandemia, y agregó que si se detiene una carga por dos o tres días, en una frontera interprovincial, se producen pérdidas que luego se suman a los costos.
Los precios al consumidor también varían entre zona y zona, mientras que en una verdulería de barrio del oeste de Guaymallén se pueden comprar dos kilogramos de papa por $ 70, y dos de cebolla por $ 80, o tomates por entre $ 150 y $ 170 por kilogramo; en los grandes supermercados el precio ronda los $ 70 por cada kilo de papa, $ 95 la cebolla y alrededor de $ 200 por el tomate.