Por qué crece la demanda de los vinos “oceánicos” argentinos

La bodega Trapiche Costa & Pampa, en Chapadmalal, fue nuevamente sede de uno de los almuerzos de networking del 60° Coloquio de IDEA. Planean seguir incrementando superficie.

Por qué crece la demanda de los vinos “oceánicos” argentinos
Qué tienen de particular los viñedos de una reconocida bodega, apenas a 5 kilómetros de distancia del mar

A ambos lados del camino que conduce a la bodega Trapiche Costa & Pampa, en Chapadmalal, se extienden extensos campos verdes, en los que incluso se puede ver algunas vacas. Los viñedos se encuentran a apenas 5 kilómetros del mar, un lugar bastante particular para una vitivinicultura que, en Argentina, se concentra en el lado oeste. Sin embargo, el proyecto está cumpliendo 15 años desde que comenzó a gestarse y 10 desde su inauguración y la demanda de estos vinos, los primeros con influencia oceánica en el país, ha ido creciendo, al punto que planean ampliar la superficie actual, de 30 hectáreas.

Además de tener a favor la particularidad del sitio en el que han sido elaborados, lo que diversifica la producción vitivinícola argentina, estos vinos son blancos y de menor graduación alcohólica, y esto se ajusta a las nuevas demandas de los consumidores mundiales. Para entenderlo, según datos del Instituto Nacional de Vitivinicultura, las exportaciones de vino tinto fraccionado acumulan un crecimiento del 2,6% en el acumulado de enero a septiembre, en comparación con el mismo periodo del año pasado. Sin embargo, las ventas al exterior de vino blanco envasado aumentaron un 8%.

Generar una nueva zona vitivinícola

Marcelo Belmonte, director de Viticultura y Enología en Grupo Peñaflor, contó que este fue un proyecto muy innovador, en el que empezaron a trabajar hace 15 años, aunque están celebrando los 10 desde la inauguración y el comienzo de la elaboración. “Generar una nueva zona vitivinícola fue un desafío para todo el grupo técnico, único en la vida profesional, y uno de los hitos para bodegas Trapiche”, señaló.

Explicó que la apuesta surgió porque estaban buscando un perfil distinto de vinos y si bien Argentina es un país muy extenso, la producción vitivinícola se concentra en el oeste argentino, “que produce grandes vinos y lo va a seguir haciendo”. Se enfocaron en explorar zonas marítimas, ya que la costa también tiene una gran extensión, anticipando que se podían producir perfiles de vinos diferentes a los de montaña. “Por eso vinimos acá, a una zona fría, muy cerca del mar”, señala.

Vinos austeros, frescos y aromáticos

Aunque por su cercanía con el océano hay mayor humedad, los viñedos son a secano. No se riegan, sino que reciben alrededor de 500 milímetros de agua de lluvia durante el ciclo vegetativo. Y eso, detalla Belmonte, es más o menos lo que necesita la planta. “La naturaleza maneja la disponibilidad hídrica del viñedo”, indicó.

Además, detalla, les gustaron las condiciones climáticas: el frío y el viento, que hacen que los vinos tengan una menor gradación alcohólica en forma natural. “Son vinos austeros. Y lo digo como un atributo y no como una crítica. Son más lineales, con una acidez natural muy marcada. Vinos muy frescos y complejos en lo aromático”, precisó.

Belmonte resaltó que esto se ajusta a una tendencia mundial de preferencia por los vinos blancos y rosados, que se ha ido consolidando. Por otra parte, contó que se había reunido con un grupo de gastronómicos de Mar del Plata, que tienen una propuesta de nivel mundial, y los vinos de Costa & Pampa maridan a la perfección con la cocina local. “Sobre todo el albariño, que es uno de mis vinos preferidos de acá. Es una variedad muy atlántica, adaptada a estas condiciones, y la verdad que está dando vinos increíbles”, manifestó.

Experimentación

Aunque buscaban un nuevo terroir, plantar viñedos cerca del mar demandó diversos ajustes. El primero de ellos fue el varietal, ya que los estudios climáticos mostraron que sólo se podían cultivar variedades de ciclo corto, por ser un lugar muy frío. También tuvieron que ajustar el manejo del viñedo, ya que, a secano, se necesita de más tiempo que bajo riego. “Hemos notado que ha llegado a una madurez el viñedo, la calidad de uvas y también la experiencia de vinificación”, expresó.

Pero también hay ventajas: a causa de los vientos, la planta produce menos azúcar naturalmente, por lo que la ventana de cosecha es muy amplia y se puede manejar el momento oportuno de cosecha en forma precisa; a diferencia de lo que ocurre en regiones más cálidas, en donde la acumulación de azúcar es mucho más rápida.

Demanda externa

Por ahora, el principal mercado para los vinos de Trapiche Costa & Pampa es el doméstico, ya que tienen sólo 30 hectáreas. Pero Belmonte comentó que piensan que el proyecto va a crecer, porque tienen demanda internacional para estas etiquetas y, además, en ese sitio el agua no es una limitante. “Es otro perfil diferente de vinos y está bueno mostrar la diversidad que tiene Argentina en cuanto a perfiles”, indicó.

Consideró que a la industria le hace bien que las bodegas asuman riesgos, exploren nuevas zonas y empujen un poco los límites de la vitivinicultura tradicional. “El contexto mundial de que el consumo tiende a caer por diversas causas nos obliga a ser cada vez mucho más profesionales y precisos en toda la cadena de valor”, concluyó.

En el marco del 60° Coloquio de IDEA, Trapiche Costa & Pampa volvió a ser anfitriona del tradicional almuerzo de networking, organizado en colaboración con Criteria, la compañía de estrategias de inversión y soluciones financieras; Renault Argentina; y el asesor de riesgos líder en el mundo Marsh & McLennan.

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