Si alguien ha puesto tomate en la lista de compras, tal vez quiera pensarlo dos veces y optar por alguna otra hortaliza para prepararse una ensalada. Es que, aunque hay importantes diferencias según el comercio, su precio puede superar los $6.500 el kilo. Ya en junio había tenido un valor similar, aunque un poco más alto, ya que había alcanzado los $7 mil.
El presidente de la Unión Frutihortícola Argentina en Mendoza, Omar Carrasco, explicó que el aumento se debe a que el tomate que se consigue hoy en Mendoza viene del norte argentino, donde se han producido heladas negras, que han provocado importantes daños en la producción. Los que hay, la mayoría están verdes y, si bien terminan madurando, quedan con el centro blanco.
De ahí que, el poco tomate con color que se consigue en el mercado ronde los $55 mil a $60 mil el cajón en el caso del perita y de $80 mil a $90 mil para el redondo, según el lugar donde se compre. Y esto hace que el consumidor lo consiga por encima de los $6 mil (y sin garantía de que esté realmente maduro en el interior).
Hace un par de meses, el precio del tomate también subió y, como la palta se conseguía a muy buen precio, se había dado la particularidad de que el primero costaba el doble que la segunda, cuando lo más común es que la relación de valores esté invertida. Entonces, también había influido el clima: con el adelanto del invierno, no había tomates maduros en el norte y ya se había terminado la temporada local. Además, el virus rugoso, que afecta a este producto y el pimiento, había hecho estragos en algunos lugares del país.
Otros precios
Carrasco detalló que el zapallito italiano de primera calidad, que también puede tener un precio final por encima de los $6 mil, se consigue en $35 mil a $40 mil en los mercados concentradores, mientras que el zapallito redondo -que se vende al consumidor por encima de $4 mil- cuesta unos $40 a $50 mil ysi es un producto de segunda está en torno a los $25 mil.
El choclo vale entre $70 y $75 mil al por mayor, el pimiento rojo ronda los $45 mil la caja y el pimiento verde, entre $28 y $30 mil. La papa, resaltó el titular de la UFHA, también está subiendo y se vende entre $12 mil y $14 mil, porque está sucediendo lo mismo que con el tomate: donde hay producción se ha producido helada negra y, en Mendoza, los productores se encuentran con que la mitad sale podrida porque se ha quemado con las bajas temperaturas. Esto también se está produciendo con la cebolla.
En cambio, resaltó que siguen muy baratos los cítricos, como mandarina ($13 mil a $14 mil), naranja ($13 mil) y limón ($5.500 a $6 mil en los mercados), en comparación con la manzana roja o verde, que ronda los $18 mil a $20 mil.
Qué es una helada negra
Existen dos tipos de heladas, la que se produce cuando hay humedad en el ambiente y la que sucede cuando el aire está seco. Cuanto más bajas son las temperaturas, menos húmedo está el aire. Cuando no hay nubes ni agua en el suelo -por eso se recomienda a los productores regar cuando se han pronosticado registros bajo cero en cierto momento-, se produce lo que se conoce como helada negra.
Cuando la presencia de humedad es mayor, se genera esa escarcha que le da el nombre a la helada blanca. El hielo protege a las plantas, porque evita que las temperaturas caigan por debajo de los 0 grados y, cuando se derrite, libera calor. En cambio, cuando no se crea esta capa protectora, se congela el líquido dentro del vegetal y los cristales rompen las células, lo que las mata y deja oscuras, por lo que se denomina helada negra.
Producción complicada
Carrasco planteó que, desde la UFHA, están preocupados por la difícil situación que está viviendo el productor, aunque también quien transporta las frutas y verduras, los vendedores en los mercados, el verdulero y el mismo consumidor. “La cadena está bastante resentida, por los precios altos de la mercadería. Y no es porque estén ganando mucho los productores, sino porque hay poca producción”, señaló.
Añadió que, en los mercados, las ventas están muy caídas y hay puestos vacíos, en alquiler o en venta, y que en ciertos casos se han puesto de acuerdo dos o tres personas para compartir un mismo lugar y poder solventar los gastos, para seguir trabajando.