A casi un mes de la implementación del programa nacional de Precios Justos Barriales, en Mendoza los comercios de cercanía aún no ofrecen los productos “al costo” y, en la mayoría de los casos, los comerciantes dicen desconocer la existencia del plan que impulsa el Gobierno nacional. Se trata de 100 artículos de primera necesidad que se venderían a precio accesible en almacenes y autoservicios. Aseguran que los problemas con el stock, la informalidad y la falta de control oficial son trabas que complican el desempeño del sistema.
En el país, este programa de precios regulados, que depende de la Secretaría de Comercio a cargo de Matías Tombolini, registra un alto nivel de incumplimiento. Desde su inicio, con una vigencia prevista hasta el 31 de julio según el acuerdo con mayoristas y fabricantes, ha dejado al descubierto algunos problemas de abastecimiento de artículos de alta rotación como el aceite, la harina y el arroz.
“En principio, cerrar la brecha del 34% entre la oferta de un supermercado y de un comercio minorista de barrio es una buena intención”, señala el economista Walter Carvalho.
El miembro de la UCIM explica que varias de las cadenas mayoristas han adherido al programa y ofrecen esos productos, pero “la aplicación puede fallar por varias razones”. Detallando que la disponibilidad de stock de los productos específicos, de determinada marca, es la base en la que se sienta el programa.
Por otro lado, hizo referencia a la necesidad de establecer una mejor red de control en el sistema para que se cumpla con el propósito de vender a menor precio, porque “el canal minorista es el más informal en la cadena de distribución y comercialización de los artículos de consumo masivo”.
El economista agregó que “incrementar los controles para que efectivamente la disminución en los costos sea efectiva y esta se traslade a los precios. Esa es la única manera”.
Desde el gobierno provincial sostuvieron que la Nación no ha firmado ningún convenio para que la provincia participe del programa, por lo que el control le corresponde a la Nación.
Listas sin descuentos
Según las autoridades, los comerciantes deben recibir los artículos para la venta “al costo”. Sin embargo, hasta el momento, muchos comerciantes no han recibido los productos con precios diferenciales por parte de sus proveedores, lo que impide su participación en el programa.
Raúl Villarreal, referente de la Cámara de Kiosqueros Unidos de Mendoza (CKUM), al hablar sobre los precios regulados, destacó: “Nos basamos en las listas de precios que nos mandan los proveedores. No tenemos ni Precios Justos, ni Barriales... ni nada”. El minorista destacó que los comerciantes solo obtienen precios justos si acuden a un mayorista o compran en un supermercado que ofrezca los precios acordados.
“Ninguna empresa, ni lácteos, ni gaseosas, ni golosinas, ni comestibles de las grandes cadenas, ha ofrecido precios diferenciales a los comercios de barrio”, puntualizó.
Villarreal agregó que como sector no esperan nada, porque “somos el último orejón del tarro, lamentablemente. Somos una gran cadena de comercialización, pero los beneficios son para los grandes, así ha sido toda la vida”.
Cuando el gobierno nacional oficializó el programa para los negocios de cercanía, a comienzos de junio, consultado por Los Andes, Gustavo Suárez, también de la Cámara de Kiosqueros, había compartido su preocupación sobre la implementación del programa y la falta de llegada a los comercios de su rubro: “Me he reunido con los gerentes de las principales empresas proveedoras de alimentos y bebidas, y ninguno tiene un precio diferencial para los comercios de Mendoza que deseen adherirse a Precios Justos”.
Si bien a principios de mes se hablaba sobre la instrumentación del programa en Buenos Aires, con el transcurso del mes se suma una nueva preocupación, porque comienza la temporada baja de la actividad debido a que en invierno la gente sale menos, los días son más cortos y “ahora también se agrega a la estacionalidad el hecho de que los bolsillos están flacos por la situación económica que estamos viviendo”, puntualizó Raúl Villarreal.
Mientras que desde el ejecutivo nacional se analizan las fallas del sistema y se cuestiona la baja adhesión, en Mendoza aún no se ofrecen estos productos “al costo” ni se ven carteles alusivos; en la mayoría de los casos consultados, los comerciantes locales no tienen conocimiento de la existencia de esos 100 precios de “referencia” que impulsa el Gobierno para combatir la inflación. Son artículos de primera necesidad, a valor accesible, en almacenes y autoservicios.
Por el momento, en el sitio web del programa Precios Justos Barriales, en Argetnina.gob.ar, se puede ver una sección especial para los comerciantes. “Si tenés un almacén o autoservicio y querés acceder a Precios Justos para compras mayoristas, entra acá”
Comerciantes sin información
El objetivo de reducir la brecha existente entre los supermercados y los comercios de barrio no se ha cumplido, ya que hasta el momento los productos de precios referidos por el Gobierno nacional no han llegado a los locales de cercanía para ser vendidos al público. Una sucesión de errores que generan una distorsión que afecta a pequeños comerciantes y público en general.
Diego, un almacenero de Las Heras, comentó que “es muy corta la información sobre eso, si te enteras es por algún tipo de conversación entre los mismos comerciantes. Pero información del Gobierno no he oído nada”. Diego señala que el problema es “la poca comunicación que tiene el gobierno con los pequeños comerciantes”.
La falta de información ha generado que los almaceneros de barrio no puedan adherirse al programa de Precios Justos Barriales. Mauricio, un comerciante de Luján de Cuyo, afirmó: “No tengo conocimiento del programa. Y, según la lista de los proveedores, hay algunos productos que están en oferta, pero la mayoría no, la verdad que no, desconozco el tema de las listas de precios económicos”.
En la misma dirección, Mariano, que atiende un pequeño almacén en la ciudad, comentó: “No sabía nada, trabajamos para tener surtido el negocio, pero cada vez está más caro poder reponer los productos que se venden”. Mientras que al explicar cómo hacía para mantener sus precios competitivos agregó: “Casi no hay estrategia, porque una semana compras un producto y a la semana siguiente está 20 o 30 pesos más caro; todas las semanas suben los precios, no hay forma de competir”.