El Financial Health Institute define el estrés financiero como una condición causada por eventos que crean ansiedad y preocupación, a menudo junto con una respuesta física; y mediante un estudio pudieron comprobar que quienes mejor dormían eran “aquellos financieramente confortables”.
Para quien alguna vez haya tenido problemas tanto para dormir como para conciliar su presupuesto con sus ingresos, probablemente esto no sea una novedad, pero es probable que comprar un sommier, por más confortable que sea tampoco sea la respuesta, debido al altísimo precio de mercado que exhiben teniendo las líneas premium y que obligarían a cargar la tarjeta durante un año y medio con el equivalente al 37% de un sueldo promedio de Mendoza (de acuerdo con el economista José Vargas de Evaluecon, asciende a $81.000).
En el primer caso, se tomó como ejemplo el conjunto más caro que ofrece una conocida casa de colchones y sommiers, con un costo de $1.083.237, y un descuento del 50% que lleva el precio a $541.618, o a pagar en 18 cuotas sin interés a $30.089.
Así, aun con los planes de cuotas más largos, es probable que comprar un colchón de $855.000, aún con un descuento del 50%, que lo deje en $427.534, y en cuotas de $23.731, sea una decisión para pensar más de una vez, ya que se pagará durante un año y medio.
Si bien es cierto que los futuros acuerdos salariales irán modificando la relación entre la cuota a pagar por el colchón y el ingreso de cada persona, hoy comprometer un tercio del sueldo, no dejará espacio para otros gastos también necesarios para el hogar, o incluso para los alimentos y bebidas que componen la canasta básica.
¿Un colchón vale lo mismo que un auto?
Puede parecer exagerada la comparación, porque, claro está, dependerá de qué colchón se compre, pero si tomamos los precios señalados anteriormente, son equiparables a los precios de lista que publica la Asociación de Concesionarios de Automotores de la República Argentina (ACARA) para algunos de los autos más económicos en versiones 2012 o 2010.
Así, por ejemplo, un Clio Base (Authentique) puede costar $852.000, y un Corsa Classic 3Ptas (1.4/1.6 N Life/Base -L09) $850.300, del año 2010.
Colchones económicos y en cajas
La pandemia cambió, entre muchas cosas, la forma en la que la sociedad realiza sus compras. Si bien ya existían las tiendas online y el famoso e-commerce, este creció a pasos agigantados a partir del 2020, y se convirtió en una opción sumamente considerada por los compradores. Según un informe de Brand Partners, Argentina es el país que verá el mayor aumento de compras en línea en un mundo post Covid-19.
Las entregas se volvieron un factor clave en la rentabilidad del negocio. Entre las cuestiones más importante para los compradores se encuentra el hecho de que, el 30% de los compradores globales esperan que los productos que ordenan en línea lleguen dentro de las 24 horas, mientras que el factor número uno a nivel mundial que cambiarían es justamente, la entrega más rápida, que se situó en la cima con el 11,2% de los votos.
En este marco, las empresas buscan innovar para cubrir esas necesidades y la tendencia se expande a todo tipo de productos. Por ejemplo, los videos de colchones que parecen entrar en una caja no mucho más grande que la que se utilizaría para guardar un aire acondicionado, inundaron las redes sociales, y la empresa responsable de esto invita a sus clientes a publicar el “unboxing” (desempaque del producto), para que den testimonio de que realmente el producto que reciben se “infla” hasta alcanzar el tamaño que tendría cualquier colchón convencional.
Esta solución para los envíos y almacenajes en colchonería, que permite reducir costos, y simplificar la logística, es una creación del ingeniero industrial de 32 años, Matías Burstein, y está disponible desde noviembre de 2019.
El empresario le contó a Los Andes que después de ocho años de trabajar en e-commerce, se convirtió en un referente para sus amigos y familiares, que le consultaban en qué páginas adquirir diversos productos, pero en materia de colchonería, no logró encontrar una respuesta, y entonces creó una.
“Me pareció que las páginas de internet de muchas tiendas (de colchones) no estaban en consonancia con las necesidades de las nuevas generaciones, algo que se hizo más evidente con la pandemia, y con la adopción del mundo digital que hizo gran parte de la sociedad; los tiempos de entrega eran muy largos, y las garantías de devolución algo imprecisas, si se tiene en cuenta que se trata de algo que debe durar más de cinco años, y podría ser mucho tiempo si uno se arrepiente de esa compra”, agregó.
En este contexto fue que decidió que había que incluir “reseñas con lo que le pasó a otras personas”, y que los mismos clientes debían calificar y compartir sus experiencias, luego de comprar, como sucede con otros productos en el mercado. “Cuando viajamos leemos reseñas, vemos qué le pasó a otras personas en situaciones similares a las que vamos a enfrentar”, comentó, a modo de ejemplo.
Así, nació Calm, pero la empresa también debía adaptarse al contexto económico argentino, y el poder comprimirlos y “encajarlos”, resolvió tanto la necesidad de adaptarse al e-commerce, como la de bajar costos. “Es un colchón de espuma de alta densidad, que incluye una capa soft que le da la sensación de confort al cliente, pero que entra en una caja”, agregó.
“El sistema nos permite cambiar el paradigma de la experiencia de colchones, bajar gastos logísticos, ahorrar en almacenaje, y en costos para poder ofrecer envío gratis a todo el país. Todo eso, podría llegar a representar un 20% sobre el costo del colchón, pero lo evitamos”, sumó Burstein. En la página web, se refieren a que de esa manera ofrecen “un colchón de calidad a un precio honesto”.
En la actualidad, además de él y su socio, 34 personas trabajan en Calm, tienen depósitos en Palermo y en la Zona Norte de Buenos Aires, y llegan a todo el país. Desde 2019 a la fecha han despachado más de 20 mil colchones, y vienen creciendo a tasas del 400% al año.
“El colchón se prueba durmiendo”
Burstein asegura que para cambiar el paradigma en cuanto al servicio al cliente, no solo hay que enviarlo en pocos días, y que se pueda hacer un seguimiento desde la compra hasta que se recibe el producto, sino que “el colchón se prueba durmiendo”.
Esto significa que una vez que se recibe el producto, se accede a 30 noches de prueba, y si el cliente no se encuentra conforme, desde la empresa lo retiran y luego lo donan. No obstante, el empresario asegura que la tasa de devoluciones, a la fecha, es inferior al 1%.
Un colchón que se infla para la siesta mendocina
Para aplicar la tecnología que permite comprimir un colchón hasta que quepa en una caja, Burstein señala que la materia prima, la espuma, debe ser de muy buena calidad, de manera que una vez desenvuelto, tome la forma que tenía antes de la compactación.
Asimismo, estudiaron los hábitos de los argentinos, y de los mendocinos entre ellos, para diseñar un colchón que se adapte a la forma de dormir de todos ellos, y a los distintos cuerpos. “Tenemos más de 20 mil personas que se duermen en un Calm, y confiamos en el producto”, agregó.
El 3% de las ventas a las que se refiere el ingeniero se efectuaron en Mendoza, es decir más de 800 colchones en los últimos dos años, y Burstein explicó que se trata de una plaza muy importante.
“Estudiamos los hábitos de los argentinos, y particularmente en la provincia de Mendoza sabemos que la siesta es de 1,50 minutos (levemente por encima del promedio del país, en donde se duermen 1,45 minutos diarios a la tarde). Esa es una curiosidad nada más, pero además se trata de una plaza muy importante para nosotros, porque después de Córdoba y Santa Fe, Mendoza es la provincia en la que mayor crecimiento estamos teniendo (fuera de Buenos Aires)”, agregó.
Peso y altura del colchón “inflado”
El colchón tradicional pesa alrededor de 22 kilogramos (el de 1,40 por 1,90), aunque tienen opciones más grandes y más pesadas como el Súper King de 2x2m y 22 cm de altura, o 28 cm de altura, para los que eligen mayor espesor, que pesa 40 kilogramos.
“Nuestra forma de comunicar, y de llegar a los consumidores es muy gráfica, necesitamos que se vea cómo se infla, y que se entienda que es un concepto innovador, pero que les llega un producto de alta calidad y que aguanta hasta 120 kilogramos por lado (en dos plazas). Es un colchón normal, que se comprime”, explicó su creador.
En la web también se pueden adquirir almohadas con la misma tecnología, y camas de hierro y madera que llegan en caja, y que pueden ser armadas por quien las compre, sin mayores dificultades.