En medio de la enorme necesidad del Banco Central por sumar reservas netas, el ministro de Economía, Sergio Massa, decidió impulsar un nuevo blanqueo de capitales en el proyecto de ley de Presupuesto 2023, destinado solo a la compra de inmuebles usados y al pago de importaciones.
Estas iniciativas aparecieron en forma sorpresiva en el proyecto de ley. Fueron sumados tras diversas propuestas realizadas por el sector inmobiliario y por pequeñas y medianas empresas que importan bienes de capital e insumos para destrabar parte de sus actividades afectadas por la escasez de divisas.
Evitar penalizaciones y otorgar beneficios impositivos a través de herramientas de exteriorización de capitales es una estrategia que los últimos Gobiernos han usado para intentar que los ahorristas vuelquen los dólares que tienen en el “colchón” a la economía real, ante la imposibilidad de todos las administraciones para generar incentivos genuinos.
Cristina Kirchner había impulsado dos blanqueos, uno en 2008 y otro en 2013. El primero fue en un contexto de crisis financiera; y el segundo por una profunda escasez de dólares, similar a lo que sucede ahora. En 2016, el entonces presidente Mauricio Macri impulsó un blanqueo que ascendió a 116.800 millones de dólares, el segundo más importante de la historia por detrás de Indonesia, que había logrado una suma de 330.000 millones.
Dos artículos incorporados a la iniciativa de 4.821 páginas plantean que se consideren nuevos destinos para los fondos que se blanqueen mediante la Ley N° 27.613 -denominada de Incentivo a la Inversión, Construcción y Producción Argentina- que había sido promulgada el 22 de agosto pasado.
En el artículo 71, el Presupuesto establece que los fondos que se declaren (que deberán pagar entre 5 y 20% según establece la norma original) “también podrán destinarse a la adquisición de un inmueble usado”. Hasta el momento, las normas vigentes solo permitían comprar inmuebles nuevos o en construcción.
La compra de propiedades usadas, sin embargo, tendrá limitaciones: tiene que ser destinada a vivienda permanente de quien exterioriza los fondos y su familia o, “por un plazo no inferior a 10 años”, a alquiler con destino exclusivo de casa-habitación, es decir, no con fines comerciales.
El plazo planteado para blanquear es de unos seis meses. La iniciativa no dispone restricciones de blanqueo para quienes ya tengan propiedades a su nombre, dado que el objetivo es impulsar al mercado inmobiliario que viene en crisis por la falta de créditos hipotecarios y de divisas en un mercado completamente dolarizado.
Exteriorización para el pago de importaciones
En el artículo 72, Massa incorporó una habilitación para que las empresas puedan usar dólares propios que hasta ahora no están declarados para ingresar al país mercaderías del exterior. Se trata de una iniciativa que la Confederación General Empresaria le presentó días atrás al secretario de Comercio exterior, Matías Tombolini.
Para ello, se creará el “Régimen de Incentivo a la Inversión y Producción Argentina” mediante el cual los residentes en la Argentina podrán blanquear dólares en el país y en el exterior durante un año pero solo para pagar importaciones para consumo, incluidos servicios, destinados a procesos productivos. Los fondos deberán depositarse en una Cuenta Especial de Depósito y Cancelación para la Inversión y Producción Argentina “en la forma y en los plazos que establezcan la AFIP y el Banco Central”, dice la iniciativa.
El impuesto que deberán pagar en este caso es similar al que estaba establecido para la Construcción: desde la fecha de entrada en vigencia del Régimen y hasta transcurridos 90 días corridos: 5%; desde el día 90 hasta el 180: 10%; desde el día 180 hasta el año: 20%. Los dólares se valuarán al tipo de cambio comprador del Banco Nación.