En un esfuerzo por estabilizar el abastecimiento y los precios, el Gobierno nacional ha tomado la decisión de retrasar el aumento de los impuestos que afectan directamente el costo de los combustibles. Este ajuste, que estaba inicialmente programado para el presente mes, entrará en vigor finalmente en febrero de 2024.
Mediante el decreto 567/2023, publicado en el Boletín Oficial en el día de hoy, el Ejecutivo ha estipulado que los incrementos en las obligaciones fiscales derivados de las actualizaciones correspondientes al tercer y cuarto trimestres del año 2021, así como los del primer, segundo, tercero y cuarto trimestres del año 2022, y los tres primeros trimestres del año 2023, serán aplicados a partir del 1 de febrero de 2024. Esta medida impacta directamente en los precios de la nafta y el gasoil.
En el considerando del decreto, el Gobierno justifica esta determinación en pos de “garantizar una necesaria estabilidad y un apropiado desarrollo de los precios”. Esto se debe a que, dado que estos impuestos afectan el consumo y considerando que la demanda de combustibles líquidos es altamente inelástica, cualquier variación en los impuestos se traduce prácticamente de forma directa en los precios finales de los combustibles.
Es relevante destacar que estos ajustes están respaldados por la Ley N° 23.966, de 1998, y sus posteriores modificaciones. Esta legislación establece montos fijos en pesos por unidades de medida para determinar los impuestos sobre los combustibles líquidos y el impuesto al dióxido de carbono, respectivamente. Además, la normativa establece la aplicación de un monto fijo diferencial del impuesto sobre los combustibles líquidos cuando estos se destinan al consumo en las provincias de Neuquén, La Pampa, Río Negro, Chubut, Santa Cruz, Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, así como en los partidos de Patagones, Provincia de Buenos Aires, y Malargüe, Mendoza.