La Empresa Mendocina de Energía (Emesa) evalúa en un futuro próximo la construcción de dos nuevas obras para la generación de energías limpias, un parque solar en Malargüe y una central termoeléctrica en la localidad de Uspallata. Esta última se desprende de la experiencia adquirida con la planta de Anchoris, alimentada con gas natural licuado (GNL) proveniente del yacimiento sureño de Calmuco. Un gasoducto virtual conecta la boca de pozo malargüino con la planta de energía en Luján de Cuyo.
El proyecto energético tiene bases sólidas. Emesa recuperó el yacimiento de Calmuco, ubicado a 140 kilómetros al sur de la ciudad cabecera de Malargüe, que estaba inactivo desde 1994. Allí se extrae gas y se lo procesa para obtener gas natural licuado (GNL), se lo transporta por medio de un gasoducto virtual (es decir, en camiones tanque) hasta la planta de energía en Luján, logrando un 50% de ahorro en los costos de traslado.
Emesa, cuyo principal accionista es el Ministerio de Economía y Energía, logró la integración vertical en la cadena del gas: desde la explotación de un yacimiento que estaba inactivo (con tecnología para licuar el gas in situ), hasta un gasoducto virtual limpio. Es decir que transporta grandes volúmenes de gas sin utilizar un gasoducto, sino camiones, y así reduce el costo para abastecer a la Central Térmica de Anchoris, planta que produce energía eléctrica para 125 mil hogares.
“Esta integración vertical cierra la cadena del gas, porque estamos produciendo a partir de un recurso primario, gas de reservorio, un producto de la canasta energética como lo es la electricidad, la que es volcada en la red de Mendoza para llegar al usuario final. Emesa ha dado un salto de crecimiento con sus propias inversiones generando nuevas regalías para la provincia”, explicó el presidente de Emesa, Pablo Magistocchi.
Proyectos en desarrollo
Emesa, junto al Banco Interamericano de Desarrollo (BID), realiza un estudio con el fin de determinar las posibilidades de realizar una red de gas natural en Uspallata, buscando reducir los costos de calefacción a la población. “El gas llegaría por medio de un gasoducto virtual. Se transportaría gas natural licuado, se regasificaría y se inyectaría en la red. En octubre tendríamos el primer informe sobre los costos de la obra”, contó Magistocchi.
En la localidad cordillerana también se desarrollarían otros proyectos que tienen aprobado su fase técnica (factibilidad ambiental, técnica y económica), pero que requieren de fondos para su ejecución. Entre ellos, se destaca una central termoeléctrica de 36 MW con distintas configuraciones posibles. Una de ellas propone abastecerla con GNL como se hace en Anchoris, por medio de un gasoducto virtual. La otra implica hacer un gasoducto en el área de Cajón grande, en el yacimiento Cañadón amarillo.
Como parte del plan de soluciones energéticas integrales, la nueva estación de envasado de gas natural licuado marcará un hito. El abastecimiento de domicilios, comercios y reparticiones estatales se realizará por medio del transporte de gas licuado. La provincia cuenta con la tecnología para procesarlo, la “licuefacción” consiste en volver líquido al gas (a una temperatura de más de 160 grados bajo cero), para que ocupe menor volumen que en estado gaseoso.
“En el sur de la provincia, la Empresa Mendocina de Energía proyecta la construcción de un parque solar y un pequeño aprovechamiento hidroeléctrico en el río Malargüe. Ambos proyectos están en cartera”, sostuvo el titular de Emesa. Magistocchi, también confió que está en ejecución un pequeño polo de servicios petroleros, un vertedero de crudo (con báscula y laboratorio). Allí los operadores independientes de petróleo pueden llevar su producto para generar volumen y mejorar las condiciones de negociación con YPF, que compra sus productos para procesarlos.
El gasoduto virtual
Esta innovadora tecnología permite el ahorro del 50% en los costos de traslado, emite menos gases de efecto invernadero y optimiza la logística, conectando puntos extremos del territorio provincial en los cuales no existe infraestructura (gasoductos). De esta manera, Emesa se posiciona como un jugador clave en el sector energético local y proyecta a Mendoza como líder en innovación en energías limpias.
“El nuevo combustible de los pesados” cambió el panorama energético del transporte: el GNL marcó un antes y un después en las cargas, ya que permite ahorrar en subsidios al transporte, cuesta la mitad que el gasoil y genera menos contaminación atmosférica y sonora. Mendoza opera desde 2017 seis camiones de la empresa Andreu con GNL, que se cargan en Anchoris, donde una UTE entre la Emesa y la empresa Galileo puso la primera “estación de carga GNL”.
Los vehículos, seis Scania que emiten menos dióxido de carbono, no producen NOX (óxidos de nitrógeno) ni particulados, han funcionado en rutas con máximo rendimiento, lo que permite proyectar a futuro el sistema para todo tipo de pesados. Los camiones además ahorran la necesidad de contar con un gasoducto. Se encuentran equipados con motores de 9 litros y 5 cilindros y son capaces de generar una potencia 340 hp y un torque de 1.600 Nm.