Con el nuevo calendario en marcha, es el momento para ver qué expectativos y desafíos presentan los principales sectores económicos de la provincia. Desde la vitivinicultura hasta el petróleo, pasando por agro, comercio, turismo y construcción, la mayor parte de las actividades espera que sea un año mejor que el 2021, pero se repiten problemas como la falta de estabilidad y de previsión para hacer negocios.
Comenzando por un sector insignia, la vitivinicultura empezó un 2022 motivada por el gran cierre de las exportaciones en 2021, con récord en ventas de vino fraccionado por más de U$S 815 millones y que sumando el vino a granel, mosto y uvas en fresco supera los U$S 1.000 millones. Carlos Fiochetta, gerente de la Corporación Vitivinícola Argentina (Coviar), cree que será un desafío consolidar ese crecimiento e insistirán con eliminar los derechos de exportación.
En cuanto al mercado interno, Fiochetta ve una situación más compleja por amenazas como la modificación de las leyes de tolerancia del consumo de alcohol y otras variables económicas que escapan al sector de las bodegas. “Esperemos que la cosecha sea normal y sirva de base para mantener los stocks, para consolidar el crecimiento de la exportación y reimpulsar el consumo en el mercado interno”, declaró el gerente de Coviar.
Por su parte, Patricia Ortiz, presidente de Bodegas de Argentina (BdA), también celebró el récord en exportaciones, aunque recordó que es un número similar al de 2012 e invitó a “ver cuáles deberían ser las estrategias para salir de esa meseta en la cual estamos”, porque “si bien la curva se revirtió, hemos perdido mucho tiempo”.
Además, para 2022 Ortiz espera que se pueda avanzar en la unión de BdA con Wines of Argentina, un tema que se viene discutiendo en los últimos meses, para “tener una representación fuerte a nivel nacional” y poder trabajar con el gobierno en temas como aranceles, retenciones, carga impositiva y falta de fondos para la promoción.
Los temores de la agroindustria
Fuera del vino, el agro provincial presenta varias dudas para este 2022. En el sector del ajo, principal exportador agrícola fuera de la vitivinicultura, el año empezó con una merma en la calidad por las lluvias de diciembre. Daniel Espósito, presidente de Asocamen (cámara del ajo, cebollas y afines) recordó que Brasil planea continuar aumentando su producción y hoy “a duras penas” cubren los costos, una situación que no parece cambiar pronto.
“Tenemos el principal mercado, que es Brasil, muy deprimido en consumo y precios. Por otro lado, el retraso del tipo de cambio nos hace muy difícil cubrir costos. Las expectativas para el 2022 no son buenas y se puede anticipar una reducción en las hectáreas cultivadas”, lamentó el presidente de Asocamen.
El sector Frutihortícola también presentó sus dudas para este año, más aún después del granizo que golpeó varios cultivos a fines de 2021. Desde la Unión Frutihortícola Argentina (UFHA), su presidente Omar Carrasco consideró que es muy difícil responder cómo será el 2022, aunque no pierde la esperanza de que la política pueda consensuar “un plan económico con reglas claras”.
Según sostuvo el presidente de UFHA, algunos factores que para cualquier sector económico serían un problema, como la inflación, perjudican aún más a la agricultura “porque son emprendimientos de largo aliento” hasta poder cosechar y comercial zar, mientras que ahora “trabajan prácticamente a ciegas” sin poder hacer cálculos de una temporada completa.
En cuanto a la Olivicultura, el presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen), Luis Armando Mansur, consideró que la cosecha de 2022 será muy variable en distintas regiones, más con el golpe del granizo en la producción olivícola de Lavalle. Una paradoja es que “el sector necesita de inversiones para reconvertirse, pero muchos se salen del negocio por falta de rentabilidad”.
Además, el aceite tendrá un año difícil en el mercado internacional porque España (principal productor mundial) ha tenido muy buenas cosechas. De todos modo, Mansur destacó dos aspectos que pueden ayudar en este 2022: el primer puesto de Olivícola Laur en el Ranking Mundial de AOVE y la concreción en el primer semestre de 2022 de la declaración de Indicación Geográfica para el aceite de oliva virgen extra del oasis norte de Mendoza.
Aumentar las ventas y las visitas.
Dos sectores muy importantes que tienen buenas expectativas son el comercio y el turismo. Ambos han tenido un repunte en los últimos meses, por factores como las fiestas y las vacaciones. Las ventas comerciales crecieron por Navidad y Reyes, incluso algunos comercios reportaron más ventas que en 2019, mientras que el turismo sigue creciendo en lugares alejados de la ciudad como Potrerillos, Valle de Uco y San Rafael.
Sobre el comercio, Adrián Alín, presidente de la cámara comercial Cecitys e integrante del Instituto de Desarrollo Comercial (IDC), señaló que las ventas de algunos sectores, como perfumería, se han reactivado. Este referente recordó que hace pocos años había filas de autos para cruzar a Chile y hacer compras, mientras que ahora, con otro tipo de cambio y las restricciones de viajes, muchos mendocinos deciden comprar en comercios locales.
Mirando hacia adelante, el presidente de Cecitys cree que este año se debe trabajar en recuperar las ventas en las galerías comerciales. “El rubro comercios y servicios termina traccionando al resto de los sectores, es la actividad que más empleo da. Ahora estamos trabajando para proponer medidas concretas al gobierno, si Argentina tuviera estabilidad y un plan económico concreto podría despegar”, analizó Arlín.
En lo que se refiere al turismo, desde la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines de Mendoza (Aehga) comentaron que la expectativa es recuperar parte de lo perdido durante 2020 y 2021. Al respecto, Edmundo Day, vicepresidente de la institución, comentó: “La economía argentina cayó casi 10 % en 2020, pero la actividad hotelera cayó cerca de 50 %, diez veces más. Este año queremos seguirnos recuperando”.
Con un gran interés por parte de los viajeros argentinos (limitados de viajar al exterior y con programas como el Previaje), Day cree que es importante renovar al sector turístico, aumentando la oferta disponible después de que muchos cerraran durante 2020. Eso incluye revisar el turismo de negocios y eventos, que nutría a los hoteles del centro. “Esperamos que el sector pueda recuperarse y actualizarse”, sintetizó el vicepresidente de Aehga.
Construcción, industria y petróleo
Una actividad que se vio muy perjudicada en 2020, empezó a reflotar en 2021 y quiere crecer este 2022 es la construcción, un sector que tracciona a muchas otras actividades. Dalmiro Barbeito, presidente de la Cámara de Empresas Constructoras Independientes de Mendoza (Cecim), se entusiasma con que “este año el gobierno tiene un presupuesto de $20.000 millones para obras públicas, y ya se están licitando algunas obras”.
Después de años con reasignación de recursos y subejecución de obras provinciales, desde Cecim quieren acompañar para que las obras se realicen. Para Barbeito, la macroeconomía “no ayuda a tener grandes expectativas”, pero “sí puede ser un año de reactivación para el sector”, recordando que atraviesan dificultades desde 2019. “Nuestra visión es cortoplacista, porque en el largo plazo no vemos inversiones a gran escala. Es el país en que nos toca vivir”, agregó.
En lo que se refiere a la industria, especialmente lo que es por fuera del agro, Matías Díaz Telli, presidente de la Unión Industrial de Mendoza (UIM), reflexionó sobre 2022 y analizó que “hay sectores con optimismo y con muchísima capacidad de trabajo, como el metalúrgico o el de la construcción, que están esperando un acelere de la actividad, motivado por una mayor demanda o por mayor inversión pública”.
Además, Telli consideró que para que la industria genere más mano de obra en blanco tiene que expandirse y recordó la vinculación con actividades como la vitivinicultura y el petróleo. “La vitivinicultura hace que tengamos una metalmecánica con la que fabricamos maquinaria agrícola y tanques de acero inoxidables”, ejemplificó el presidente de UIM, además de mencionar a la minería como una posibilidad para expandir la matriz productiva de Mendoza.
El último sector, petróleo, inicia expectante el 2022 con dos grandes proyectos de YPF en Malargüe: un piloto de U$S 17 millones sobre petróleo no convencional en la parte mendocina de Vaca Muerta (con dos pozos que, si funcionan bien, pueden implicar inversiones por U$S 1.000 millones) y un proyecto de recuperación terciaria por U$S 71 millones, que podría implicar inversiones por U$S 400 millones en 2021.