Para muchos argentinos, comprar dólares es la forma más segura y sencilla de preservar los ahorros. Sin embargo, lo más acostumbrado para quienes tienen esta moneda es guardarla “bajo el colchón”. Esta ha sido una buena opción en ciertos momentos pero ahora, con la suba de los precios, también en dólares, y la inflación en Estados Unidos (del 8,6% interanual en mayo), tal vez ya no sea la mejor alternativa. ¿Y qué pasa con los plazos fijos en esta moneda?
El plazo fijo también es una de las alternativas más utilizadas por el ahorrista común, ya que se sabe que, si bien no se le gana a la inflación con el tradicional -sí con el UVA-, al menos permite perder menos dinero que si se dejan los ahorros en pesos. Claro que la mayoría elige este instrumento cuando decide invertir en moneda local y es bastante más reacio a utilizarlo en dólares.
Más allá de que se debe superar el temor que, ante un escenario incierto, de bajo nivel de reservas y con las vivencias pasadas de intervenciones como el corralito, lo cierto es que permite incrementar levemente la cantidad de dólares en el tiempo. Claro que esto dependerá de la entidad elegida.
Para entenderlo, el Banco Nación ofrece una tasa de 0,5% anual. Esto significa que, si uno deposita U$S 1.000, a los 30 días habrá “ganado” 41 centavos y, a lo largo de un año, U$S 5. En el caso del BBVA, el interés es menor, del 0,15% anual, por lo que en un mes se obtiene un rendimiento de 12 centavos. Y el Santander ofrece una tasa de 0,05%, con lo que, en 30 días, por cada U$S 1.000, se lograrán 4 centavos. Esto, cuando se depositan unos U$S 1.000 como mínimo, por un plazo que puede variar entre los 30 y los 365 días (aunque no se modifica el interés).
Definitivamente, no se trata de una inversión atractiva. Aunque también se debe tener en cuenta que, mientras la inflación acumulada en el país, entre enero y mayo, fue del 29,3%, mientras que el dólar oficial apenas tuvo una variación, en el mismo período, del 0,16% (pasó de los $108 a los $125,25) y el blue tuvo una variación negativa, ya que los primeros días de 2022 se vendía a $208 y a fines de mayo, a $207 (aunque ahora haya alcanzado los $226).
Invertir dólares y ganar un interés
Si bien está claro que el plazo fijo en dólares puede pensarse como una opción para tener el dinero en el banco y no en casa -por la inseguridad- pero no para ganar dinero y que el dólar también va perdiendo valor, iProfesional menciona algunas inversiones que sí permiten obtener un interés en dólares.
Una de esas opciones son las cauciones, que funcionan de manera similar al plazo fijo y se hace a través de un bróker, en el que se le presta dinero a otra persona de manera segura y, a cambio, se obtiene un interés. Como la transacción se encuentra respaldada, el riesgo de no cobrar es casi nulo. Debido a su bajo riesgo, el porcentaje de interés no es muy alto: entre el 0,5% y el 1,5% anual.
Por otra parte, se encuentran los fondos comunes de inversiones que cotizan en esta moneda. En ese caso, se debe tener en cuenta que, si bien se pueden obtener ganancias, también puede haber pérdidas y, por lógica, las perdidas serán en dólares. Por ejemplo, el FCI Galileo Event Driven es un fondo común de inversión que ofrece un retorno anual de entre el 7% y el 9%, aproximadamente. Sin embargo, se estima que, con las variaciones actuales, perderá un valor cercano al 5% (a lo que se debe sumar -o restar- la pérdida por inflación).
También están los Cedears, que pueden comprarse tanto en pesos como en dólares. Estas son representaciones de las acciones de empresas que cotizan en el exterior, como es el caso de The Coca Cola Company o de Walmart. Al ser activos que se basan en otros del exterior, el precio de estos se fundamenta no solo en el valor que tiene afuera en dólares, sino también en su valor por el dólar CCL. Además, este tipo de activo se puede vender en dólares, por lo que es una opción a tener en cuenta si se busca invertir en esa moneda.
Finalmente, se encuentran las obligaciones negociables. En este tipo de activo consiste en prestarle dinero a un tercero y éste, a cambio, brinda un interés. Estos terceros, sin embargo, son empresas de primer nivel que necesitan financiarse. A pesar de eso, el “riesgo país” entre otras variables influyen en el acceso al crédito de estas empresas, por lo que, a través de este instrumento, solicitan dinero para financiarse a tasas significativamente más altas. A su vez, la empresa accede también a un menor costo que acudir a una entidad financiera. El riesgo de este tipo de inversión también suele ser bajo.