Hay cierta expectativa en el ambiente. En un par de horas, el hombre que acaba de servirse un vaso de agua brindará una conferencia en Mendoza, donde presentará su libro Cómo salen los países de la pobreza en la Universidad del Aconcagua. Sentado junto a la ventana, en una de las habitaciones del hotel Hyatt, el alemán Rainer Zitelmann prepara la charla con Los Andes.
La escenografía es sencilla: una pequeña mesa de por medio y el gesto de un buen anfitrión. Por la noche, regresará a Buenos Aires y al otro día a Europa. En su última obra en español, Zitelmann analiza los casos de Vietnam y Polonia. Expone que los subsidios y la redistribución no son suficientes para erradicar la pobreza.
Ha editado 29 libros, traducidos a más de 30 idiomas. Estudió Ciencias Políticas e Historia, obteniendo sus títulos con honores, seguido de una maestría en Sociología. Emprendió un viaje por los países liberales, registrando los cambios de actitud de la población, y Argentina es uno de sus terrenos de investigación, un lugar que le despertó curiosidad.
“Todo comenzó hace tres años, con una encuesta elaborada por Ipsos-Mori para detectar cuál es la actitud pro-mercado en 35 países. La encuesta arrojó resultados sorprendentes sobre Argentina y Chile; mientras Argentina demostraba más actitud pro-mercado, la población de Chile se inclinaba hacia más Estado”.
“Dos meses después de nuestra encuesta, Gabriel Boric fue electo presidente. Es un presidente socialista, así que tal vez nuestra encuesta no estaba equivocada. Un año después, los argentinos eligieron a Javier Milei y se expresó ese cambio de actitud que habíamos observado antes”.
—Me llama la atención su conocimiento sobre la actualidad argentina. Como sociólogo, le pregunto: ¿Cómo explica el fenómeno Milei?
—Revisando la encuesta y empezando a conocer a las personas liberales en Argentina, observamos que Milei se enfoca en sus seguidores: en gente joven y gente pobre. En 2022, estuve en Argentina para realizar varias presentaciones y percibí que los jóvenes estaban cada vez más frustrados con el Estado y buscaban un cambio; percibí en ellos la esperanza de que con la propuesta económica de Milei pudiesen estar mejor.
—¿Por qué se da ese viraje hacia las ideas del libre mercado?
—El primer punto es que tiene que haber una crisis grande, donde ya no haya nada que perder. El segundo, un cambio en la mentalidad de las personas, una idea que prime. En los países, esto se logra a partir de mucho trabajo, de think tanks (ndr: conjunto de ideas) que se han ido comentando. Eso no es exclusivo de aquí, porque antes de que Margaret Thatcher fuese electa como primera ministra de Inglaterra, a fines de la década del 70, ya había think tanks económicos instalados. Lo mismo ocurrió con Ronald Reagan cuando llegó al poder en Estados Unidos en los 80.
En Argentina, las ideas de la libertad tienen bases académicas y se respaldan con acciones. Milei tiene el conocimiento y carisma para que la gente se dé cuenta del cambio, pero, comparándolo con hechos históricos, si sucede algo similar.
—En este escenario, ¿este movimiento puede ser prolongado? ¿Qué tan parecido es al caso de Polonia?
—Antes de la transición de un gobierno socialista a uno que no lo era, Polonia era más pobre que Argentina. La inflación era altísima, en el orden del 600%. Polonia era el tercer país con más deuda en Europa y, obviamente, tenía una economía con una fuerte intervención estatal. A fines de los 80 llegó, a un gobierno no socialista, un ministro de economía que creía en las teorías de Hayek. Al igual que Leszek Balcerowicz, Milei piensa que hay que aplicar una terapia de shock y lo está haciendo.
Milei no es Bolsonaro ni Trump, lo único que tienen en común es un estilo disruptivo. Hace dos meses, Milei estuvo en Alemania y habló de su formación económica. No me imagino a Trump leyendo a los economistas austriacos, sino mirando luchas. La gente tendría que dejar de comparar a Milei con Trump y compararlo con Balcerowicz, quien llevó adelante las reformas económicas en Polonia. Milei cree en lo mismo, tienen las mismas opiniones y recetas sobre cómo sacar a un país adelante. Una diferencia es que Milei tiene minoría en el Congreso, mientras que Balcerowicz tenía la mayoría.
Me preocupa que los argentinos no tengan paciencia, porque la situación que están viviendo se complicará antes de mejorar. Según la historia, Polonia tardó dos años en empezar a crecer y las cosas habían empeorado antes. En Polonia, hubo una caída del 8% del PBI y creció el desempleo antes de empezar a crecer. Por eso la preocupación: que la gente tenga paciencia, porque entiendo que las cosas van a mejorar.
—En la última presentación de Milei en Alemania, usted estuvo presente. ¿Qué rol está jugando Argentina en el plano económico?
—Es muy importante, porque hay una tendencia económica hacia un mayor mercado. La tendencia global, en la actualidad, es más Estado y menos capitalismo, excepto en Argentina. Los ojos del mundo están en Argentina, y su éxito puede provocar un efecto dominó en países de la región como Brasil, Chile y Venezuela. Si no funciona, habrá más intervención del Estado. Hay que tener paciencia.
—La paciencia es el primer aspecto importante para salir de la pobreza. ¿Cuál es el segundo?
—El resultado de las elecciones de medio término. Porque hoy Milei tiene minoría en el Congreso. La meta es lograr más lugares en ambas cámaras y comprometerse, porque de a poco se puede ir avanzando. Por otro lado, el peronismo, que ha librado mil batallas, ahora está golpeado, pero puede renacer en octubre.
—Este juego político, me da curiosidad el tema de su nuevo libro.
—Se ha editado en alemán y pronto habrá una edición en inglés. Se llama Un viaje por las rutas de la libertad. En los últimos 20 meses, recorrí diferentes países de América, Europa y Asia, analizando desde las ciencias políticas, sociología y economía cómo es el nivel de vida de su gente.
—”Lo ves” es una expresión que hace referencia al cambio de horizonte, de paradigma. ¿Ve a Argentina saliendo de la pobreza?
—Milei dijo desde la campaña que será un proceso doloroso y ahí están los números. Aunque parecen abstractos, se comienza a sentir en la vida cotidiana. Se ha terminado con el déficit y se atacó muy fuerte la inflación; son pequeños logros, pero son indicadores importantes para que la gente mantenga la paciencia.