La “estanflación” que anunció el presidente Javier Milei apenas asumió el cargo el 10 de diciembre se cumplió al pie de la letra. La recesión económica junto más la inflación hicieron mella en todos los sectores.
La caída en el nivel general de actividad se hizo sentir en 2023 y fue aún mayor apenas comenzado el 2024 con un índice negativo de 4,3%, según los datos del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec). En esa misma línea siguió la producción industrial con una merma del 12,4%.
Los salarios ni siquiera estuvieron cerca de empatarle a la inflación en 2023, quedaron 58 puntos por debajo. Esa tendencia negativa se mantuvo en enero de este año, último dato oficial, los ingresos perdieron alrededor de 4 puntos porcentuales contra el Índice de Precios al Consumidor (IPC).
Con un frente tormentoso que aún no se disipa, tanto especialistas como empresarios creen que puede haber luz al final del túnel. La cuestión a dilucidar es si finalmente aparecerá y cuando, temprano o tarde.
Las opiniones son variopintas. Para algunos economistas, la baja en la inflación a un dígito no se verá antes de finalizar el segundo trimestre de este año, mientras que está quien sostiene que todo el 2024 “va a ser bravo”.
Un aspecto que no pasó inadvertido, es que tanto especialistas como el sector empresarios consideraron relevante avanzar en lo inmediato con la reforma laboral, como base de sustentación para una pronta recuperación económica.
Proyectándose hacia adelante, el economista Carlos Rodríguez cree que así como el incremento sostenido en el nivel general de los precios “viene descendiendo” hacia el final del segundo trimestre “vamos a estar probablemente con un dígito de inflación y llegando a fin de año con niveles muy bajos”.
La desaceleración de la inflación “se lo pone el freno a la emisión de pesos” pero también “la caída en la actividad económica”. En ese sentido opinó que “esa situación seguramente es una preocupación del gobierno y más allá del descenso en las tasas del interés, que es una de las medidas que se han adoptado, creo que resulta insuficiente y van a tener que tomar nuevas medidas, sino considero altamente inconveniente que se profundice la caída en la actividad, porque eso inclusive va a terminar impactando fuertemente en el nivel de los salarios y en las variables de consumo”.
“El otro punto que no hay que perder de vista, continuó el economista, es que probablemente hay muchos precios que absorbieron un componente importante de expectativas, cuando creían que el valor del dólar iba a seguir aumentando, y eso no ha ocurrido, se me ocurre que en algún momento van a tener que hacer un sinceramiento, una reducción, aunque esto es difícil de hacerlo en esta y en otras economías”. Además “el dólar se han mantenido en un nivel razonable o descendiendo y es probable que con una nueva cosecha el ingreso de dólares se va a fortalecer y en consecuencia no habría motivos para una fuerte devaluación”.
Rodríguez no deja de ver con preocupación “la pérdida de poder adquisitivo de la gente que es algo que está unido a la caída de la actividad económica”.
“En teoría, continuó, entre la disminución del salario real por una parte y la disminución de las tasas de interés, entre otros factores, tendrían que llevar a la reactivación de la economía porque de los factores productivos que son el capital y el trabajo, hoy el trabajo está suficientemente barato para que los empresarios utilicen mano de obra”.
Sin embargo “acá hay un punto que quiero destacar, una de las cuatro reformas importantes que hay que hacer es la del mercado laboral, mientras eso no se realice es muy difícil para las empresas tomar gente más allá de lo coyuntural porque hoy en día un despido o un accidente de trabajo, sencillamente puede aniquilar a una empresa”.
Las otras reformas estructurales que marca el economista son la previsional e impositiva y “la de reducir el déficit fiscal, que algo está haciendo porque lo consiguió manejar”.
José Vargas director de la consultora Evaluecon opinó que “la macroeconomía en general, por lo menos para los próximos 90 días, va a seguir sumamente complicada”.
Según indicó la caída en la actividad económica “todavía no encontró el piso” y al observar “los indicadores de todos los sectores productivos, vemos que en mayor o menor medida han venido cayendo de una manera importante, salvo algunos específicos que quizás tienen que ver con el sector exportador, entre otros”.
Para Vargas, esa caída pronunciada en la actividad está asociada “con la pérdida de poder adquisitivo de los salarios, de la jubilaciones, que terminan licuándose con niveles de inflación sumamente altos.
Recién para el comienzo del segundo semestre se podrían apreciar cambios pero “dependiendo de lo que vaya generando el Gobierno a través de sus políticas o con los acuerdos que logre con los gobernadores o con la oposición para implementar algunas de sus medidas de política económica que tanto se viene negociando en el Congreso”.
En cuanto a la inflación, Vagas sostiene que difícilmente baje a un dígito en los próximos meses, mientras “sigamos teniendo aumentos de combustibles o el hecho de que se empiezan a actualizar las tarifas de servicios públicos como la del gas, con incremento sumamente elevados, que va a hacer que se termine trasladando al resto de los bienes y servicios. También hay otros incremento que se van a dar en las provincias como el transporte público y todo esto genera un combo de situaciones que hace que los niveles de inflación, insisto, difícilmente bajen del dígito en los próximos meses”.
“Este va a ser un año sumamente inflacionario”, remarcó y luego agregó que “por ahora el tipo de cambio está relativamente estable, es decir que no ha pegado un salto la cotización de los dólares financieros o marginales, porque es le pondría un condimento adicional a la inflación todavía mucho más al alza”.
Lo que está convencido es que “vamos a seguir viendo una caída en el poder adquisitivo tanto de salario como de jubilaciones” porque “está claro que el ritmo inflacionario es mucho más rápido y muy alto como para poder mínimamente lograr equilibrar la pérdida de poder adquisitivo de los salarios o las jubilaciones”.
Daniel Garro titular de la consultora Value International Group no ve grandes cambios para los 90 días por delante y en líneas generales, hay que prepararse para atravesar un 2024 difícil.
“Creo que no va a haber grandes cambios en los precios en los próximos tres meses, probablemente sigan altos” y si bien “a lo mejor se va a ir notando cierta baja, o van a ir subiendo cada vez menos” pero el trayecto “a la baja no va a ser tan fuerte como el primer trimestre de este año” en que el gobierno pudo mostrar una fuerte disminución en el ritmo inflacionario y “va a llegar un punto en donde al gobierno le va a costar mostrar bajas sustantivas a medida que pasen los meses. Los precios van a ir siendo cada vez más bajos, pero no tan brusco como al principio”.
Con respecto al nivel de actividad económica, Garro también consideró que “no habrá grandes diferencias. La capacidad instalada en general está alrededor de 55%, es muy baja, por lo que tendría que haber una avalancha de inversiones para revertirlo, que obviamente todavía no se ven porque las reformas estructurales todavía no están”.
Según el economista, recién a partir del segundo semestre del año, pueden presentarse algunas variaciones positivas pensando en que “los precios se estabilicen” y con las actualizaciones de los servicios públicos ya instaladas, en ese punto “probablemente se vean números o precios un poco más bajo, quizás un dígito.
Igualmente, el aspecto negativo que encuentra es que “estacionalmente el segundo semestre en Argentina siempre es más bajo en términos de nivel de actividad económica, el 60% o el 63% de del PBI se genera en la primera parte del año” por lo que “creo que todo el 2024 va a ser bravo, no va a haber grandes modificaciones”, resumió.
El economista Raúl Mercau realizó un análisis estadístico como punto de partida y consideró que entre los índices de actividad económica a la baja, caída en la producción industrial y la pérdida de poder adquisitivo es la manera “más sangrienta de luchar contra la inflación”.
Mirando los datos publicados por el Indec en 2023 más los difundidos en enero de 2024, Mercau trata de establecer “cuál es la situación de la política económica del gobierno nacional en este momento”.
“Lo primero que se observa es que en el cumulado del 2023 hay una caída en la actividad económica del 1,6%” mientras que “en el mes de enero de este año cayó un 4,3%, es decir, que hubo una fuerte caída de los niveles de actividad”, detalló el especialista.
Yendo específicamente a los índices de producción industrial, también publicados por el Indec, “se puede ver que en el año 2023 la producción industrial cayó un 1,8%, casi como el PBI que fue -1,6%, pero en enero, respecto al mismo mes del año anterior la caída fue de un 12,4%”, detalló.
Siguiendo con el análisis, Mercau sostuvo que “la caída de los niveles de actividad se ve agravada por una fuerte caída del poder adquisitivo de los salarios”, que ya venía del año anterior y se acentuó en 2024.
“En 2023 los salarios subieron un 152,7% mientras que la inflación fue del 211,14% y el aumento en alimentos, que es lo que más gastan los trabajadores, fue del 251.3%. Pero en enero los salarios aumentaron en promedio un 16,4% cuando la inflación fue del 20%”, agregó.
El economista tomó como base la encuesta de expectativas que realiza mensualmente el Banco Central,. Sobre inflación y actividad económica.
En esa línea, sostuvo que “la caída de la inflación se debe básicamente a esta recesión” y que las expectativas de una merma en la escalada de precios, según el BCRA, se daría en mayo o junio.
“Lo que dice la encueta de febrero, porque aún no está la de marzo, es que podríamos tener inflación de un dígito recién en mayo, un 9,6%, (y junio 8,8%) esto quiere decir que todavía tendremos una inflación alta”. Y con respecto a las previsiones sobre los niveles de actividad, “se prevé una caída del 3,4% en promedio durante el primer trimestre y en el total del año un -3,3%”
En síntesis “lo que se ve es una fuerte caída de los niveles de actividad, de inflación todavía persistente y que se ajusta por este caída de la economía y básicamente impulsada por una caída en el poder adquisitivo de los salarios, que restringe el consumo y por lo tanto es lo que lleva los precios hacia abajo. Esto sin duda es la manera más cruenta, más sangrienta, podríamos decir, de luchar contra la inflación, pero son, digamos, las herramientas que ha tenido este gobierno en estos primeros meses cuando no tiene los dólares para establecer un tipo de estabilización que tenga como ancla, precisamente, al dólar”.
Mauricio Badaloni, el mendocino que integra la mesa de la Unión Industrial Argentina (UIA) hizo foco en el cepo al dólar porque poner reparos a las importaciones de insumos que necesita la producción nacional y al no estar liberado “genera incertidumbre sobre sobre el costo real de las importaciones”.
Y si de costos se trata habló del impacto negativo que tendrá el aumento en los servicios, como el gas, en el escenario productivo y que aún están esperando por la “gran propuesta que tiene que ver con la baja impositiva”.
Más allá del escenario que se presenta complejo, Badaloni consideró que comenzó a vislumbrarse un panorama que ofrece “un grado de certidumbre importante” al saber el rumbo que se trazó.
“Creo que todas las apuestas están en junio tratar de eliminar el cepo y empezar a trabajar de una manera más normal. Además, otro dato que no es menor, es que los bancos no están prestándole al Estado entonces más del 90% del flujo del dinero tiene que ir al sector privado y de a poco están empezando a tener otra relación con el sector privado.
Para Badaloni, todavía “no pasó la tormenta” porque “sigue bajando el poder de compra, no se recupera el ingreso per cápita en dólares y los servicios siguen apretando sobre salarios, entonces si bien hay algunas cosas que se traducen en certidumbre hay otras que todavía no. Se entiende que en estos próximos dos meses se debería definir si hay sostenibilidad de los datos o van a tener que ir a alguna corrección”, enfatizó.
El integrante d ela UIA también puso énfasis en la necesidad de una reforma laboral que permita terminar con la industria del juicio y genere mano de obra ocupada registrada.
“Hay que hace crecer el empleo pero con un fuerte crecimiento en blanco, cosa que no es menor, porque al ser en blanco mejora mucho las cuentas públicas. No hay que olvidarse que tenemos muy poca gente trabajando por la cantidad de jubilados que tenemos, eso es lo que ha roto la ecuación económica. Entonces si nosotros logramos tener mayor cantidad de gente trabajando en blanco, eso va a cambiar, pero seguro que no será con las leyes que tenemos hoy”, opinó.
“Hace 13 años que no crece el empleo formal entonces indudablemente si no hay reforma va a ser muy difícil que con la misma herramienta eso crezca”, insistió.
Mariano Guizzo presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet) aseguró que “la perspectiva que se ve para los próximos meses es más retracción del mercado porque hay una caída muy fuerte en el consumo interno y la metal mecánica tiene una incidencia muy grande en el mercado interno porque somos transversales a las economías regionales.
Ahora bien, también “hay expectativas hacia futuro de que en la Ley de Bases que se va a empezar a discutir y el régimen de incentivo a las grandes inversiones, se tenga en cuenta a la industria nacional como un factor clave para que estas grandes inversiones vengan”, indicó.
“Vemos con buenos ojos que se dé una seguridad jurídica y económica a los grandes proyectos, porque van a traccionar la economía hacia adelante” y si bien “no será en los próximos tres o seis meses, pero una vez despejada toda está incertidumbre económica y ordenada la macro, esperamos que se empiece a ver una reactivación de la economía y también a ordenar el consumo interno que para nosotros, la metalmecánica, es fundamental para mantener el nivel productivo”, sostuvo.
Pablo Ambrosini, presidente de la Cámara de Comercio de Tunuyán, espera que “la macro se acomode, que la inflación siga bajando y que no siga la contracción económica o por lo menos sea lo más moderado posible y después venga algún tipo de reactivación. Eso es todo lo que esperamos”, dijo.
“Lo que sí estamos seguros es que hay que empezar a trabajar con un enfoque más en la microeconomía. Ahora todos los empresarios tenemos que trabajar puertas adentro en eficiencia, en optimización, en ser más competitivos, y el desafío viene por ahí, ya no estar mirando tanto la macro solamente, sino empezar a ver puertas adentro”, expresó.
También sostiene que “la ley ómnibus que busca una nueva ley laboral es fundamental también para fomentar empleo de calidad y poder ir dándole forma a estos problemas estructurales que tenemos”.
Fabián Ruggeri, presidente de la Asociación de Cooperativas Vitivinícolas (Acovi) dijo que están “expectantes a ver cómo se va resolviendo la situación del país”.
Para el viñatero “es probable que la gente mejore ahora durante los meses de marzo abril y mayo que van a ver un reacomodamiento de los salarios que sería importante, por lo que viene pasando en la mayoría de las paritarias, como que van recuperando el poder adquisitivo perdido el año pasado, y en la medida en que la inflación vaya quedando estanca o bajando eso permitría recuperar el poder adquisitivo de la gente y eso en definitiva nos va a mejorar el tema de las ventas”.
Ruggeri valoró que las tasas de interés estén a la baja, sin embargo cuestionó lo que al parecer es “un acuerdo de los bancos” para que no desciendan más, “otra vez la misma cosa de siempre”, dijo.
Con más esperanzas que análisis, el presidente de Acovi se agarra de la posibilidad de que “la gente pueda tener una recuperación del poder adquisitivo y que por lo menos paremos la tendencia a la baja que existe hoy, y que de a poco, si es posible, en el futuro podamos ir incrementando las ventas”.
En cuanto a las exportaciones, reconoció que “no será sencillo” regresar al mercado internacional y “si bien el dólar hoy está un poco más competitivo, no es sencillo recuperar clientes, siempre tarda bastante, así que veremos cómo tracciona del segundo trimestre en adelante”, finalizó.