Desde distintos sectores productivos “celebraron” la decisión de implementar el dólar soja, por el beneficio que podría llegar a implicar para ese complejo exportador. Sin embargo, plantearon que tiene como finalidad favorecer el ingreso de divisas y no promover la producción. Asimismo, consideraron que debería ser una medida permanente y para todas las economías regionales, ya que el tipo de cambio actual está atrasado con respecto a la inflación e impacta en la suba de costos.
El presidente de la Federación Agraria Argentina, Carlos Achetoni, opinó que se trata de una buena iniciativa para el productor que tiene soja, pero mala para el que ya la vendió y para el resto de las producciones y economías regionales. De hecho, indicó que pretendían una paridad para todos los sectores, de manera que no se genere ningún desequilibrio.
Achetoni señaló que se trata de un beneficio coyuntural y que responde a la necesidad de divisas por parte del Estado nacional, no a una decisión estructural de impulsar la producción. Por otra parte, opinó que la medida va a tener éxito siempre y cuando el productor tenga factibilidad de realizar inversiones, ya sea en la compra de insumos, de maquinarias o de repuestos. En cambio, si hay restricción de dólares para traer estos artículos del exterior, es difícil que vaya a elegir vender.
El titular de la FAA indicó que ya veían que este tipo de cambio iba a ser sólo para el sector de la soja y que por eso tuvieron una fuerte discusión con el ministro de Economía, Sergio Massa, y con el secretario de Agricultura, Juan José Bahillo, y que acordaron ver de qué manera se puede asistir al pequeño y mediano productor.
Asimismo, manifestó que les explicaron que la quita de retenciones tiene un impacto positivo para el industrial, pero no en el eslabón primario. “Por eso decimos que el dólar de $ 200 debería ser para todos. Si uno compara la inflación con respecto a devaluación oficial, el tipo de cambio se quedó retrasado y una actualización lo llevaría cerca de los $ 200″, planteó.
Poco para rescatar
Mario Bustos Carra, gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo, prefirió comenzar con los comentarios positivos sobre la medida. En este sentido, planteó que es bueno que el Gobierno nacional le dé una ayuda, aunque sea limitada, a un sector tan importante de la economía argentina, como es el sojero. También señaló que es positivo que reconozca que hay problemas con el tipo de cambio, aunque sea sólo una de las variables que impactan en las exportaciones, a las que se suman la carga impositiva y laboral, entre otras.
Sin embargo, indicó que lo malo es que no existe un plan económico, “por más que quieran decir que sí” y que este tipo de acciones son sólo un parche y, como toda iniciativa de este tipo, resulta injusta en su aplicación, ya que Mendoza también es una economía regional, que tiene una antigüedad exportadora importante y no se ve beneficiada en la misma medida.
Bustos Carra consideró que incluso para quienes exportan soja tampoco es muy significativo el aporte, ya que el dólar de $ 200 queda en $ 150, luego de restar las retenciones. Además, señaló que difícilmente les atraiga dejar ese dinero en una cuenta, sino que es de esperar que prefieran comprar insumos, que no saben a qué precio van a terminar pagando, si es que los consiguen en el mercado, o importar lo que necesitan sin trabas.
El gerente de la Cámara de Comercio Exterior de Cuyo apuntó que deberían beneficiarse no sólo los productores de soja, sino también los de arroz, aceitunas (también es gerente de la Federación Olivícola Argentina), de maní, de ciruela. “Ley pareja”, acotó. Y aún más, expresó que la economía necesita que la gente gane más, para que tenga posibilidades de trabajar más y que, para eso, es fundamental que se bajen los impuestos. Así, resaltó que uno de los anuncios de Liz Truss, la nueva primera ministra de Reino Unido, fue en la línea de reducir la carga impositiva para favorecer un repunte económico.
Por su parte, Alfredo Aciar, director ejecutivo del Banco de Vinos de Mendoza, planteó, en un artículo de opinión que se publicó el sábado pasado, la pregunta de por qué este tipo de cambio se ofrecerá sólo a las exportaciones de soja. Esto, cuando las exportaciones vitivinícolas y mineras -en las que participan Mendoza y San Juan-, en conjunto, aportan U$S 2.000 millones por año.
Para insistir en el interrogante de por qué se restringe al complejo sojero, analiza que la inflación alcanza el 80% anual, que impacta en los costos de producción, mientras el tipo de cambio oficial subió alrededor del 40%. El 40% restante de suba lleva el dólar oficial a los $ 200 que el Gobierno nacional pagará a los exportadores de soja.
Aciar advirtió, además, que el retraso cambiario deriva en falta de competitividad, lo que afecta el flujo de exportaciones y provoca acumulación de stocks, tanto en la industria como en el sector primario. Esto, a su vez, tira hacia abajo los precios. “El dólar retrasado por capricho de CFK y sus acólitos afecta a todos los argentinos, directa o indirectamente, ya que la formación de todos los precios no regulados de la economía está siguiendo un comportamiento más cercano al dólar ‘blue’ (+62% en los últimos 12 meses) que al oficial”, lanzó.
Milton Kuret, director ejecutivo de Bodegas de Argentina, comentó que, desde la entidad, consideran que contar con un tipo de cambio diferenciado para las exportaciones vitivinícolas, algo así como un “dólar vino”, no resulta aplicable al sector, por el tipo de negocio. En cambio, entienden que son necesarias medidas estructurales, para darle más competitividad a los productos. Entre otros, mencionó la quita de retenciones, acuerdos internacionales (para eliminar o reducir los aranceles en los mercados de destino), menor presión fiscal y una disminución de tasas e Ingresos Brutos.
Esperan el ingreso de U$S 5 mil millones
El domingo, Sergio Massa anunció la aplicación de un dólar de $ 200 para las liquidaciones de exportaciones de soja que se realicen entre el 5 y el 30 de setiembre. Con esta medida, prevén el ingreso de U$S 5.000 millones durante el mes y U$S 1.000 millones en las primeras 72 horas, a partir de un acuerdo con las empresas exportadoras. Se debe tener en cuenta que existe un retraso en la comercialización interna de soja de casi 6 millones de toneladas, con respecto de la misma fecha de 2021.
Según los cálculos desde la cartera nacional, esta cotización del dólar llevaría el precio de la tonelada a los $ 70.000, $ 20.000 por encima de los valores del jueves pasado. Es decir que sería equivalente a eliminar las retenciones para la soja, pero por un lapso de 25 días. De todos modos, adelantaron que los exportadores que se adhieran van a poder participar en otros beneficios en los próximos meses.
