¿Qué balance hacen de 2020 y qué expectativas tienen para 2021? Con esa consigna doble, Los Andes entrevistó a referentes de nueve sectores: ajo, fruticultura, comercio, construcción, metalmecánica, olivicultura, turismo, vitivinicultura y petróleo. Las respuestas varían según cada uno, pero en su mayoría hay cierto optimismo después de superar un año marcado por la pandemia Covid-19.
Brasil y otra buena temporada
La temporada 2019-20 fue bastante positiva para el ajo. Al haber una merma en la cosecha china (principal productor mundial), se dieron precios elevados y entre febrero y marzo crecieron las exportaciones a Brasil. Si bien en otoño el mercado interno sintió un alto precio del producto, la situación se fue equilibrando durante el tiempo.
Desde la Asociación de Productores, Empacadores y Exportadores de Ajos, Cebollas y Afines de Mendoza (Asocam), Guillermo San Martín comentó que las expectativas no son tan altas como las de la última temporada, pero igualmente son buenas. “Los precios internacionales no serán tan altos como la temporada pasada porque China volvió al mercado y eso baja los precios. Quizás sea un 30% menos del precio del año pasado, pero no deja de ser interesante si pensamos que otros años tuvimos vaivenes de hasta el 50%”, explica el gerente general de Asocam.
Actualmente, Mendoza cuenta con 13 mil hectáreas de ajo, siendo la principal provincia a nivel nacional. La mayor parte de la producción (alrededor del 85%) se destina al mercado brasileño por un valor de 150 millones de dólares, con un consumo per cápita mucho mayor al de Argentina y una cercanía que permite al productor mendocino ser competitivo. Otros mercados, en menor medida, son Estados Unidos y Unión Europea.
Otra expectativa para 2021 es poner en funcionamiento el Fondo de Integración para el Desarrollo del Ajo, un fondo al cual van a aportar los exportadores, el gobierno nacional y el provincial para investigaciones en producción primaria, variedades nuevas, genéticas de semilla, enfermedades del suelo y otros temas del sector. “Eso es un objetivo histórico, es una ley general vigente que estuvo mal redactada y se ha trabajado mucho para generar consensos y que ahora se aplique de manera correcta”, señala San Martín.
Fruticultura, con magros resultados
En un nivel general, la fruta para consumo ha sufrido retrocesos en un 2020 en el que la tensión entre costos y precios no mejoró la rentabilidad. Si bien en el año las contingencias climáticas no fueron considerables, la duda para 2021 está en los precios.
José Luis Navarro, presidente de la Asociación de Productores y Empacadores de Fruta Fresca (Aspeff) analiza que “la fruticultura en general ha venido bajando en los últimos años por la caída de la rentabilidad y este año no fue la excepción. Es muy alto el costo y la espera a que la planta dé frutos”. Respecto de las expectativas para 2021, consideran que tendrán una buena cosecha a un 80% de volumen después de restar algunas mermas por heladas tardías.
Una preocupación que señala Navarro para la fruta en fresco es que “en noviembre los precios arrancaron a un alto nivel pero ya se han reducido un 50%, así que tenemos miedo de que caigan demasiado”. A eso le suma que “las expectativas de exportaciones son bajísimas, incluso porque los costos de los insumos para el empaque los pagamos con un dólar blue pero después cobramos a cotización del dólar oficial, entonces tampoco te conviene. Ni hablar del riesgo de que, después de pagar por lo menos 6.000 dólares en flete, Brasil te demore la fruta en la frontera y pierdas la inversión”. En resumen, desde Aspeff consideran que los costos se salvan con la cosecha, pero no esperan una gran rentabilidad.
Comercio espera la recuperación
Si bien 2020 ha sido muy complicado para varios sectores, uno de los más afectados fue el comercio con la limitación a la circulación de personas y el cierre temporario de locales. Datos de la Federación Económica de Mendoza (FEM) ilustraron incluso caídas de hasta el 60% en la actividad durante los meses más duros del aislamiento.
Al respecto, desde la comisión de Comercio de la FEM, Juan Roth sostiene que en la medida en que se fueron habilitando horarios y rubros de comercio, la situación crítica comenzó a revertirse, aunque siga siendo muy negativa. “En octubre tuvimos una caída interanual del 23%. Eso implica que el sector comercial continúa con una marcada crisis. Hay algunos más afectados, como el rubro indumentaria. Se espera que con el levantamiento de las restricciones al turismo se derrame algo de movimiento en el sector aunque no somos muy optimistas en ese sentido considerando que el poder de compra del salario está resentido”, analiza el dirigente.
En cuanto a 2021, desde la FEM no quieren arriesgar pronósticos antes de que pase diciembre que, de por sí, creen que será un mes atípico sin tantas ventas como ocurría otros años, ya que generalmente diciembre, producto de las fiestas y la inyección de dinero que genera el aguinaldo, suele ser un mes que marca la diferencia. Roth señala que “la ayuda del Estado se ha interrumpido, lo que impactará en el pago de aguinaldos por lo que las expectativas no son del todo alentadoras”.
También ven con optimismo que las personas dispongan de mayor movilidad y puedan desplazarse a los locales comerciales, y auguran que habrá una gran cantidad de ofertas en los centros comerciales abiertos de toda la provincia y una gran variedad de acciones del sector tendientes a incentivar el consumo y el comercio legal.
“Debemos recordar que todavía estamos en situación de pandemia por lo que tenemos que trabajar con responsabilidad, cumplir con las normas y aprovechar las fiestas para compartir con nuestros afectos. Desde la FEM vamos a trabajar para fortalecer el sector comercial en lo que esté dentro de nuestro alcance para que mejore la situación y el sector tenga herramientas para afrontar la crisis”, concluye Roth.
Construcción, en stand by
Al sector de la construcción no le ha ido nada bien en 2020 y hay pocos factores que invitan a pensar en una recuperación en 2021.
Atilio Calzetta, vicepresidente de la Confederación de Pymes Constructoras de la República Argentina (CPC), da cuenta de la situación: “El 2020 ha sido malo. Veníamos de 2019 con una disminución de la actividad muy marcada y el año pasado la retracción se profundizó”. Aparte de las restricciones sobre la obra privada, señala la pérdida importante del porcentaje de actividad y reducción de mano de obra registrada. “Es una situación gravísima y una de las peores de la historia en Mendoza y en todo el país”, advierte el empresario.
Para el representante del sector, 2021 no presenta por el momento un panorama alentador. “Los anuncios de Alberto Fernández demuestran que hay intención de apostar a la obra pública como motor para dinamizar la economía, pero observamos que hay provincias que están relegadas respecto de otras y hay poca inversión en obras de arquitectura, como escuelas, hospitales, viviendas, que son las que más trabajo demandan”, argumenta Calzetta.
“En lo que va de la gestión de Alberto Fernández, Mendoza no recibió absolutamente nada de la Nación para viviendas y para el año que viene no parece que vaya a cambiar mucho. Sí hemos escuchado voces que hablan de planes de viviendas destinados a que los manejen cooperativas u organizaciones sociales. No estamos de acuerdo en que sea así, porque las pymes constructoras son las mejor capacitadas para liderar una obra”, sostiene el vicepresidente de la CPC. Además, señala que la inversión en obra pública nacional, por más que aumente, va a distar mucho de llegar a la media de los últimos quince años.
Metalmecánica pocas expectativas
A pesar de iniciar 2020 con buenas expectativas por obras como Portezuelo del Viento, el sector de la metalmecánica encuentra un panorama difícil. Así se refleja en el último informe de la Asociación De Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra), donde Mendoza se presenta con una caída del 6% en comparación con 2019, a contramano de otras provincias como Córdoba y Santa Fe con un repunte positivo del 4%.
Mariano Guizzo, presidente de la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Mendoza (Asinmet), señala que las inversiones en petróleo que podrían reactivar el sector han sido muy bajas y a eso se suma el freno a Portezuelo del Viento con nuevos estudios medioambientales. “La expectativa hacia adelante no es buena y vamos a necesitar que el Gobierno nacional y provincial vean cómo cambiar la realidad. No vemos cambios en el corto plazo para poder cambiar nuestra ecuación, generar empleo y riqueza para la provincia”, señala el representante.
“El agro, que tracciona a nuestro sector en La Pampa o en Santa Fe, acá en Mendoza no tiene el mismo impacto, no inciden en la torta completa de la metalmecánica. La realidad que vemos es crítica. Algunos socios han notado un pequeño repunte y tienen expectativas, pero después de un año bastante complicado, primero por la pandemia y luego porque la realidad de las empresas es crítica, la mayoría no alcanza niveles de facturación del 50% respecto de 2019”, observa Guizzo.
En cuanto a aspectos positivos, hay cierta expectativa con el programa del gobierno Mendoza Activa Petrolero y de obra privada para que pueda sostener algo de la actividad. “Vamos a necesitar ayuda en el área impositiva porque realmente si esto continúa con estos niveles de actividad, las empresas no van a poder soportar los aumentos salariales, ni el aguinaldo y mucho menos poder realizar inversiones en tecnologías. Nuestra industria está evolucionando a la industria 4.0 y tenemos que estar actualizados para no quedar marginados del mercado”, señala el empresario.
Olivicultura
El sector olivícola en Mendoza incluye principalmente dos facetas: la referid a la venta de conservas de aceituna y la elaboración de aceite de oliva. El 2020 no ha sido bueno para el sector, y tampoco hay muchas luces para entusiasmarse con 2021.
“Ya teníamos problemas y este año nos agarró la pandemia”, resume Luis Armando Mansur, presidente de la Asociación Olivícola de Mendoza (Asolmen). En cuanto a lo que es conserva de aceitunas, el principal mercado para los productores mendocinos es Brasil, con cerca de 85% de las exportaciones. “Ellos no respetaron el programa de compra y después dilataron los pagos, así que el sector está complicado”, señala Mansur al respecto.
En cuanto al aceite de oliva, sí hay un mercado más amplio y las exportaciones de Mendoza van hacia Estados Unidos, Brasil y Centroamérica. El problema en este sector es que por la falta de rentabilidad, muchos productores, sobre todo en la zona de Maipú, venden sus terrenos a proyectos inmobiliarios. “La urbanización ha avanzado sobre el terreno cultivado, el productor se resiste pero desgraciadamente a muchos no les queda otra que vender”, comenta el representante.
Tampoco se espera una gran cosecha, ya que las zonas de olivos han sido muy castigadas por el granizo en el oasis sur, la zona este y Lavalle, más heladas, y todavía faltan meses para llegar a la cosecha, lo que mermará el volumen. Es la preocupación principal ya que hay que esperar a marzo para cosechar la aceituna de conserva y mayo para la aceitera. Los precios internacionales están a la baja mientras que los costos siguen creciendo. El empresario hace esfuerzos muy grandes para seguir manteniendo los clientes y esperando que haya alguna lucecita en el futuro.
Turismo, a la espera de flexibilizaciones
Con las limitaciones de movimiento y el temor por la pandemia, el sector turístico ha sido uno de los más perjudicados en 2020. Hasta que no haya una vacunación y una mayor organización a nivel nacional, sus integrantes ven difícil pensar en un buen 2021.
Daniel Ariosto, presidente de Unión Comercial e industrial de Mendoza (UCIM), comenta que “algunas empresas están volviendo a funcionar, pero aún faltan empresas de media y larga distancia. Estamos tratando de conseguir del Ministerio de Transporte un organigrama de vuelos para programar nuestros servicios. Se tendría que ir abriendo el turismo en forma más homogénea en todo el país”.
El sector ve difícil difundir y promocionar el turismo con normativas que cambian de una semana a otra. “Las fiestas se van acercando y no podemos armar ningún programa. En Uruguay las fronteras están cerradas y de Montevideo a Punta del Este hay 120 kilómetros. En Argentina, en Capital y Buenos Aires hay millones de habitantes y representan el 50% de nuestra ocupación. Nosotros ¿de dónde vamos a recibir turistas? ¿De Entre Ríos, del Norte Argentino? Es una situación sumamente conflictiva. Quizá tengamos un 5% de ocupación y los más optimistas piensan en un 10%. Por el momento tenemos varias consultas pero cero reservas”, advierte Ariosto.
Con la mira puesta en 2021, Ariosto considera que las perspectivas del turismo van a ser muy difíciles y que no habrá temporada. “Seguramente en marzo van a venir nuevas condiciones sanitarias, por el rebrote que hubo en Europa con mutación del virus y con tanta fuerza. En el segundo semestre las cosas pueden mejorar siempre y cuando tengamos la vacuna. Si es así, podemos evitar una destrucción de la actividad. Este año han cerrado muchos locales gastronómicos, hoteles, agencias de viajes y los transportistas están haciendo otra cosa”, señala el empresario turístico.
Vitivinicultura, el brazo exportador
Después de varios años complicados, la vitivinicultura encontró en 2020 varios motivos para brindar, como el aumento del consumo interno del vino y aumenta su presencia en mercados internacionales. Algunos referentes consideran que será necesario esmerarse para que 2021 mantenga un equilibro positivo.
Desde la Coviar, su gerente general, Carlos Fiochetta, señala aspectos positivos de 2020: “El consumo interno ha aumentado un 8%; las exportaciones de vino fraccionado y a granel también han aumentado; el valor del mosto también y se han consolidado algunas tendencias en ventas que venían del año pasado. El crecimiento en los precios del vino de traslado, que se comercializa entre bodegas, ha tendido al equilibrio: arrancó el año con valores muy bajos de 8, 9 pesos y hoy se habla de 25, 26 pesos”.
Por parte de Bodegas Argentinas, su presidente, Patricia Ortiz, subrayó también el crecimiento del mercado interno por distintos factores. “Mucha gente al estar en su casa redescubrió el vino. Ese aumento lo tenemos que sostener, porque en parte eso se debió a tener un bajo precio que hoy en día está desfasado. Es un equilibrio que hay que buscar de vuelta, sin que haya un cambio abrupto de precios porque, si no, podemos perder consumidores”, remarca Ortiz.
Un desafío que debió superar este año la vitivinicultura fue la cosecha, que, “a mitad de camino”, se encontró con una pandemia y restricciones de traslado. Para Fiochetta, “las empresas trabajaron bien, se establecieron protocolos y los gobiernos de todas las provincias vitivinícolas acompañaron. Fue importante que la actividad vitivinícola se declarara como esencial. Creo que levantar la cosecha, que viene a ser un desafío, ojalá la situación en general se normalice”.
Por otro lado, con miras a 2021, Ortiz considera que Argentina tiene grandes oportunidades por distintos factores mundiales: desde un reciente impuesto estadounidense a los vinos europeos hasta la salida de Reino Unido de la Unión Europea y los roces entre China y Australia. “Si seguimos trabando bien y apostamos por mayor promoción, vamos a poder vender más. Las campañas que se hacen por lo general son chicas. Si bien se han cancelado ferias mundiales como la ProWein, tenemos que seguir en este camino de la promoción”, propone Ortiz.
Petróleo
Uno de los grandes desafíos de Mendoza para 2021 es lograr un cambio de tendencia en el sector petrolero. Se trata de una actividad fundamental para la economía provincial y que se encuentra atravesando una de las peores crisis de su historia.
De acuerdo con las estadísticas del Ministerio de Energía de la Nación, en los primeros ocho meses de 2020 las empresas petroleras extrajeron 2.277.041 m3 de crudo en territorio mendocino, lo que significó una caída del 14,9% respecto del resultado logrado en igual período del año pasado.
Por si fuera poco, el volumen producido esta temporada es el más bajo desde que se tiene registro (el dato más viejo es de 1999). En parte, esto se debe a factores coyunturales, como la pandemia y la crisis internacional del petróleo, pero los problemas más relevantes son estructurales. Existe un declinamiento natural de los pozos de extracción primaria y falta exploración en áreas con buen potencial para explotación de crudo no convencional.
De todas formas, las expectativas para el próximo año son alentadoras. El Gobierno provincial lanzó el programa Petróleo Activa, a través del cual buscará alentar las inversiones del sector petrolero y recuperar el nivel de actividad de las pymes relacionadas al sector. A su vez, Estanislao Schilardi, director de Hidrocarburos, explicó que se está fomentando la extracción de crudo extrapesado con rebajas de regalías en proyectos particulares.
Todo esto presenta buenas perspectivas para 2021. “Con Petróleo Activa estimamos que va a crecer la producción entre un 3% o 4% en la primera etapa. La provincia gana porque recaudará más. Las pymes de servicios ganan y se generan empleos”, declaró Schilardi. Además, el funcionario apuntó que “varias empresas han manifestado su intención de invertir. La más importante, YPF, reiteró su compromiso con Mendoza”.
Para el gobierno, hay sectores que mostrarán recuperación
El ministro de Hacienda y Finanzas de la provincia, Lisandro Nieri, comentó que los sectores que tendrían una importante recuperación en 2021 son la construcción y el turismo. En cuanto a la primera, manifestó que genera una dinámica positiva en materia de recuperación de empleo, como también en la compra en negocios locales. Planteó que el programa Mendoza Activa dio un fuerte impulso a los pequeños proyectos y que, para el año próximo, también está previsto en el presupuesto un incremento en las obras públicas respecto de 2020.
En lo que a turismo se refiere, resaltó que, como se trata de comparativas interanuales y la mayoría de los hoteles estuvieron cerrados gran parte del año, al igual que diversos emprendimientos turísticos, es probable que el año próximo se registre un buen porcentaje de incremento, pero que en realidad habría que compararlo respecto de 2019 (que ya fue un año de recesión).
Pero también destacó que la llegada de visitantes no sólo reactiva la actividad de las empresas turísticas sino de las gastronómicas y el comercio en general. Asimismo, señaló que están a la espera de que puedan venir turistas desde Chile sin tener que pasar por Buenos Aires y que se resuelvan algunas restricciones a la circulación dentro del país, como la obligación de esperar varias horas al llegar a San Luis para luego cruzar el territorio provincial en una cápsula.
Nieri consideró factible que haya un crecimiento en la economía en 2021 del orden del 5%, como fue planteado en el presupuesto nacional, pero insistió en que será sobre una base más chica, después de dos años de recesión -2018 y 2019- y la crisis de 2020. Y sumó que, en un contexto de recuperación económica y con un tipo de cambio alto, Mendoza ha logrado crecer por encima de la media. Esto, por la economía exportadora de la provincia. Sin embargo, planteó que esta situación no se ve favorecida por la coexistencia de diversos tipos de cambio. Así, señaló que al exportador se le liquida con un dólar de $ 80, no el de $ 150 y que esto puede demorar un poco las liquidaciones, porque hay expectativas de devaluación. El ministro expresó que es fundamental que se reactiven las inversiones para poder recuperar la economía porque, en un contexto de crisis, hay una mayor demanda de servicios públicos, a la par que una reducción en los ingresos a las arcas públicas vía recaudación. Por ahora, resta esperar para ver cómo se comporta la demanda tras la pandemia.