Con una extensa trayectoria como divulgadora, la filósofa Roxana Kreimer lleva adelante un exitoso canal de Youtube en el que aborda una gran variedad de temas bajo una perspectiva científicamente informada. A punto de publicar un nuevo libro sobre el “Fracaso de la derecha”, habló con Los Andes sobre ser youtuber e ir contra la corriente, de las diferencias entre la televisión e Internet, y de las ventajas y bemoles de las redes, entre otros temas.
-¿Cómo era tu vida académica y de divulgadora antes de Internet?
-Desde que me recibí me dediqué a la filosofía científicamente informada, una rara avis en el mundo hispanoparlante, dominado por la filosofía continental, que a grandes rasgos no se caracteriza precisamente por su claridad ni por sus vínculos con la ciencia. Ese enfoque está presente en mi producción escrita, fundamentalmente en los ocho libros que publiqué, en el Café Filosófico que hice durante casi veinte años en Buenos Aires y en las notas que periódicamente publico en la prensa.
-¿En qué momento abrís tu exitoso canal de Youtube y con cuáles expectativas?
-En los inicios de la pandemia empecé a publicar algunos videos de filosofía y humor, y como tuvieron buena respuesta, luego seguí publicando videos que chequeaban datos del feminismo hegemónico, de ética, de argumentación y de política. En ese momento prácticamente todos los canales de Youtube eran de jóvenes de derecha que suelen influir en cientos de miles de personas sin tener en general ninguna formación universitaria en ciencias sociales, lo que se refleja en los dudosos datos que manejan y en su estilo despectivo y burlón. Como me ocurrió otras veces, me sentí obligada a tomar como nuevo tema de investigación el de las nuevas derechas, y a reflejarlo en los videos y en un nuevo libro que está a punto de ser publicado. Ahora hay más canales de izquierda, pero en ese momento prácticamente no existían. Soy partidaria de una izquierda racional, universalista, democrática y defensora del Estado de Derecho, que busca aunar los ideales de igualdad y libertad, una izquierda no progresista ni simpatizante de regímenes autoritarios como el soviético, el chino o el cubano.
-Teniendo en cuenta que el material que producís no es “más de lo mismo” y que plantea algunos cuestionamientos que van contra corriente ¿Cómo lidias con los típicos ofendidos de redes, los bots, los que denuncian, los que agreden y con las mismas penalizaciones y límites que la plataforma impone?
-Para ser youtuber hay que tener piel gruesa, y ese no es mi caso. Hay que soportar que estos youtubers de los que hablaba pongan tu nombre en el título de un video atribuyéndote ideas que no profesás, y que sus fans vengan de a decenas a insultarte. Si en un canal en el que se abordan cuestiones controvertidas como el mío se leyeran todos los mensajes, eso implicaría pasarse todo el día en contacto con mensajes de odio. Por suerte la mayoría de las personas no dejan mensajes como esos. Pero a diferencia de un texto escrito, cuando aparece la cara de una persona en una pantalla, todo pareciera ser más extremo, tanto el amor como el odio. Trabajé como periodista y como docente durante la mayor parte de mi vida y jamás recibí tantos mensajes simultáneos de amor y de odio.
-Para los que conocemos tu trabajo es muy sorprendente la variedad de temas que abordás y la apertura a posiciones que no son la tuya si ves que tienen algo interesante a rescatar, en tiempos de tan poca tolerancia al disenso ¿es una cualidad que dio la filosofía? ¿Un esfuerzo deliberado? ¿Te sale así?
-El maniqueísmo no es un encuadre recomendable para el pensamiento crítico. Las redes sociales tienden a pronunciar el tribalismo, y es notable cómo quien está, por ejemplo, a favor de la despenalización del aborto, para no disgustar a su tribu a menudo suele ocultarlo para focalizarse exclusivamente en mensajes ambiguos que ocultan sus verdaderas ideas. En materia de política en el canal cuestionamos tanto a la derecha como a la izquierda, pero eso no implica negar que los reclamos de ambas puedan ser justos. Algunos prefieren incluso prescindir del eje izquierda-derecha para focalizarse en cambios puntuales y amortiguar el tribalismo.
-¿Qué intereses predominantes tienen tus seguidores? ¿Contabas con tener tantos?
-La mayoría de los usuarios de Youtube en general son hombres jóvenes, y nuestro canal no es la excepción. El 72% de los jóvenes ven más Youtube que la televisión, según la web de tendencias Cultture. Es curioso que en la radio y la televisión no se comenten los programas de Youtube, teniendo en cuenta que muchos videos superan los puntos de rating de la televisión abierta. En un principio mi audiencia estaba conformada centralmente por críticos del feminismo hegemónico, pero poco a poco los más orientados a una derecha dogmática fueron partiendo y la comunidad del canal pareciera haberse renovado. Empezó a haber más mujeres y personas interesadas en la filosofía práctica en general, así como en videos que mezclan filosofía con mucho humor, que están entre los más vistos del canal. No hacemos historia de la filosofía, sino que tomamos elementos de la filosofía práctica que sirven para desarrollar vidas más plenas y para construir sociedades más justas. No esperaba que tuviéramos 445.000 seguidores en dos años y medio, pero tener seguidores no necesariamente implica que los videos siempre sean vistos por esa cantidad de personas. Algunos sí, incluso tenemos tres videos que superaron el millón de espectadores, pero otros despiertan un interés variado en relación a su contenido y a la forma en que publicita el algoritmo de Youtube.
-¿Qué consejos le darías a quien pretende iniciar un camino en la divulgación de alguna rama del conocimiento a través de YouTube?
-Publicar semanalmente, sin excepción, videos que no superen los veinte minutos, ya que la mayoría los ve en el teléfono. Buscar un nicho en particular, hablando sobre algo que se sabe. Y aprender mirando muchos tutoriales en Youtube. Esta red social implica un verdadero cambio cualitativo en la divulgación del conocimiento. Además de haber democratizado la televisión, prácticamente cualquier cosa puede ser aprendida hoy en Youtube, desde los rudimentos para tocar el violín, hasta cuáles son los alimentos recomendados para el colon irritable, sugeridos por gastroenterólogos, o los rudimentos conceptuales de la psicología, a través de una clase de la Universidad de Yale. Eso sí, como cualquiera puede hablar sobre estos temas, el riesgo de divulgar magufadas es grande.
-Para cerrar: después de tu último libro El patriarcado no existe más, vas salir pronto con otro titulado “El fracaso de la derecha” ¿Podes adelantar un poco?
-“El fracaso de la derecha” (Galerna) se propone examinar a la luz de la evidencia científica los datos en los que están basados el liberalismo económico y, en general, el discurso de las nuevas derechas, cuestionando uno a uno sus mitos: que los países más prósperos son aquellos que adoptan un modelo de libre mercado y califican más alto en los índices de “libertad económica”, que la desigualdad no trae consecuencias preocupantes y que lo único que importa es bajar la pobreza extrema, que reduciendo los impuestos a los más ricos se beneficia el conjunto de la sociedad, que es imposible una planificación democrática de la economía, que la pobreza bajó de manera decisiva en el mundo, y que lo hizo gracias al capitalismo, que el Estado no genera riqueza, que la corrupción y la ineficiencia son patrimonio exclusivo del Estado y no de la empresa privada, que el libre mercado no genera oligopolios, y que las empresas privadas fracasarán si son perjudiciales, entre otros muchos mitos.