RR.HH: las negociaciones por volver (o no) al trabajo presencial

El nuevo modelo de oficina. La discusión por el regreso al trabajo presencial después del home office genera tensiones con varias aristas. Se presentan ventajas y desventajas. Varios apuntan a un modelo que combine ambas opciones.

RR.HH: las negociaciones por volver (o no) al trabajo presencial
El home office brindó un nuevo formato de trabajo, avanzada la campaña de vacunación muchos trabajadores esperan seguir operando desde sus casas, en tanto, otros prefieren volver al sistema pre pandemia.

Con una mayor vacunación y reducción de restricciones, un tema que se plantea con fuerza es la vuelta a la presencialidad laboral de aquellas personas que continúan haciendo home office (también llamado teletrabajo). Con una gran variedad de miradas, algunos especialistas, sindicatos y cámaras empresariales tratan de arrojar luz sobre un tema complejo.

Paula Pía Ariet, economista y parte de Gestión Consultores, considera que “nada volverá a ser como antes”. La especialista en el área capital humano señala que “las empresas que quedan con home office son aquellas que producen servicios, como banca, estudios y telemarketing que, con la pandemia, pasaron a trabajar desde sus casas”.

En cuanto a la voluntad de volver, Ariet explica que la respuesta es muy variada dependiendo del sector y del momento. “Encuestas que trabajamos indican que antes había un fuerte rechazo a volver a la presencialidad, pero ese rechazo viene bajando y hoy es de 30%, como si la gente se estuviera cansando del home office. Muchos indican que no quieren volver de lunes a viernes, sino sólo algunos días, con un sistema híbrido”, afirma.

Es importante aclarar que no se trata sólo de que una empresa reabra oficinas y vuelva a trabajar como en la prepandemia, sino que debe hacer una inversión para readaptarlas en base a protocolos sanitarios. Esto incluye barbijos, ventilación cruzada, alcohol en gel y la posibilidad de distanciamiento social, según el tipo de actividad.

Una pregunta reiterada es si una empresa puede obligar a un empleado a retomar su actividad presencial. Desde el Colegio de Abogados de Mendoza, Verónica Barbisán, presidente de la Comisión de Derecho Laboral, explica que “dado el cronograma de vacunación gratuita, una empresa puede emplazar, al trabajador que no se presente, a concurrir al trabajo 14 días después de recibir la vacuna”. Vale aclarar que existen excepciones por riesgo de salud.

Esto va también para el Estado provincial, desde donde se han mandado memorándums pidiendo el regreso de trabajadores que antes estaban exceptuados por pertenecer a grupos de riesgo. De los casos que conoce esta especialista en derecho laboral, todos se han presentado a trabajar después de recibir la comunicación.

Avanzar en la presencialidad

Por el lado de los sindicatos, las respuestas son distintas según cada sector. En el rubro bancario, Sergio Giménez, secretario general de La Bancaria en Mendoza, considera importante diferenciarse de lo que ocurre en otros lugares como CABA, donde se concentran los sectores operativos de los bancos.

Mirando el sector local, Giménez cree que, con los avances en la vacunación, ya se podría pensar en un retorno completo, aunque debe ajustarse el actual sistema del Banco Central que establece la atención por pedido de turno y dificulta la atención por libre demanda. En su mirada, la presencialidad significa garantizar fuentes de trabajo, porque a la distancia y con malas condiciones, aumenta la vulnerabilidad.

“Esperamos que en agosto se pueda aplicar la segunda dosis. Con eso, podríamos pensar un setiembre u octubre con más presencialidad y una libre demanda, con medidas sanitarias, aforos de los salones y espera fuera de las sucursales. Creo que como sociedad hay una necesidad de ser atendido de forma personal. Estamos cansados de que nos deriven a un 0800 o a un mail”, analiza el secretario general de La Bancaria.

Analizando otros rubros, Rodrigo López, secretario gremial del Sindicato del Seguro seccional Cuyo, explica que se ha trabajado con las empresas en elaborar protocolos para poder avanzar en la presencialidad. Actualmente realizan turnos: la mitad de los empleados trabajan de manera presencial, la otra mitad lo hace desde su casa y van alternando cada 15 días.

Otro punto que analizan desde el sindicato (y que también trabaja La Bancaria) es sobre la ley de teletrabajo, que permite a los sindicatos negociar mejores condiciones. “Estamos en plena negociación. La idea es contemplar las posibilidades de desconexión y el equipamiento”, comenta López. Además, una encuesta realizada entre sus afiliados reveló que muchos están de acuerdo con la actual modalidad híbrida, pero otros prefieren la presencialidad completa.

Una tercera mirada es la de Sadop, sindicato de docentes privados. Julio Rojas, secretario de Educación Superior de Sadop seccional Mendoza, afirma que entre los docentes de nivel superior tienen más gente de riesgo y están últimos en prioridad de vacunación. También aclara que hay numerosas materias que “volvieron a la presencialidad hace rato”, sobre todo en institutos terciarios, y exigen “el cumplimiento de los protocolos”.

“Volver a la presencialidad es un deseo de muchos: el trabajo remoto duplica el tiempo de tarea, la bimodalidad lo cuadruplica. Es más trabajo, que no se paga como corresponde”, afirma Rojas. Además, el gremialista califica como crítica la caída del poder adquisitivo del salario docente en las universidades privadas: “No hay negociación posible mientras la universidad privada eluda el diálogo con el sindicato y tome decisiones unilateralmente”.

Con el avance de la vacunación, las empresas están retomando sus sistemas de trabajo pre-pandemia. Algo cambió: un porcentaje no quiere volver. El modelo híbrido se plantea como opción donde todos ganan.
Con el avance de la vacunación, las empresas están retomando sus sistemas de trabajo pre-pandemia. Algo cambió: un porcentaje no quiere volver. El modelo híbrido se plantea como opción donde todos ganan.

La visión de las Cámaras

En la Unión Comercial e Industrial de Mendoza (UCIM), su presidente, Daniel Ariosto, es partidario de volver a trabajar de manera presencial, aunque teniendo en cuenta las dificultades que puedan presentarse. “UCIM propicia el regreso a la presencialidad, salvo enfermedad u otra situación que impida al empleado regresar a su lugar de trabajo. Entendemos que se debe volver a la normalidad laboral”, sostiene Ariosto.

Andrés Zavattieri, presidente de la Asociación de Ejecutivos de Mendoza (AEM), comenta que han tratado el tema de manera informal entre algunos asociados y esperan analizarlo con mayor detalle. A nivel personal, considera que hoy día hay una combinación de ambas situaciones: home office y actividad presencial.

“En algunas áreas y sectores se ha transformado en una situación mixta, que va a perdurar en el tiempo. Nos ha ayudado a ser más eficientes en el proceso, con un montón de otras tareas que se desarrollan en la empresa para que fluyan más rápido”, observa Zavattieri. Para el presidente de AEM, dependerá de las características de cada empresa y de aquellas áreas, como la administración, que se puedan adaptar.

Federico Pagano, presidente del Consejo Empresario Mendocino (CEM), considera que es un tema habitual entre empresarios de la asociación y cree que aquellas empresas que ya tienen sus estructuras y oficinas armadas, van a tender a volver a lo presencial, salvo que el recurso humano demande lo contrario.

“También se da la situación de que, en muchos casos, el empleado no tiene estructura en su casa como para poder hacer el teletrabajo. Ahora, en la empresa que nace de cero donde no tiene el costo de infraestructura ya hundido, es probable que sí se vuelquen bastante más al teletrabajo”, reflexiona Pagano.

Desde la Federación Económica de Mendoza (FEM), su director ejecutivo, Juan Manuel Gispert, comenta que es un tema recurrente de consulta y, en general, la mayoría vuelve a la presencialidad después de la vacunación. En “algunos casos excepcionales” hay empresas que han encontrado beneficios en el home office y planean sostener esa metodología más allá de la pandemia.

Si bien Gispert no ha escuchado de empleados que “se rebelen”, sí hay varios que plantean la posibilidad de “seguir en el modelo de teletrabajo, porque les ha resuelto muchas situaciones hogareñas, de cuidados de los hijos o de algún familiar o por simple comodidad”.

Finalmente, desde la Asociación Cristiana de Dirigentes de Empresas (ACDE Mendoza), su presidente, Sergio Martini, comentó que tenían en agenda una actividad para dialogar sobre ese tema, pero que aún no tienen una posición tomada como entidad.

Normativa

No volver al trabajo, despido con causa

El 9 de abril, se publicó en el Boletín Oficial de la Nación la Resolución Conjunta Nº 4, entre la Jefatura de Gabinete, el Ministerio de Trabajo y el de Salud. Esa normativa abría la posibilidad de que el Estado intimara a los trabajadores públicos, que antes eran considerados de riesgo, a retomar sus puestos 14 días después de vacunarse contra el Covid-19 y, además, otorgaba permiso al sector privado para hacer lo mismo. Verónica Barbisán, presidente de la Comisión de Derecho Laboral del Colegio de Abogados de Mendoza, explica que si un trabajador no se presenta a su puesto presencial, puede ser intimado a que se presente dos semanas después de recibir la primera dosis (o la segunda dosis en caso de ser pacientes oncológicos trasplantados o personal de salud perteneciente a los grupos de riesgo).

Si el trabajador, ante ese emplazamiento, no se presenta, el empleador puede mandar otra comunicación donde se le emplaza bajo apercibimiento de considerar su actitud como abandono de trabajo y, por ende, poniéndolo en una situación de despido con causa. “Ahora están prohibidos los despidos sin causa, pero esto sí configura una causal de despido y no puede reclamar ningún pago de indemnización”, detalla Barbisán. En Argentina la vacunación no es obligatoria, ¿qué pasa si la persona no se quiere vacunar? En este caso debe indicar sus motivos, porque pone en riesgo su propia vida y de sus compañeros. “Aquí se hace jugar el principio de buena fe, base del derecho laboral. No podés emplazarlo a vacunarse, pero sí a que arbitre sus medios para disminuir los riesgos de contagio”, comenta la especialista.

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