Se agudiza la falta de botellas: pequeñas bodegas las más perjudicadas

Empresarios pymes aseguran que el alza de los costos es imposible trasladarla a precio, principalmente con la caída del mercado interno. La provincia auxilia con un pool de compra.

Se agudiza la falta de botellas: pequeñas bodegas las más perjudicadas
Desde comienzos de 2020, comenzó a notarse la crisis por la falta de envases de vidrio. De hecho aseguraron que, además de subir los precios, acortaron los plazos. Foto: Ignacio Blanco / Los andes

Lo que en su momento parecía algo coyuntural, se ha convertido en un problema que se extendió en el tiempo: los pequeños elaboradores de vino siguen teniendo dificultades para conseguir botellas de vidrio. A esto se suma que el costo de los insumos secos ha seguido aumentando y como producto de una caída del consumo en el mercado interno, no lo pueden trasladar a precios. Desde el sector aseguran que están en una situación crítica.

El enólogo Matías Morcos publicó en su cuenta de Twitter que, en 15 días, le informaron de un aumento del 30% en el valor de la botella de vidrio y del 20% en el de las cajas de cartón. En cuanto a los envases, manifestó que la situación sigue siendo crítica porque los fabricantes de vidrio no dan abasto con la demanda y priorizan a los clientes más importantes. De hecho, reconoció que consiguió pronto una partida por un vínculo de amistad, ya que, de lo contrario, hubiera tenido que esperar hasta agosto, pese a que hizo el pedido en mayo.

Las dificultades se originaron el año pasado, cuando el consumo en el mercado interno tuvo un crecimiento del 6,4% en comparación con 2019. Incluso, en algunos envases, como el botellón de 1,5 litro, el repunte alcanzó el 35%. A esto se sumaron los inconvenientes que generó la pandemia en todas las líneas de producción, por la implementación de protocolos para reducir los riesgos de contagio y por las bajas de personal, ya sea porque se trataba de personas en grupos de riesgo o porque se enfermaron o fueron contacto estrecho. Esto generó que la demanda de botellas de vidrio superara la capacidad de las fábricas de abastecer a la industria.

Morcos resaltó que, como socio del Centro de Viñateros y Bodegueros del Este, pudo sumarse al plan de compra de botellas que lanzó el Gobierno provincial. Esto, porque, al tratarse de un buen número de envases, se pueden negociar mejor los plazos de entrega. Además, se logró que el precio por botella se mantuviera en los $ 25, cuando hoy, en el mercado, ha trepado a $ 32.

El mes pasado, el Ministerio de Economía y Energía anunció que había lanzado un concurso público de precios para comprar 6 millones de botellas, a través de Mendoza Fiduciaria. El objetivo era que los pequeños productores pudieran acceder a este insumo en condiciones similares a las de los grandes elaboradores, que son los que priorizan las cristaleras.

En un primer llamado, se llamó a interesados en proveer un millón de botellas, para hacer una prueba del funcionamiento de la operatoria. Desde el Gobierno provincial detallaron que ya hay una fábrica interesada y que en este momento se está convocando a los pequeños elaboradores que quieran comprar entre 5 mil y 50 mil botellas. Añadieron que ya se está avanzando en negociaciones con otras cristaleras, inclusive de otras partes del país.

Sobre el incremento de costos, Morcos mencionó que, si bien tiene su línea de vino personal en botellas, su actividad principal está ligada a la producción de vino a granel y que no pueden trasladar los aumentos a la góndola, pese a que están llegando con muy baja rentabilidad o de cero en algunos casos. Esto, porque el poder de compra de las personas está erosionado. “Es un mix bastante peligroso para la industria”, planteó.

De hecho, su línea de vinos de gama media-alta, que exporta a un valor razonable, la tiene que vender en el mercado interno al precio de un vino joven varietal y, aún así, llega caro en comparación con la capacidad promedio de compra del consumidor. Por otra parte, señaló que, del precio de venta de un vino, el valor del producto alcanza el 20 o 25% del total (el 43% son impuestos), por lo que, si bien los elaboradores pierden rentabilidad, el impacto en góndola de este ajuste en el sector primario es poco significativo.

El director ejecutivo de Bodegas de Argentina, Milton Kuret, coincidió en que el aumento en los costos no se puede trasladar a precios. En el mercado externo, porque se mantienen constantes en dólares, y en el interno, por el control de precios y debido a que, ante un aumento, el consumidor restringe la compra.

En lo que va del año, los fabricantes de botellas de vidrio, detalló, han aumentado entre 30 y 35% el precio de los envases. Las cajas de cartón han tenido una suba de 40 a 45% en 2021. Sobre esto, Kuret señaló que al parecer hay un problema de abastecimiento mundial del insumo para las cajas, que está impactando en el valor internacional. Sobre los corchos, indicó que su precio se mueve con el dólar, ya que son importados, y aun los tapones sintéticos que se elaboran en el país, se hacen con insumos importados.

Añadió que el costo de la materia prima –uvas y graneles- ha tenido un aumento de 100% en el último año. A esto se suma que la presión fiscal no cesa. Todo eso, señaló, configura una ecuación crítica para las bodegas.

En cuanto a las dificultades de abastecimiento de envases de vidrio, Kuret detalló que siempre ha habido una cierta tensión en el último cuatrimestre del año.

Es que los elaboradores demandan muchas botellas para poder responder a sus compromisos en el mercado externo, ya que, si los envíos no salen en octubre, no llegan a destino para las Fiestas de Fin de Año. Algo similar ocurre con los productos para el mercado interno.

Sin embargo, planteó que el año pasado la situación se agudizó porque aumentó la demanda de vidrio y las cristaleras perdieron productividad por el Covid, con niveles de ausentismo del 20% y la imposibilidad de remplazar la mano de obra, porque se trata de personal especializado. Ya en 2021, si bien el problema continúa, sobre todo para los que compran pequeños volúmenes, las expectativas son diferentes, porque se observan signos de amesetamiento en el consumo de los argentinos.

La buena noticia, resaltó Kuret, es que las dos grandes cristaleras de la provincia, una está incorporando un horno adicional, que podría estar operativo en un par de meses, y la otra está desarrollando inversiones para incrementar su productividad. De esta manera, en los próximos meses, la oferta y demanda de envases para la industria vitivinícola podrían volver a acercarse.

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