En cuanto Mendoza pasó de la cuarentena estricta a habilitar en forma paulatina nuevas actividades, se comenzó a notar una recuperación de los indicadores económicos. Sin embargo, y tal como ha ocurrido en el resto de las economías regionales, en julio se observa un “amesetamiento” o una pausa en ese camino a la reactivación. Aún más, ese alto en el camino podría convertirse en una nueva caída si aumentan las restricciones.
El economista Jorge Day, del Ieral (Instituto de Estudios Económicos sobre la Realidad Argentina y Latinoamericana, de la Fundación Mediterránea), plantea, en el informe de coyuntura de setiembre, que las economías regionales evidencian una pausa en el ritmo de la recuperación en el tercer trimestre. Esto, a diferencia de lo que ha sucedido en Buenos Aires y CABA, que transitan el camino de la reactivación, pero después de haber caído mucho más, por tener restricciones mayores durante un período extenso de tiempo.
Para medir este “amesetamiento”, el investigador del Ieral tomó como referencia el consumo de combustibles, la compra de automóviles y de cemento en julio. Y ya en agosto, la movilidad de personas a los lugares de trabajo, el consumo de energía por parte de grandes usuarios y el pago vía tarjetas.
Day considera que uno de los mayores obstáculos para la recuperación es el aumento de casos de Covid-19, que lleva a los gobiernos provinciales –el caso de Mendoza y de Jujuy- a adoptar restricciones a ciertas actividades. Pero resaltó que es difícil que se recupere el consumo con salarios reales que han caído un 6% en comparación con febrero (restando inflación) y con un empleo que disminuyó un 1,4% (pese a la doble indemnización y la prohibición de despidos).
El economista plantea que el gran interrogante es cómo va a ser la evolución de la curva, que, en Mendoza -como en otras economías regionales- mostró una tendencia ascendente a partir de abril, pero estabilizó en julio. En este sentido, reconoció que, si se vuelve a fase 1, es probable que caiga.
Sin embargo, explicó que también es determinante la capacidad de pago de la gente y, como es difícil que las empresas contraten más personas, sino, por el contrario, se puede esperar que siga bajando en nivel de empleo, al tiempo que los salarios están aumentando por debajo de la inflación (el 6% en promedio ya mencionado), es difícil que se llegue a los valores pre-pandemia. Y quien ha tenido una mayor capacidad de ahorro, porque pudo sostener su nivel de ingresos, ha optado por resguardarlos ante un panorama incierto.
Day anticipó que no es probable que haya inversiones a nivel empresarial y que el impacto de las particulares será poco relevante, más allá de oportunidades como la construcción, cuyo valor en dólares (blue) es muy bajo. En cambio, los que podrían tener fuerza para empujar la economía hacia arriba son el Estado nacional, que está haciendo transferencias vía IFE y ATP, con la amenaza de una aceleración de la inflación producto de la emisión monetaria; y el gobierno provincial, que registró una merma significativa en la recaudación y un rezago en la coparticipación frente a la inflación (aumentó 23% en los primeros 7 meses de 2020, con una suba de precios del 40%), lo que lo deja muy limitado.
El último recurso en una situación como esta podría ser el mercado externo y, de hecho, algunas exportaciones –como las vitivinícolas- han crecido. El dato es alentador, pero Day advierte que el valor de los productos vendidos ha sido más bajo en dólares. Por otra parte, la brecha entre la cotización oficial y la del blue no incentiva un crecimiento de las ventas al exterior, sino que, por el contrario, invita a esperar a que el cambio oficial se acomode un poco por encima de su valor actual.
Carlos Iannizzotto, titular de Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria Limitada), explicó que el seguimiento mensual que realiza la entidad de 19 economías regionales mostró, en julio, un incremento de aquellas que se encuentran en crisis, por lo que coincidió con el diagnóstico de estancamiento.
Así como en un primer momento la cuarentena favoreció un boom de consumo de alimentos, porque la gente buscó tener una buena cantidad de reservas en el hogar, después se comenzó a notar el efecto de la erosión del poder adquisitivo, por el doble efecto de la inflación y de las paritarias demoradas.
En cuanto a las exportaciones, la mayoría de las naciones desarrolladas, que son las que realmente movilizan el comercio internacional, van a incrementar muy poco sus compras en el exterior. Más bien se anticipa un refuerzo de las acciones proteccionistas para promover el empleo, ya que todas han tenido un impacto en sus economías.
Oportunidades
Iannizzotto consideró que las medidas de promoción que anunció el gobierno nacional –y le fueron confirmadas en una reunión virtual con el ministro de Desarrollo Productivo, Matías Kulfas- podrían favorecer la tecnificación de los sistemas productivos. El funcionario nacional les manifestó que en los próximos días se formalizará el acuerdo con el BID, que otorgará 500 millones de dólares para destinar a subsidio de tasa, para que las pymes financien capital de trabajo.
“Si no se hace algo, si se sigue con estas reglas de juego, la situación va a ser cada vez más difícil”, planteó. Y agregó que los números en la Mesa del Hambre son “escalofriantes”, por lo que resulta esencial promover el empleo, de manera de poder pasar de una economía asistencialista a una productiva y del estancamiento a la movilidad social, asociada a la dignidad del trabajo.
Por su parte, el economista Sebastián Laza, asesor del gobierno provincial, indicó que, si bien no hay números oficiales de actividad económica, después de salir de la cuarentena rígida, Mendoza retomó el crecimiento, aunque sin llegar a niveles del año pasado. En gran parte, debido a la restricción del turismo. Además, mencionó que también influyen variables macroeconómicas, como una inflación que no cede y el envío discrecional de fondos por parte de Nación.
Laza detalló que la gran apuesta del Ejecutivo provincial para el segundo semestre es el programa Mendoza Activa, en el que ya hay 400 proyectos precalificados (que recibirán un retorno del 40% de la inversión), junto con los créditos blandos del Fondo para la Transformación y el Crecimiento. El objetivo de estas iniciativas, resaltó, es sostener la actividad y el empleo, entendiendo que este año seguirá complicado y que habrá que esperar recién al próximo para la llegada de una vacuna.