Alarmante. Un nuevo informe de la Universidad Católica Argentina (UCA) detalló que más de 18,4 millones de personas son pobres en nuestro país, es decir, que un 43,8% de los argentinos no llega a cubrir sus necesidades, aun cuando la pandemia parece quedar atrás y se evidencia un alza en la actividad y el empleo, que no obstante es más precario.
De acuerdo a lo indicado por el Observatorio de la Deuda Social de la UCA, se trata de una disminución marginal comparado con el dato de 2020.
En tanto, por las políticas de asistencia alimentaria la indigencia mostró este año una reducción un poco más importante y alcanza a 8,8% de la población (contra el 9,8% de 2020) aun cuando los fondos destinados fueron menores a los del año de la pandemia.
No obstante, el organismo que comanda Agustín Salvia remarca que los datos son similares a los registrados en la prepandemia.
El 70% de los niños viven en hogares pobres
La medición de la UCA detecta un empeoramiento en la cantidad de nenes y adolescentes (hasta 17 años) que viven en hogares pobres. A octubre pasado, ese dato era 64,9% por encima del 2020 (64,6%).
Contra la pandemia, son 4 puntos porcentuales más de menores que habitan en hogares pobres.
En tanto, la indigencia afecta a 14,7% de los menores de 17 años, un punto por debajo de la medición del año pasado y aun por encima del nivel prepandemia.
La extensión de la AUH y la Tarjeta Alimentar están entre los motivos de la caída en los niveles de indigencia, indicaron los autores del informe.
Precariedad del empleo
El trabajo de la UCA evidencia una fuerte correlación entre pobreza, bajos ingresos y el tipo de empleo que se crea en la Argentina.
Muestra que la caída en los ingresos reales, sobre todo de los sectores más vulnerados, y un derrotero similar en la calidad de los empleos.
Si bien se vislumbra un alza en la actividad y el empleo tras la parálisis del año pasado, el 30% de la población mayor de 18 años contaba con empleo regular pero precario a octubre pasado, mientras 19,2% realizaba changas, trabajos temporarios o revestía en el programa como Potenciar Trabajo, y 9% estaba en situación de desempleo (cesanteados y sin búsqueda).
Así solo el 42,1% de la población económicamente activa “logró acceder a un empleo pleno de derechos” (registrado y con aportes a la salud y seguridad social).
En su reporte “Crisis de empleo, pobreza de ingresos y carencias estructurales en la Argentina 2010-2021″, el equipo que comanda Agustín Salvia apunta a “la persistencia de un mercado de trabajo precarizado que excluye a parte de los trabajadores de un empleo de calidad más allá del COVID”.
“La calidad del empleo disminuyó marcadamente en los trabajadores marginales, los residentes en hogares de nivel socioeconómico bajo y muy bajo, los trabajadores del sector micro-informal, los residentes en hogares en situación de pobreza, los residentes en las áreas urbanas que no son la Ciudad de Buenos, entre los jóvenes y adultos mayores y, en las mujeres en comparación con los varones”, explican en la UCA.
Salarios vs precios
La situación va de la mano de la caída en el poder de compra de los ingresos. “La inflación tiene un efecto corrosivo, sobre todo en los salarios más bajos”, resalta Salvia.
Entre 2019 y 2021, en medio de la crisis económica y sanitaria, el poder adquisitivo del salario cayó 7,4% en términos generales. Los trabajadores informales se llevaron la peor parte. No solo no tuvieron variaciones en la capacidad de compra, sino que el ingreso medio no supera los $35.000, casi la mitad que el de los ocupados del sector privado formal.