El poder adquisitivo de los salarios sufrió un marcado deterioro en los primeros meses del año, lo cual explica la caída del consumo y la fuerte recesión que afecta a toda la actividad económica.
El Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) precisó que en el primer bimestre del año los sueldos en promedio subieron 31,9% mientras que en el mismo período la inflación trepó a 36,5%.
Esto se produjo ante la decisión del Gobierno nacional de avanzar en la corrección de precios relativos –dólar, tarifas, quita de subsidios- sin una contrapartida que compense los ingresos de la población.
El Poder Ejecutivo ratificó hoy que no “habrá parches” al ser consultado el vocero, Manuel Adorni, sobre si había planes para mejorar el poder de compra de los bolsillos.
El portavoz insistió que el principal objetivo del Gobierno es bajar la inflación, lo cual obrará como herramienta para que el dinero en poder del público recupere capacidad de compra.
Pese a la diferencia de velocidad entre el crecimiento de los salarios y de los precios, el Gobierno nacional se mostró reacio a convalidar subas salariales por encima de la inflación proyectada, lo que produjo uno de los principales cortocircuitos con la CGT, aunque finalmente negoció y respaldó la negociación del gremio de los Camioneros que se había convertido en la discusión más emblemática de este proceso.
El INDEC informó que en febrero los salarios en su conjunto avanzaron 13,3%, que resultó similar a la inflación. Pero como en enero habían mejorado 16,4% contra 20,6% del IPC se consolidó la pérdida de poder adquisitivo en los dos primeros meses del año.
Pero cuando se desglosa la composición del índice se observa que el peso de este desajuste recayó en los empleados informales y en los estatales.
De acuerdo a los datos oficiales, los trabajadores no registrados apenas tuvieron una mejora de 17,6% en los dos primeros meses del año. Este comportamiento se explica porque la recesión impactó de lleno sobre la fuerza laboral informal -que enseguida puede ser desplazada- y este movimiento hace que en forma paralela se bloquee cualquier intento de mejora salarial. Se estima que en la actualidad el porcentaje de trabajadores precarizados (o que realizan sus tareas “en negro”) supera el 35% del total de empleados del país.
En el conjunto de trabajadores registrados, fueron los estatales lo que sufrieron en mayor medida la pérdida de poder de compra.
Siempre de acuerdo al INDEC los sueldos que dependen de un giro oficial se incrementaron 29% siete puntos por debajo de la inflación.
Los únicos que pudieron sortear este escenario fueron los empleados del sector formal privado, que para el INDEC tuvieron actualizaciones de salarios similares a la inflación.
La información que suministro el INDEC amplía la que un par de semanas atrás había revelado la Remuneración Imponible de los Trabajadores Registrados (RIPTE) que elabora el Ministerio de Trabajo.
Ese informe indicó que el sueldo promedio de los trabajadores en blanco es de $ 619.007. Esto refleja que una familia tipo necesita del ingreso de al menos dos personas para poder superar la línea de la pobreza.
Este escenario salarial es el que explica la caída de 3% en el consumo que señaló la Cámara de Comercio (CAC) en su último informe.
Consejo del Salario
El Gobierno convocó para el próximo martes 30 al Consejo Nacional del Salario Mínimo, Vital y Móvil (SMVM) para avanzar en una nueva actualización.
En la última reunión del Consejo realizada en febrero no hubo acuerdo y finalmente el Gobierno definió un alza de 30% en dos tramos (febrero y marzo).
Así, el salario inicial pasó de $156.000 a $180.000 en febrero para los trabajadores mensualizados, mientras que en marzo alcanzó los $202.800. En cuanto a los empleados jornalizados, la hora aumentó de $780 a $900 en el segundo mes del año y a $1.014 en el tercero.
Sobre esa base comenzará a negociarse, pero en esta oportunidad con el telón de una fuerte recesión que condiciona a las empresas y con una inflación en baja, dato que tomarán en cuenta las patronales para acotar el nivel de incremento.
El nuevo monto que se defina actúa como parámetro no solo para la fijación del sueldo mínimo, sino que también incide en el piso de los haberes jubilatorios, el valor del seguro por desempleo, y actúa como variable ordenadora para el cálculo de las Asignaciones y del impuesto a las Ganancias.
Con respecto a dicho tributo y hasta que no se sancione el paquete fiscal, la exención de Ganancias aplica para los trabajadores que ganan menos de 15 SMVM (hoy $3.042.000), por lo que el cambio en el valor del sueldo base impacta en la cantidad de asalariados que son excluidos del impuesto. En tanto, que en lo que refiere a los programas sociales, la actualización del SMVM derivará en un incremento en los montos que perciben los beneficiarios.