El Gobierno nacional determinó este lunes cuál será su estrategia para actualizar los haberes de los jubilados. Será enviada al Congreso para su análisis y posterior debate en tablas. Si bien tomará en cuenta salarios y recaudación, no la tasa de inflación.
Según el oficialismo se trata de la misma fórmula que utilizó Cristina Fernández de Kirchner hasta 2017, cuando Mauricio Macri estableció otra ecuación. Hasta 2019, las jubilaciones aumentaban de manera trimestral, en una cifra integrada por la variación del 70% del índice de inflación nacional y el 30% de la variación del salario medio registrado.
Desde el Ministerio de Economía justificaron ayer que “una fórmula atada a la inflación no es deseable en la Argentina. Porque los ingresos de las jubiladas y los jubilados han perdido poder adquisitivo y el objetivo político es recomponer esos ingresos".
"En diversos países, las fórmulas de movilidad se basan en inflación siendo que los precios en esos países crecen menos que los salarios, lo cual quiere decir que no hay un objetivo de recuperación real de los ingresos. Además, los niveles promedio y las variaciones de la inflación en esos países son mucho más bajos que los que se observan hace lustros en Argentina, lo cual les permite dar cierta previsibilidad al gasto previsional”, agregaron desde la cartera que lidera Martín Guzmán.
De esta manera, el proyecto del kirchnerismo retoma la fórmula usada entre 2009 y 2017, con dos aumentos al año, en marzo y septiembre. La cifra de incremento combina por mitades la variación de los salarios (RIPTE) y la recaudación tributaria con destino a la Seguridad Social por beneficiarios. Ese índice tiene un límite dado por la variación de la recaudación total del sistema previsional, por beneficiarios incrementada en un 3%.
Al aplicar la movilidad cada seis meses “se reduce la indexación de la economía” y “la pérdida de poder adquisitivo ante shocks inflacionarios como los observados en 2018 y 2019”, según se argumentó en el documento oficial, que será debatido en el Congreso. En caso de ser aprobado el proyecto de ley, la nueva fórmula regirá en 2021.
Con el nuevo cálculo, los haberes previsionales deberían mejorar en los períodos de buena recaudación y salarios superiores a la inflación mientras caerán en los momentos de recesión, mayor inflación y pérdida salarial, sin que exista ningún límite a esa caída.
A finales del año pasado, y a través de una ley de Emergencia, Alberto Fernández había quedado facultado para dar aumentos por decreto que resultaron inferiores a los devengados por la fórmula anterior.