Con 125 años de historia, la mejor forma de mantenerse vigente para Bodega Lagarde es la constante renovación. Así como viene ampliando su portfolio de vinos, en este 2022 la gran novedad pasa por Zonda, un nuevo espacio gastronómico que busca brindar una experiencia inédita en el enoturismo mendocino, donde no solo se sirve comida de primer nivel y vinos de cosechas inéditas del establecimiento que adquirió la familia Pescarmona en 1969, sino que, como lo dijo la CEO de la empresa, Sofía Pescarmona, se suman el paso por la huerta orgánica, clases de cocina y todo el crisol de la cultura mendocina.
La mayor de las hermanas Pescarmona charló con Los Andes acera de este novel proyecto, su visión sobre el turismo en Mendoza, la política, y también de los avances de Planta Uno, un paseo comercial, principalmente gastronómico, que funcionará en la estructura de 27 mil m2 en la que hasta 1940 funcionaron los primeros talleres de Impsa ubicados en Godoy Cruz.
- ¿Por qué hoy es una buena inversión el turismo?
- Es una industria enorme en la que Argentina tiene un potencial de crecer mucho más. Si hoy importamos o exportamos, como quieran llamarle, turismo en Mendoza por 400 millones de dólares por año, creo que hay un potencial de duplicar ese monto en diez años. Creo que está muy ligado al vino y es un embajador maravilloso. Cuanta más gente conozca nuestro lugar, nuestros suelos y nuestros vinos, luego se lo lleva al mundo y tenemos un consumidor fuera del país.
Esto es algo que lo han hecho Italia, Francia, España… La gastronomía es el medio que conecta para vender el vino en los restaurantes. Creo que nosotros tenemos todo el potencial para desarrollar esa idea conceptual de la gastronomía argentina complementada con los vinos de nuestro país y que eso acompañe por el mundo.
- ¿Qué aspectos debería mejorar Mendoza para explotar esta industria?
- Sin dudas, el aeropuerto provincial tiene que crecer y duplicar su tamaño. Necesitamos multiplicar la cantidad de conexiones que tenemos con el mundo. Siempre uso el caso de Punta Cana, un destino que no existía hace 20 años, pero un señor soñó con que con un aeropuerto él iba a cambiar República Dominicana. Y lo hizo construyendo un aeropuerto grande y buscando conexiones con la mayor cantidad de ciudades del mundo, por eso hoy esa ciudad es lo que es.
Nosotros, teniendo claro que tenemos que construir un aeropuerto más grande, sumar conexiones con más puntos y dejar que el privado haga, construya e invierta en oportunidades de turismo, tenemos muchas oportunidades para aprovechar.
Por supuesto, nos falta capacitar gente. También sería genial tener escuelas técnicas relacionadas con el turismo, la gastronomía y que la educación se convierta en una pata para el crecimiento. Todavía falta y hay poca gente capacitada para esto, pero se puede lograr en poco tiempo.
- ¿Por qué ya teniendo un espacio como Fogón decidieron abrir uno nuevo?
- Nos encanta la gastronomía y creemos que es el complemento perfecto para mostrar los vinos como corresponde. El vino necesita de la experiencia y la comida. Ese fue el punto de partida. En Fogón cuando iniciamos hicimos muchos pop ups de chefs, con el concepto de traer el mundo a Mendoza, sobre todo para que los equipos se capacitaran y adquirieran un mayor conocimiento para dar un mejor servicio.
El turismo ha crecido mucho en Mendoza y Fogón también creció, por lo que nos costaba encontrar el espacio para los pop ups. Entonces Zonda nació un poco como eso, un espacio donde se puede venir a tener una clase de cocina y compartir con el chef. También donde podamos traer chefs invitados. Hoy la gastronomía ha crecido mucho y, post pandemia, la gente quiere participar. Es un grupo grande que disfruta mucho profundizar mucho sobre el alimento, ya sea la comida o el vino.
Y, desde mi parte, amo la naturaleza, la huerta, algo que mamé desde mi abuela, y Zonda permite integrar un poco todas esas experiencias: la huerta, el vino, la cocina, profundizar el conocimiento y la transmisión de la cultura mendocina. Me pareció que eso es algo que podíamos aprovechar y que al turista le iba a encantar, porque va en búsqueda de eso, una experiencia. Además, en Mendoza no había ninguna bodega que tuviera esto integrado, aunque sí algunas daban clases de cocina.
- ¿Qué diferencia la propuesta de Lagarde de las otras que ofrecen las bodegas de Mendoza?
- Somos empresa B, con lo cual es requisito tener triple impacto. Por ahí pasa que tenemos más claro cómo generar eso desde la agricultura, con menos pesticida, mejor uso del agua o todo lo que pueda mejorar ese aspecto. Con respecto a la relación con la comunidad, no se si lo tenemos tan en claro, pero sabemos que queremos dar oportunidades o generar una oportunidad para aquellos que no la visualizan.
En ese sentido, trabajamos con un sistema de pasantías. Pasa que hay chicos que ya saben que quieren ser chefs o dedicarse a la enología, pero nuestra idea es permear en gente que no piensa que existe esa chance. Por eso trabajamos con una escuela secundaria orientada a la gastronomía y con la Municipalidad de Luján. En el primero de los casos, prender una idea en los chicos sobre a lo que se pueden dedicar, y en el segundo, sumar una experiencia de capacitación para quedarse acá o sumar para el currículum.
- Saliendo del turismo y la vitivinicultura, ¿sentís que hoy el sector privado tiene las condiciones para crecer?
- Creo que hay mucho por mejorar. No solo en infraestructura, sino en reglas. Necesitamos que los municipios se aggiornen para ser ágiles, porque cuando uno quiere hacer una obra, a veces es difícil, pero no en todos los casos es igual. Sería ideal que todos sean ágiles y ayuden a que el privado funcione.
Soy una convencida de que hay que bajar el gasto público para que bajen los Ingresos Brutos. Hay que eficientizar el gasto. Eso no significa no gastar, sino hacerlo bien. Hay zonas en las que hay que gastar más y mejor, como salud y educación. Creo que hay mucho para hacer y mejorar. Ese es el rol que esperamos un poco los ciudadanos sobre la política, que busquen esa eficientización y brindar mejores servicios con menos recursos. Porque eso le hace bien a toda la economía y la sociedad, porque si hay oportunidades, el privado va a invertir.
- Al escucharte, es inevitable preguntar si te interesaría involucrarte en la política…
- (Risas) Me gusta involucrarme y creo que como ciudadanos debemos hacerlo. No podemos quejarnos si no ponemos un poquito el cuerpo también. Me gusta tener conversaciones y que el diálogo exista. Me parece que la sociedad se ha separado y eso no está bueno, tenemos que tener el diálogo abierto y nutrirnos de todos los sectores. A mi me hace bien escuchar la realidad que no vivo y tengo que estar abierta para aprender.
Tengo una inquietud social porque quiero un país mejor para todos. No sirve de nada que me vaya bien a mí si en mi comunidad está todo mal y me entran a robar cada cinco minutos. Eso se logra con mucho diálogo y tirando para el mismo lado. Desde ese lugar me parece importante y transformadora la política.
Respeto mucho a la gente que lo hace con vocación y de manera sana. Creo que hay que respetarlos y honrarlos, como se hace con los maestros o la fuerza de seguridad. Tenemos que cambiar esa mirada que tenemos los argentinos, porque hay gente buena. A esos debemos honrarlos y a los malos castigarlos, como corresponde.
- ¿De qué se trata Planta Uno, uno de tus nuevos proyectos?
- Estamos construyendo con la familia un paseo comercial que va a tener una fuerte impronta gastronómica. Se trata de un mercado gastronómico que va a tener una peatonal y ha sido construido en una fábrica antigua de la familia de Godoy Cruz que estaba abandonada. Estamos recuperando ese lugar con la idea de potenciar a los vendedores mendocinos y que se transforme en un lugar de paseo.
Estamos trabajando en eso y esperamos inaugurarlo el año que viene en algún momento. No tenemos fecha todavía, pero está avanzando muy bien.
- ¿Qué responsabilidad tiene llevar el apellido Pescarmona y ser la tercera generación al frente del negocio?
- Tiene muchísima responsabilidad. A veces me pesa y en otras ocasiones me da aliento, depende del día (risas). Uno creo que trata de hacer las cosas bien por el legado que tiene y también por el futuro, por mostrar a los hijos algo bien hecho y que ellos se puedan sentir orgullosos de sus padres. Tiene su peso, bueno y malo.
Perfil
Sofía Pescarmona (49) es licenciada en Relaciones Internacionales y Filosofía y tiene un máster en Administración de Empresas. Tercera generación de la familia Pescarmona, además de tener otras experiencias laborales fuera de la compañía familiar, desde hace 20 años está involucrada en las empresas que han dirigido su padre y su abuelo. Hoy, además de ser aficionada a la jardinería, es la CEO de Bodega Lagarde.