Whisky escocés, americano, bourbon, whiskey y tantas otras. Muchas son las variables que encontramos de unas de las bebidas centenarias más míticas y populares en el mundo. Como se puede ver desde hace una década, en Argentina la pasión por este destilado viene creciendo a paso firme de la mano de proyectos de autor cada vez más serios y competitivos. Pero la idea de Cristian, Gabriel y Gastón Williamas va más allá de tomar alguna histórica receta y hacerle algunos ajustes para que gane identidad local, ellos tiene la firme idea de crear el primer whisky andino para salir a competir en el mundo.
Provenientes de la industria de bebidas alcohólicas y vitivinícola, los hermanos Williams iniciaron la actividad de The Williams Casanegra en 2014 como destilería de whisky con la idea de realizar algo que realmente les apasione. Amantes de esta bebida, sabían que para tener buenos resultados, el proyecto debía ser a largo plazo, por lo que en paralelo pusieron en marcha Andina Compañía Destilera, una nueva unidad de negocio dedicada a la elaboración de vodka, gin y ginebra de alta gama con la vista puesta en la exportación.
“Buscamos transformarnos en un referente de América Latina en el mundo con todos nuestros productos”, dijo en diálogo con Los Andes Cristian Williams. “Somos primera generación y nuestro proyecto apunta a tener un añejamiento desde los seis a los dieciocho años. Hoy ya tenemos un whisky de seis años, pero queremos esperar dos años más para sacarlo al mercado de exportación para poder competir con los escoceses”, contó.
Cómo convertirse en líderes con una inversión de 300 mil dólares
Algo que los distingue es que ellos no compran el alcohol para sus destilados, sino que la elaboran a partir de su propia maltería de 300.000 kilos anuales, la que se ha convertido en la primera de Cuyo y en la que trabajan con productores de cebada de Valle de Uco y una receta propia. “De esa forma manejamos la calidad y evitamos usar maltas cerveceras, es algo que nos diferencia”, puntualizó Williams.
“Hemos salido al mercado con productos de altísima gama que nos permite seguir adelante con la reinversión en el whisky, algo que lleva mucho tiempo, necesita ir aumentando siempre la cantidad de barricas y requiere un desembolso de dinero importante. En los primeros diez años es todo reinversión, por lo que Andina nos permite estar más tranquilos y competir en el mercado externo”, explicó sobre el crecimiento de sus emprendimientos.
El negocio de los hermanos Williams inició con 300.000 dólares, pero el avance ha sido constante, al punto de que Cristian no podría poner en números hoy lo que ya llevan invertido. “Desde 2014 hemos ido haciendo nuevos aportes con capital propio o créditos en diferentes organismos. Para no atarnos a los números fríos, nuestro crecimiento se ve reflejado en la estructura. Tenemos en un mismo predio dos destilerías, una batería de 14 alambiques desde 750 a 3.500 litros, fermentadores de 3.000 litros, tanques de acero inoxidable, galpones para estiba de barricas, la maltería, un horno especial para ahumar la malta y actualmente estamos terminando la construcción de un bar para que el público pueda conocer la destilería y disfrutar de una propuesta gastronómica en el lugar”, describió.
“Con el correr de los años uno termina abstrayéndose de la cifra económica, porque es un proyecto de pasión y se ha convertido en nuestro estilo de vida”, estimó.
Cómo ganar mercados de exportación sin tradición en los destilados
“La única forma de llegar a mercados internacionales y ser consistentes es con calidad”, aseguró Cristian. Así, provenientes de un país con escasa tradición en destilados y con poco más de un lustro de historia han logrado conquistar países como Estados Unidos, Chile, Brasil, Corea y China. Y actualmente están en tratativas para ingresar a Reino Unido y otros destinos de Europa para este 2022.
“Nos llevó dos años llegar a las formulaciones de vodka, gin y ginebra. La explosión de este tipo de productos en los últimos en varios mercados de Sudamérica nos ayuda a crear una categoría que antes no existía, pero nosotros hacemos otros productos de exportación con una calidad excelente. Por eso nos preocupamos por crear nuestro propio alcohol. Así como en el vino se habla del terroir, acá sucede lo mismo”, comentó el empresario.
Además, los productos se pueden conseguir en el país y la provincia, a través de una red de distribuidores cada vez más amplia. “Si bien Argentina no es referente en la más alta gama de estos productos, hasta ahora hemos tenido muy buena respuesta”, sostuvo.
En el caso del whisky, donde todavía no salen “a la cancha”, su factor diferencial aseguran que estará en su receta. Es que el producto que los hermanos Williams están madurando no busca seguir la tradición de los whiskies escoceses o del bourbon americano, sino que ellos quieren crear el primer whisky single malt andino. “Tiene un carácter súper ameno, aportado por los granos que plantamos a más de 1.800 msnm. Utilizamos agua de deshielo y al malteado le hacemos un proceso de ahumado que nosotros mismos desarrollamos. La fermentación en madera es algo que cuidamos mucho y es propio de nuestra zona. Buscamos apelar a una denominación de origen con nuestro producto y generar nuestro propio camino, logrando un producto distinto a lo que ya se conoce”, completó.
Qué productos tienen y cuánto valen
La gama de precios de los productos de los hermanos Williams se corresponde con el toque premium que le ponen a su elaboración. Disponibles en algunos bares, vinerías y otros sitios exclusivos se pueden conseguir desde $3.000 a $8.000 cada botella.
En el caso del vodka, sus marcas son Antártica, de centeno y trigo; y Narciso Negro, ya sea Ahumado con Turba, Trufa Negra, o Papín Andino. También tienen dos gins: Belladonna, con 37 botánicos, y The Perfumist, con 53 botánicos. En tanto, el par de ginebras se llaman Hierba Mala y Diavolezza.