Los productores están en alerta porque podrían importar vino las bodegas, sabemos que si eso sucede el precio cae y ellos son los principales perjudicados. Si bien hay algunos bodegueros que admiten fuera del micrófono que hay posibilidades de que finalmente terminen trayendo vino de Chile, también están los que dicen “no hay necesidad de importar” y después terminan importando. Son los que siempre están pendientes de ver qué medida le pueden sacar al poder de turno para beneficiarse, husmeando permanentemente para dónde va el viento político, tejiendo vínculos para seguir influyendo en las decisiones. También van a tener que tener en cuenta que si se hace abuso de la importación de vino, el gobierno, como se hizo en el 2016/17, el Gobierno, si se anima, podría subirle la alícuota de Ingresos Brutos a las bodegas que fraccionen vino importado. Hoy la alícuota está en el 4% y podría subir hasta el 8%.
“Esta medida tiene como objetivo principal evitar maniobras especulativas por parte de los fraccionadores de vino localizados en la provincia, ya que se considera que los stocks de vino de color son los suficientes para enfrentar la demanda hasta la próxima liberación de vinos cosecha 2017″, decían desde el gobierno cuando se aplicó la medida
El gobernador Cornejo afirmaba: “No soy partidario de este tipo de intervenciones, incluso es probable que nos traiga problema en la OMC, pero ahora es imprescindible que el Estado intervenga inteligentemente. Un grupo concentrado del sector privado ha sostenido que había sobrestock de vinos. Por eso se trabajó y se invirtió mucha plata del sector público para cubrir el sobrestock…hoy el hecho de importar vinos nos parece una maniobra desleal, y si es una maniobra desleal, nos hemos sentido en la obligación de agregar un impuesto”.
Veremos qué pasa, hay que estar atentos.
