El ministro de Economía, Martín Guzmán, arrancará formalmente este martes la compleja misión de reestructurar la deuda que el país tiene con el Fondo Monetario Internacional (FMI) y que asciende a los 44.000 millones de dólares. Para ello, el funcionario busca acceder a un programa de “Facilidades Extendidas”, que permitiría comenzar a pagar recién en 2024 pero que demandaría una serie de reformas estructurales.
“El staff del FMI y el Gobierno argentino consideran que en las circunstancias actuales, ese tipo de programa es la mejor alternativa disponible”, dijo Guzmán a periodistas extranjeros en una reunión en el Ministerio de Economía, según Bloomberg.
El titular de la cartera económica reveló sus intenciones horas antes de que se inicie oficialmente la nueva misión del Fondo en Buenos Aires, que ya tendrá carácter formal para acercar posiciones.
Guzmán recibirá en las próximas horas a los enviados del organismo multilateral de crédito, la subdirectora del Departamento del Hemisferio Occidental, Julie Kozack, y el asistente del Directorio, Luis Cubeddu.
Según indica el FMI, el programa de “Facilidades Extendidas” fue creado para “ayudar a los países que experimentan graves problemas de balanza de pagos debido a deficiencias estructurales o a un lento crecimiento y una situación de la balanza de pagos muy debilitada”.
“Los SAF respaldan programas integrales que contemplan las políticas necesarias para corregir desequilibrios estructurales durante un período prolongado”, remarcaron en el organismo que otorga préstamos de última instancia y que conduce Kristalina Georgieva.
Técnicamente conocido como Servicio Ampliado del FMI (SAF), el esquema ofrece “período de reembolso más largos” que, por ejemplo, el acuerdo Stand-By que solicitó la administración de Macri poco después de que se desataca en mayo de 2018 la crisis cambiaria que marcó el inicio de una profunda recesión económica.
“Dado que las reformas estructurales orientadas a corregir deficiencias arraigadas suelen tomar tiempo en implementarse y rendir fruto, la participación en un programa del SAF y el período de reembolso tienen plazos más largos que la mayoría de otros acuerdos que pueden celebrarse con el FMI”, explicaron en el Fondo.
Y detallan que “los acuerdos ampliados suelen aprobarse por períodos de tres años, pero también pueden aprobarse por períodos de hasta cuatro años, a fin de implementar reformas estructurales profundas y duraderas”.
“Los montos que se giran en el marco de un SAF deben reembolsare en plazos de 4½ a 10 años, con pagos en 12 cuotas semestrales iguales. En cambio, los créditos en el marco de un Acuerdo Stand-By (SBA) se reembolsan en períodos de 3¼ a 5 años”, puntualizaron.
Pero para acceder a esas “facilidades”, la Argentina deberá comprometerse a emprender una serie de reformas estructurales, cuya efectividad será monitoreada por los técnicos del organismo multilateral de crédito.
“Cuando un país obtiene un préstamo del FMI, se compromete a aplicar políticas orientadas a superar los problemas económicos y estructurales. En el marco del SAF, se espera que estos compromisos, incluidas condiciones específicas se centren en las reformas estructurales para corregir deficiencias institucionales o económicas, además de las políticas que mantienen la estabilidad macroeconómica. El Directorio Ejecutivo del FMI evalúa periódicamente el desempeño del programa y puede adaptarlo en función de la evolución económica”, indicaron en el FMI.
Respecto a las medidas estructurales, subrayaron que “son críticas para alcanzar los objetivos del programa” y que sus efectos “se evalúan de una forma holística, que incluye parámetros de referencia”.
“Se hace un seguimiento de los avances de los países prestatarios usando metas cuantitativas (criterios de ejecución y metas indicativas). Los desembolsos del FMI están supeditados a la observancia de los criterios de ejecución cuantitativos, salvo que el Directorio Ejecutivo decida suspender su aplicación durante los exámenes periódicos sobre el desempeño del programa. El país miembro y el Directorio Ejecutivo también pueden usar los exámenes para modificar el programa en función de la evolución económica”, aclararon.
Por lo pronto, Guzmán tendrá que gestionar ese pedido con Kozack y Cubeddu, que ya visitaron la Argentina a principios de octubre último. Aquella fue una primera visita exploratoria de la situación económica y social en la Argentina, tras el pedido del Gobierno de renegociar el programa.
El ministro de Economía también busca que sea el Congreso de la Nación el que autorice los futuros acuerdos con el FMI para darle así mayor fortaleza política a cualquier gestión que se encare.
“Pensamos que sería sano que las decisiones de pedir préstamos en divisas extranjeras tengan la aprobación del Congreso. Esta semana vamos a presentar un proyecto de ley que contenga como uno de los elementos la aprobación del Parlamento por los préstamos en divisas”, dijo Guzmán.
El ministro subrayó que la iniciativa apunta a “convertir la sostenibilidad de la deuda en una política de Estado”.