En febrero, el Ejecutivo provincial llamó a licitación para adjudicar doce áreas petroleras y ayer se conoció cuál es la propuesta económica de los tres oferentes. Aconcagua Energía presentó una propuesta de invertir US$ 18.208.333 para la explotación de Payún Oeste. Hattick Energy realizó ofertas para dos áreas de exploración -CN V y Malargüe, US$ 3.407.610 y US$ 1.500.000, respectivamente- y una de producción, Loma del Divisadero, donde invertiría US$ 6.525.250. Y Selva María Oil tiene intenciones de explorar Bajada de Chachahuen (US$18.014.000). De adjudicarse las cinco, la inversión total alcanzaría los US$ 33.465.043.
Desde el Gobierno destacaron que este interés por seguir explorando y explotando los hidrocarburos convencionales en Mendoza se da en el contexto de la concentración de inversiones en Vaca Muerta, por la alta rentabilidad y la recuperación rápida de la inversión con los no convencionales. Por otra parte, a principios de abril, YPF anunció el proceso de venta de yacimientos maduros en todo el país, que incluye 14 bloques en Mendoza, lo que aumentó las opciones para los potenciales inversores.
La licitación incluía nueve permisos de exploración y tres concesiones de explotación, y las ofertas fueron por tres proyectos exploratorios y dos de producción. Como se recibieron cinco propuestas por el mismo número de áreas, todas ubicadas en Malargüe, no habrá competencia ni existen posibilidades de impugnación por parte de otros oferentes. Por eso que esperan que, en los próximos días, de cumplir con los requisitos formales, se pueda emitir el decreto de adjudicación.
La ministra de Energía y Ambiente de la provincia, Jimena Latorre, destacó que dos ofertas fueron por áreas de explotación, lo que implica que incrementarán la producción actual (que viene en declive por la madurez de los pozos, aunque esa caída ha ido desacelerando en los últimos años). Y si bien reconoció que las tres de exploración no aumentarán esa extracción en el corto plazo, son muy importantes en materia de reservas.
“Estoy convencida de que parte de la decadencia de la producción de hidrocarburos convencionales en nuestro país se debe a que durante mucho tiempo se discontinuó la inversión en exploración. Y para certificar reservas y tener verdaderas inversiones en producción, previo hay que invertir en certificación de reservas y para eso tenemos que seguir explorando en la provincia”, manifestó.
Las tres empresas ya están operando en Mendoza y dos de ellas habían presentado una iniciativa privada por estas áreas, pero legalmente las propuestas se deben declarar de interés público y llamar a licitación, para que otras compañías también puedan concursar. En el llamado, mantuvieron su interés inicial y confirmaron su voluntad de invertir.
Licitación continua
Latorre comentó que lo novedoso de este pliego es que se trata de un proceso de licitación continua. Esto implica que las siete áreas para las que no hubo ofertas en este llamado seguirán en el mercado, ya que se apuntó a que la provincia siempre tenga opciones para los interesados en venir a explorar o explotar hidrocarburos. “La incertidumbre condiciona a la hora de tomar decisiones de comprometer inversiones. Esperemos que este próximo semestre despeje algunas variables macroeconómicas que puedan haber condicionado a que no se presentaran en esta primera etapa y sí decidan presentarse en la próxima”, expresó.
El nuevo sistema también incluye la eliminación de cánones, como el extraordinario de producción o regalía extra; el de renta extraordinaria, que establece que el porcentaje de regalía aumenta si el precio del petróleo sube; y el concepto de pago inicial en la fórmula de adjudicación de concesiones de explotación. Se deja solamente el 12% que fija la Ley Nacional de Hidrocarburos. El objetivo es que los adjudicatarios concentren sus esfuerzos en el desarrollo de las inversiones.
Otro cambio es que, si bien la concesión es por 25 años, la oferta debe tener un plan para los primeros diez, y, en la fórmula de adjudicación, se priorizan las ofertas que aportan mayor valor en los primeros cinco; es decir, se incentivan las inversiones en etapas tempranas del contrato. En tanto, para las áreas de exploración no se fija una inversión mínima, ya que esto que provocó que quedaran desiertos llamados anteriores, y se optó por dejar libertad a lo que el oferente decida proponer.