Aunque la noticia incluso salió en un portal en francés, lo cierto es que el nuevo dueño de la cadena de empanadas El Noble es mendocino y lleva el apellido Badaloni, pero la empresa Andesmar no es la flamante propietaria del emprendimiento gastronómico. La adquisición se trata de un proyecto personal del abogado y empresario Diego Badaloni Giner.
El Noble Repulgue, que tiene una planta de 14 mil metros cuadrados en Garín y una red de más de 90 franquicias, con entregas a 4 mil clientes, estaba en venta desde el año pasado. Pese a que no trascendió el monto de la compra, sí se supo que la empresa arrastraba una deuda de unos 200 millones de pesos y que la negociación duró seis meses.
Las primeras noticias sostenían que Andesmar había comprado El Noble, pero en realidad la primera no ha aportado capital ni ha intervenido en la operación, ya que se trata de un proyecto personal de Badaloni Giner, quien reside en Buenos Aires, con su socio. Según refleja Apertura, ambos tienen experiencia en el rubro gastronómico, porque están a cargo de la gestión de Productos Alimenticios al Continente, una compañía que comercializa productos de alta calidad vinculados al café y abastece a bares, confiterías, restaurantes y hoteles del país, y, próximamente, empezará a vender también en supermercados.
Por lo pronto, se supo que los nuevos propietarios de El Noble buscan reposicionar la marca y darle tecnificación, para ampliar el catálogo de productos y encarar un proyecto exportador. La fábrica ya fue habilitada para exportar a la Unión Europea (UE) y los productos se venden en Chile, Uruguay, Paraguay, México, España y Alemania.
La cadena asegura que tiene la mayor fábrica de empanadas del mundo, con una producción anual de 100 millones de unidades. No sólo ofrece las conocidas empanadas, sino también una amplia variedad de alimentos congelados, que incluye tartas, pizzas, pizzetas rellenas, panes de queso, paninis, tostables y bocaditos de pollo.