En mayo, una familia mendocina de cuatro integrantes (dos adultos de 31 y 35 años y dos niños de 5 y 8 años) necesitó $758.529,81 para poder cubrir sus necesidades básicas, expresadas en la Canasta Básica Total (CBT) y, de ese modo, no caer en la pobreza. Por otra parte, la Canasta Básica Alimentaria (CBA), que es la que marca la línea de la indigencia, alcanzó los $309.604.
Los datos fueron difundidos por la Dirección de Estadísticas e Investigaciones Económicas de la provincia (DEIE) e implican una variación, con respecto a abril, del 2,64% para la CBA y del 3,9% para la CBT. Es decir, por debajo de la evolución que tuvo el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en el mes de mayo en comparación al anterior y también inferior al aumento mensual de Alimentos y Bebidas (+3,3%) para el caso de la CBA.
A nivel nacional, cada argentino necesitó $125.235 para no ser considerado indigente y $275.518 para no caer por debajo de la línea de pobreza. La evolución mensual fue de 3,7% para la CBA (60,8% en el acumulado del año y 290,7% en la comparación interanual) y de 2,8% para la CBT (71,7% desde enero a mayo y 290,7% con respecto a mayo de 2023. Esos valores, para una familia tipo argentina, de cuatro miembros, fueron de $386.978 para la CBA y de $851.351 para la CBT.
Aumento de la pobreza
El informe “Deudas sociales estructurales en la sociedad argentina”, elaborado por el Observatorio de la Deuda Social Argentina de la Universidad Católica Argentina (UCA), reveló que entre el tercer trimestre de 2023 y el primero de 2024 -según estimaciones por micro simulaciones- la pobreza habría pasado de alcanzar a un 44,7% de la población a un 55,5%. En tanto la indigencia, en la que se encontraba el 9,6% de los argentinos entre julio y setiembre del año pasado, se habría elevado al 17,5% entre enero y marzo.
Esto implica que, en los tres primeros meses de 2024, 24,9 millones de personas residentes en áreas urbanas del país habrían estado en situación de pobreza -no alcanzan a cubrir la Canasta Básica Total- y, de ellas, 7,8 millones de personas estarían en estado de pobreza extrema o indigencia (con ingresos por debajo de la CBA).
“En un contexto de décadas de pobreza estructural, la coyuntura de aceleración de la espiral inflacionaria generó un incremento de la población en situación de pobreza e indigencia”, plantea el documento.
La UCA añade que los bajos ingresos han provocado que la inseguridad alimentaria total para áreas urbanas relevadas por la encuesta del ODSA-UCA, alcance al 24,7% de las personas, al 20,8% de los hogares y al 32,2% de los niños, niñas y adolescentes. Por otra parte, se encuentran en una situación aún más grave, con inseguridad alimentaria severa, el 10,9% de las personas, el 8,8% de los hogares y el 13,9% de los niños, niñas y adolescentes.