“El futuro llegó hace rato”, dice el Indio Solari en su tema “Todo un palo”. Y esas cosas que imaginábamos un poco lejanas hace algunos años, hoy son parte de nuestra realidad. Como el robot dispensador de medicamentos que instaló una farmacia de Mendoza.
Se trata del robot Rowa, un equipamiento traído de Alemania y que permitirá mejorar en un tercio la capacidad de atención que tiene Farmastore en su local ubicado en calle Colón de Ciudad de Mendoza. Este es el primero en la capital provincial y el segundo en el ámbito local, ya que en Godoy Cruz Jorge Parera ha instalado esta tecnología en las farmacias Chester.
Valeria Lilloy, socia gerente de la farmacia, contó a Los Andes que el funcionamiento es muy sencillo: el cliente llega con la receta o solicita el medicamento que necesita, se carga el pedido en el sistema y en cinco segundos el robot lo dispensa directamente al mostrador.
Si bien Lilloy no puso cifras a la inversión que requiere este tipo de tecnología, aseguró que tiene un rápido retorno del dinero, ya que se trata de un sistema más eficaz y veloz: “Requiere una inversión alta, pero los beneficios son muchos y la velocidad de atención permite mejorar la cantidad de tickets de la farmacia. También, los clientes no tienen demoras a la hora de comprar porque en la misma cantidad de tiempo se puede atender a un tercio más de personas”, dijo la empresaria.
Ventajas de tener un robot
Aunque a muchos les asuste la idea de que las máquinas puedan reemplazar el trabajo humano, según lo argumentado por Valeria Lilloy, la implementación de un robot se presenta como un complemento de las tareas de los farmacéuticos y hasta potencia su labor.
“Después de la pandemia decidimos incorporar robótica con la idea de profesionalizar la dispensa del medicamento. Con el robot, además de tener el medicamento más rápido, el profesional que está en el mostrador puede asesorar y acompañar mejor la situación del cliente/paciente, porque el robot es el que busca el medicamento y lo entrega en cinco segundos”, aseguró.
Además de esta ventaja, Lilloy argumentó que hay un cuidado de los profesionales de la farmacia, porque hacen desplazamientos mínimos y reducen el contacto, ya que la dispensa del robot se hace por algunas mangas que salen a buzones que están en sus puestos de trabajo.
También hay un beneficio para los clientes, debido a que en el contexto de pandemia, donde los farmacéuticos no pueden tener contacto en el salón con los clientes, esto les permite atender mucho más rápido y evitar que se formen largas filas de espera en la intemperie o la gente aglomerada dentro de la farmacia.
Por último, Lilloy sumó: “Sobre la manipulación del medicamento, siempre se encuentra a la temperatura ideal y en condiciones óptimas de higiene, limpieza y sin manipulación excesiva. En cuanto a la bioseguridad, con este sistema se evitan errores en la dispensa del medicamento y hay un control de vencimientos de los productos. En la mayoría de las farmacias la entrega es más lenta porque se acomodan los medicamentos en cajas, cajones o la persona tiene que ir a otro espacio a buscarlos”.