Esta semana comenzó la perforación, por parte de YPF, de dos pozos exploratorios en el sur de Malargüe, en lo que se conoce como la lengua norte de Vaca Muerta. Aunque desde la empresa prefieren mantenerse cautos hasta conocer los resultados de la exploración, desde el Gobierno provincial calificaron de “hito” este inicio, que permitirá conocer el potencial de ese sector para el desarrollo de la explotación del petróleo no convencional en la provincia.
El gobernador Rodolfo Suárez viajó el martes al Sur, para participar en el arranque de las tareas de perforación y conocer las instalaciones que la petrolera estatal ha levantado en la zona. También aprovechó el viaje para visitar Potasio Río Colorado, mientras se aguarda la decisión del comité evaluador sobre cuál de los tres oferentes es el más conveniente para asumir la explotación del yacimiento de este mineral.
El escenario que avizoran desde el Ejecutivo es que Mendoza recupere su estatus de provincia productora de petróleo y que vuelva a ser una actividad que motorice la economía. Es que, si bien la producción de hidrocarburos tuvo un repunte el año pasado, se trató de una desaceleración de la caída, ya que la extracción viene en caída desde 2009 y se obtiene un 30% menos que hace 10 años.
Esto, debido a que las inversiones que se están realizando en el sector de Hidrocarburos -y, que se debe resaltar, han tenido un incremento significativo-, se concentran en lograr un mejor rendimiento en las perforaciones ya existentes, que son pozos maduros. Sin embargo, es poco el dinero que los privados destinan a intentar encontrar nuevos yacimientos. En este contexto, se entiende el entusiasmo porque YPF haya decidido invertir U$S 17 millones en tareas de exploración.
De todos modos, habrá que esperar un tiempo hasta conocer si arrojará los resultados que todos, incluidas las pymes petroleras provinciales, están esperando, para revertir la tendencia de años de declinación y una cierta resignación vinculada a que esta actividad vaya perdiendo participación en el Producto Bruto Interno (se pasó del 17% en los ‘90 al 11% de la actualidad).
Etapas
Hacia adelante, restan unos tres meses para completar la perforación de dos pozos, a pocos metros de distancia, en un sitio ubicado en el límite de los bloques Paso de las Bardas Norte y CN VII A. Cada uno tendrá unos 2.500 metros de profundidad y, a partir de ahí, avanzarán de modo horizontal por otros 1.000 metros, uno de ellos hacia el norte y el otro hacia el sur. En esta primera etapa, hay unas 80 personas trabajando de modo directo en diferentes turnos -las tareas se desarrollan las 24 horas del día- y varios más de manera indirecta, como proveedores de servicios.
Cuando esta tarea haya concluido y se retiren los equipos de perforación, llegará el set de fractura, es decir, las bombas que inyectarán agua y arena para romper la roca y permitir que fluya el crudo que se encuentra atrapado. Para esto, será necesario tener un buen acopio de arena, que se traerá de la planta que YPF tiene en Loma Campana (Neuquén), ya que debe cumplir con ciertas características -ser muy fina y contener ciertos minerales-, como también de líquido, que proviene del río Colorado.
Esta nueva etapa tomará otros 90 días y, al terminar, los pozos estarían en condiciones de empezar a producir. YPF le ha informado al Gobierno provincial que estiman que antes de fin de año podrían estar extrayendo petróleo y entonces comenzarán a evaluar la productividad.
Asimismo, mientras se avanza en la excavación, se van tomando muestras cada cierta cantidad de metros, lo que permite ir teniendo información valiosa para los geólogos sobre la composición del subsuelo. Esto también es un elemento para evaluar el potencial de este sitio, parte de la formación de Vaca Muerta.
Los números que invitan a proyectar un vuelco -positivo- en la producción de hidrocarburos en la provincia son los que planteó la empresa. En un primer momento, había dicho que los dos primeros pozos se podrían llegar a convertir en más de 100 y ahora aumentó la apuesta a 192. Y los U$S 17 millones que invertirá en esta primera etapa, de exploración, treparían a U$S 1.500 millones en la de explotación.
El director de Hidrocarburos de la provincia, Estanislao Schilardi, explicó que se sabe que hay petróleo en el sitio donde se están realizando las dos perforaciones, pero que el factor determinante es la productividad, que es lo que, en definitiva, permitirá saber si será rentable explotar esas áreas.
A medida que van perforando, indicó, ya se van obteniendo algunos datos preliminares, que se confirman cuando se realiza la estimulación hidráulica. El inicio del trabajo del set de fractura dependerá de la disponibilidad del servicio, pero de ser favorable esperan que comience en el segundo semestre.
Si el sitio es productivo, YPF va a perforar con dos contratos distintos: uno de concesión -en el área Paso de las Bardas Norte, donde recientemente obtuvo la extensión por 10 años- y otro de permiso de exploración. Luego, la empresa puede pedir el permiso de explotación no convencional, que se otorga por 35 años (10 más que en la convencional), para lo que deberá presentar un plan de inversiones importante para los 5 primeros años.
Schilardi resaltó que, si se perforan 50 pozos más, la petrolera deberá hacer una serie de instalaciones de superficie, como ductos, tanques y plantas de tratamiento del crudo, que generarán un movimiento muy importante en la industria local.
Y si se determina que la producción no convencional no es rentable en estas áreas, como se le renovó la concesión de una de ellas, la petrolera deberá seguir explotando el petróleo convencional de un modo racional. En cambio, en la que accedió a un permiso exploratorio, puede revocarlo y dejarlo libre para otro interesado.
Jorge Armani, gerente de Camespe (Cámara Mendocina de Empresas de Servicios Petroleros), advirtió que, en promedio, por cada 10 pozos que se exploran sólo uno es productivo. Con esto, resaltó que se trata de perforaciones exploratorias y sumó que están ubicados en la lengua norte de Vaca Muerta, no en la zona central, por lo que indicó que hay que esperar los resultados.
En cuanto al tiempo en el que se pueda tener esta evaluación, detalló que después de la fractura se hacen ensayos y en pocas semanas se puede suponer el potencial productivo, por lo que a fines de este año se debería conocer el panorama. Aunque sus años de experiencia en el sector lo llevan a contener el entusiasmo hasta que esto suceda, también comentó que, si los datos son positivos, hay muy buenas perspectivas de generación de empleo, de modo directo, y también de prestación de servicios por parte de las pymes petroleras mendocinas.
Necesidad de infraestructura
La caída de la producción de petróleo en la provincia está asociada al declive del rendimiento de las perforaciones existentes, por haber sido explotadas desde hace un buen tiempo, pero también a que, desde 2012, las inversiones se concentraron al otro lado del límite sur de la provincia. Vaca Muerta ofreció, a las empresas que podían dedicarse a la explotación no convencional, rendimientos comparativamente altos.
Por un lado, esto favoreció que pequeñas y medianas empresas pudieran acceder a áreas petroleras que quedaban liberadas por los más grandes -Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR) adquirió en febrero cinco que eran de una compañía que se enfocó en Vaca Muerta-, y eso diversificó el escenario, hasta ahora acaparado por unas pocas. Pero también hizo que Neuquén atrajera la mayoría de las inversiones importantes en el sector petrolero, en detrimento del resto de las provincias.
Y el gran desafío, aún para las que pueden llegar a explotar el petróleo no convencional -la ventana que podría abrirse para Mendoza- es cómo brindar condiciones para aumentar la productividad, cuando, por ejemplo, la arena que se utilizará en Malargüe para el fracking deberá traerse de Neuquén y eso implica costos de traslado.
Armani analizó que falta asfaltar caminos, ya que sólo está en condiciones la ruta que lleva a Malargüe, por lo que eso sería lo principal a resolver. El gerente de Camespe mencionó la cercanía de Pata Mora y de Potasio Río Colorado, que podrían servir como apoyo para la actividad petrolera en el Sur. Y sumó que seguramente todo se llevará a Neuquén, para que, por el oleoducto, llegue a los puertos, para poder exportar.
El director de Hidrocarburos de la provincia detalló que hace varios años se identificó cuál sería la infraestructura necesaria para acompañar el desarrollo de Vaca Muerta en Mendoza y que se planteó a Pata Mora como un futuro polo logístico industrial, minero y petrolero. Si los resultados son positivos, permitiría darle un empuje a este proyecto (que lleva un tiempo en cartera).
Schilardi reconoció que no hay tendido eléctrico en la zona, pero que está previsto construir una subestación en Potasio Río Colorado, que estaba comenzando a instalar Vale y toma alta tensión y la lleva a media, lo que demandará una inversión de unos U$S 50 millones a 70 millones, que deberá completar el futuro concesionario. Luego, acotó, será cuestión de que YPF acuerde con este privado una modalidad de uso conjunto.
Sobre la ruta 40, el funcionario provincial indicó que hay unos 100 kilómetros de tierra, que son jurisdicción de Nación y que está previsto terminar de asfaltar pero, cuando se hizo la cesión del contrato, hubo un error formal y ahora se debe aguardar a que se solucione ese problema.
Otro punto que incrementa el atractivo de Neuquén es el subsidio a la producción en el marco del Plan Gas, que, si bien es nacional, por ser esta provincia la principal productora, le implica un beneficio considerable. Schilardi mencionó que se debería generar algún incentivo similar, que favorezca al resto de las provincias petroleras que no tienen gas.
Treparon las inversiones
Como correlato positivo de la desaceleración de la caída en la producción petrolera en 2022, el año pasado hubo un incremento considerable en el monto de las inversiones en el sector, que alcanzó un 80% de crecimiento con respecto a 2021 y se alcanzaron los U$S 300 millones. Por otra parte, las empresas que operan en la provincia tienen diversas operaciones en marcha, con un total confirmado de U$S 170 millones que destinará a la concreción de diversos proyectos en los próximos 5 años.
Además del inicio de los trabajos en la Vaca Muerta mendocina, YPF invertirá U$S 50 millones en los próximos dos a tres años en la extracción de crudo extrapesado en Llancanelo, U$S 17 millones en la recuperación terciaria en Malargüe y otros U$S 17 millones más en áreas del sur: Chihuido de la Salina, Chihuido de la Salina Sur y Paso de las Bardas Norte.
Petroquímica Comodoro Rivadavia (PCR), que el año pasado obtuvo una prórroga por 10 años de la concesión del área El Sosneado, se comprometió a invertir U$S 18,95 millones en los próximos cuatro años, para perforar 6 nuevos pozos de desarrollo y 1 exploratorio, reparar 12 existentes, realizar acciones ambientales y construir facilidades de superficie.
Y Aconcagua Energía tiene compromisos vigentes en Atuel Norte, Chañares Herrados y puesto pozo Cercado Oriental, que podrían convertirse en inversiones por unos U$S 50 millones en los próximos cinco años.