Tras una cosecha menor al promedio y con un mercado que demanda, desde el sector industrial se agitó la vuelta del “vino a granel” importado, con el claro objetivo de planchar los precios en el mercado de traslado. Sin embargo, según confirmaron desde la Nación, para importar vino se tendrá que pedir un licencia, algo que complicaría los planes.
Como la cosecha de 2022 fue de 19,2 millones de quintales, menor al promedio, y los stocks vínicos están equilibrados, se planteaba la idea de traer vino. Cabe recordar que tras la cosecha de 2016 y la de 2017, las más bajas de los últimos 50 años, se importaron desde Chile, principalmente, unos 809 millones litros, según datos del Instituto Nacional de la Vitivinicultura (INV). En tanto, durante 2018 ese número bajó drásticamente a 26 millones de litros.
En general, para exportar o importar productos vitivinícolas definidos en la Ley General de Vinos 14.878 y normas complementarias, era necesario inscribirse en el Registro de Exportadores del INV. El trámite, aún necesario, involucraba a toda persona física o jurídica que busque exportar o traer productos vitivinícolas. El tema es que ahora el control sería más riguroso, ya que no solo basta con este registro, sino que habrá un análisis por parte del Ministerio de Economía de la Nación, dirigido por Sergio Massa.
Es importante aclarar que, en términos generales, para importar un producto se suele dividir entre licencia automática y licencia no automática (LNA). Como lo indica su nombre, las primeras son productos que ingresan sin trabas importantes, ya que como no se generan en el país se los deja ingresar sin mayores problemas.
En cambio, las LNA implican que cuando se quiere traer productos de ciertas posiciones arancelarias, se lo debe declarar en el Sistema Integral de Monitoreo de Importaciones (SIMI) y esperar la aprobación.
Evitar sorpresas
Gabriela Lizana presenta un doble rol, como referente de la Asociación de Productores del Oasis Este de Mendoza (Aproem) y como parte del estatal Banco de Inversión y Comercio Exterior (BICE). Integrante de la Secretaría de Producción, Lizana comentó a Los Andes que entidades vitivinícolas le plantearon a funcionarios medidas para proteger al sector productivo de las “constantes amenazas” de importación de vinos a granel. El pedido fue a Sergio Massa, a José Ignacio de Mendiguren (Secretario de Industria y Desarrollo Productivo) y a Jorge Solmi (titular de la Unidad de Coordinación Federal y Operativa Agropecuaria).
“Fue en el marco de una concreta posibilidad de importación que se dio este año y que se pudo evitar gracias a las gestiones que hicimos. En particular, fue un pedido a Sergio Massa y a los demás funcionarios y que se dio en el marco de una asamblea de economías regionales de CAME”, comentó Gabriela Lizana.
Finalmente, y en conjunto con restricciones a otros bienes importados, esta semana se anunció el paso a licencia no automática para la categoría de vinos varietales finos y demás presentados en envase de más de 10 litros (o sea, a granel). Según explicó Lizana, esto significa que no se dará la “sorpresa” de que se importe vino a granel sin la previa autorización y análisis de una supuesta necesidad.
“Para el sector productivo esto es una muy buena noticia porque la verdad desde hace mucho tiempo que se viene solicitando medidas que de alguna manera protejan a la producción de eventuales maniobras como las que sufrimos nosotros hace un tiempo. Cuando se permitió la importación de vinos a granel sufrimos un daño, en cuestión de precios de mercado, durante muchísimo tiempo, porque se aumentó innecesariamente un stock vínico que repercute directamente en la formación de precios”, opinó Lizana.
Poder importar vino
Desde Bodegas de Argentina (BdA) expresaron su sorpresa ante la medida, que además del vino a granel incluyó a las barricas, que hoy se producen en el extranjero. “La verdad que se está complicando un poco el panorama otra vez, vamos a ver cómo sigue, pero ninguna de estas son buenas noticias”, comentó Patricia Freuler de Ortiz, presidente de BdA.
“Cuando pasa a ser una licencia no automática pasa a la órbita del Ministerio de Producción y con esto lo que estarían evitando es importación de vinos, que según el año puede ser necesario. Por otro lado, las barricas que iban a pasar a ser un bien de cambio las incluyeron como licencia no automática, cuando es algo que no se puede producir en el país”, explicó la presidente de BdA.
Lizana aclaró que no se prohíbe la importación de manera definitiva, porque esto atentaría contra el comercio mundial, sino que en caso de necesidad y de un pedido de importación se pasará a un estudio y evaluación. De todos modos, en el marco de alguna cuestión que pueda llegar a ser meramente especulativa sí se descartaría la posibilidad de importar.
“Me parece que es importante dar a conocer esta medida porque de verdad protege mucho al sector productivo. Además es una medida fuertemente solicitada por la Mesa Vitícola Nacional, conformada por entidades de Mendoza y San Juan que insistentemente vienen pidiendo pasar este producto a LNA”, concluyó Lizana.