La agroecología, entendida como ciencia, movimiento y práctica de los procesos ecológicos en los sistemas de producción agrícola, se afianza cada vez más como una alternativa, no solo para cuidar al planeta en crisis ambiental, sino también para lograr una verdadera autonomía económica regional para los pequeños productores y productoras de la provincia.
El proyecto agroecológico que impulsan docentes y estudiantes de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales de la UNCUYO, desde su área de Extensión, sostiene ambos objetivos. “La sociedad ha comenzado a interesarse en temas relacionados con la sustentabilidad y el cuidado del medioambiente. Eso nos permite establecer un vínculo con las personas del departamento de General Alvear, sobre todo con los pequeños agricultores, para quienes, además, es una herramienta de producción sencilla y económica, que los ayuda a no depender de productos agroquímicos y, por tanto, de generar mayor autonomía”, explicó Noelia Lucero, docente de esa unidad académica y coordinadora del proyecto.
Mendoza y el desafío de ser pionera en legislar la agroecología
De este contexto emerge el proyecto de investigación “Agroecología, hacia una producción sustentable”, ganador de la convocatoria Jorge Sábato de la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales (FCEN) de la UNCUYO, que se desarrolla en el departamento de General Alvear. Esta iniciativa, en la que intervienen docentes y estudiantes de la FCEN, busca poner en valor el conocimiento y las prácticas de la agroecología a través de la producción de compost y vermicompost que permiten realizar un tratamiento de los residuos orgánicos. También se capacitó sobre el desarrollo sustentable de insecticidas, diseño de huertas orgánicas, microbiología del suelo, trampas para insectos perjudiciales para el cultivo y reproducción de plantas benéficas, entre otros tantos productos.
Etapas del proyecto
Las etapas del proyecto se están adaptando a la situación de pandemia. Al principio, se trabajó en forma conjunta con el Instituto de Sanidad y Calidad Agropecuaria Mendoza (Iscamen), y se brindaron, de forma gratuita, capacitaciones virtuales y talleres en agroecología para docentes y estudiantes de las escuelas secundarias del sur mendocino. Luego se sumó gente que estaba fuera de esa comunidad y fue, según Lucero, “muy enriquecedor, ya que el proyecto ha superado las barreras académicas”.
La convocatoria logró tener 183 inscriptos, entre docentes, estudiantes del sur mendocino con vínculos con familias que trabajan en la producción agrícola en su mayoría, y productores y productoras independientes. El éxito de la convocatoria fue tal que la capacitación online se ha extendido, recientemente, a diferentes escuelas y productores de otros departamentos del Sur, a interesados del Valle de Uco e incluso del Gran Mendoza. “Nos sobrepasó la demanda y se sumó gente de toda la provincia. Ya terminamos las capacitaciones y ahora estamos en pleno proceso de prácticas. En equipo o individualmente, quienes recibieron la capacitación deben elaborar alguno de los productos agroecológicos. Desde la facultad, acompañamos ese proceso”, explicó Lucero.
Actualmente se gestiona en la Dirección General de Escuelas que el personal docente involucrado en este proyecto tenga más puntaje, ya que la práctica demanda un tiempo y dedicación extra en ese sector. De esta manera, será más sencillo extender las capacitaciones a diferentes sectores productivos del territorio provincial.
Otro aspecto a destacar de esta propuesta es su carácter interdisciplinario, ya que articula con escuelas secundarias, organismos públicos como el Iscamen, el sector privado –representado por los productores y productoras– y la UNCUYO. Por eso, además, es una oportunidad para impulsar el diálogo entre distintos actores sociales sobre las formas de producción y consumos.
Las especies desaparecen a un ritmo de tres por hora, según el biólogo Edward O. Wilson, no solo por la deforestación y la contaminación: la producción en gran escala, la agricultura de exportación y la uniformización del consumo están aniquilando la diversidad. Por eso, bienvenidas son las prácticas y las ideas que buscan un mundo más equilibrado, más justo, es decir, con un futuro posible. Y si eso, además, aporta mayor independencia económica a los pequeños productores y productoras de Mendoza, el saldo siempre es positivo.
Romper con monopolios y ganar soberanía alimentaria
Natalia La Spina, bióloga y docente de la Escuela Técnica de Agricultura en General Alvear, fue una de las beneficiarias de la capacitación que brindó la unidad académica de la UNCUYO. Para ella, la mayor riqueza del curso fue “reforzar el cambio de paradigma sobre las prácticas sustentables, como también la amplia variedad de destinatarios que lograron aplicar los conocimientos, tanto a pequeña como a gran escala”.
“También sirvió para hablar sobre la soberanía alimentaria. El hecho de que cada familia pueda producir sus propios alimentos hizo que el curso abordara el costado social. El curso tiene una idea subyacente sobre agroecología y es que la gente no solo puede mantenerse elaborando sus propios alimentos de manera ecológica, sino también puede independizarse de cierto monopolio en el uso de las sustancias químicas”, completó la bióloga.