Presten atención, por favor. Cuando decimos que los espacios de difusión de la UNCUYO fueron creados para dar a conocer lo que la universidad hace para mejorar la calidad de vida de la sociedad que la contiene y la sostiene, nos referimos, por ejemplo, a esta historia que aquí contamos.
Quienes nacimos o nos afincamos y habitamos este valle supimos desde el inicio que debíamos cuidarnos de los temblores de este piso agreste, domado por el riego inteligente y la resiliencia de nuestros ancestros.
Sin embargo, también supimos que no todo puede ser previsto. De hecho, cada fenómeno natural que nos sacude nos pone en alerta para un segundo evento, que puede suceder de igual o mayor proporción. Entonces tomamos precauciones para no dañarnos y para resguardar nuestras estructuras familiares y sociales.
El ancla del proyecto
Esta reseña se remite a noviembre de este año pandémico con la iniciativa del Instituto Provincial de la Vivienda (IPV) y la Carrera de Arquitectura de la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO. La iniciativa se vio plasmada en un concurso de ideas con el objetivo de diseñar proyectos de casas que serán incorporadas al Laboratorio Provincial de Vivienda.
Ese concurso entre estudiantes de la cátedra Vivienda de Interés Social, dirigida por el arquitecto Jorge Mitchell, definió dos proyectos ganadores de las denominadas “viviendas emergentes”. Lo importante es la motivación de los y las concursantes, que miraron el contexto actual y decidieron encontrar herramientas para transformar esta realidad.
Cuenta el docente universitario que desde su cátedra se intenta tener una mirada “antigrieta”, es decir, inclusiva e integral, para que sus estudiantes despierten hacia la visibilidad de lo social, y además se trata de cumplir con la responsabilidad social que tiene la universidad pública con la sociedad que la sostiene.
Un rasgo importante que muestra Mitchell es la valoración que él les confiere a ciudadanos y ciudadanas que, aun con bajos recursos, sostienen el sistema educativo con los impuestos que tributan a través del consumo.
El escenario pandémico
“Hemos prestado atención particularmente al tema de la enfermedad COVID-19, es decir, a la situación de pandemia, que es una emergencia”, remarca Mitchell. Estas viviendas emergentes responden a la necesidad originada en la falta de infraestructura de las personas de los sectores populares que, a causa de no disponer de espacios adecuados sanitariamente, no pueden cumplir con el aislamiento obligatorio.
Justamente, esta carencia social estructural de ámbitos apropiados para el tratamiento de las personas afectadas por coronavirus se transformó en un escollo para las estrategias en la lucha contra la propagación de la enfermedad pandémica.
Lo ideado por los discípulos y discípulas del profesor Mitchell es una vivienda de uso temporal, no permanente, con la que se puede cumplir con los cuidados para superar la enfermedad hasta que se dé una solución definitiva de vivienda.
Son casas pensadas para ser ensambladas de manera rápida y sin dificultad, para que las mismas personas que las habitarán puedan levantarlas y son diseñadas para ser transportadas en las zonas de desastre.
Cómo son
Son viviendas que pueden ser armadas y desarmadas de un modo simple, hasta que sean demandadas nuevamente y se tengan que armar en otro lugar. La tecnología utilizada es de tipo racionalizada.
Para qué sirven
Son viviendas que han tenido gran respuesta en situaciones de emergencia, como pueden ser sismos, cambios climáticos o epidemias que exigen ciertas condiciones de hábitat. Es una alternativa para que una familia puede ser cobijada por un tiempo determinado hasta que encuentre una solución permanente.
De qué están hechas
Se utilizan tabiques livianos, en algunos casos que se encuentran en el supermercado. Son propuestas que incluyen materiales como placas de OSB (madera) o el Sip panel, algunos con características ecológicas. Se priorizan materiales regionales o nacionales por encima de los importados para abaratar costos y para asegurar la provisión.
Punto por punto
- El concurso de ideas “Viviendas Emergentes” surge gracias a un convenio firmado entre el IPV y la Facultad de Ingeniería de la UNCUYO;
- Participaron estudiantes regulares de la cátedra Vivienda de Interés Social de la carrera de Arquitectura;
- Los estudiantes aplicaron sus conocimientos y aportaron al desarrollo e innovación en las políticas de vivienda de la Provincia de Mendoza;
- Las ideas serán parte del banco de proyectos de Interés Social dentro del Laboratorio de Vivienda que depende del IPV;
- La caracterización de “vivienda emergente” surge de la problemática del hábitat social en situación de la pandemia de COVID-19 en los sectores populares;
- Se conformaron 11 grupos de estudiantes, que fueron asesorados y guiados por docentes de la cátedra, integrada por su titular, el arquitecto Jorge Mitchell, y su JTP, Dra. Virginia Miranda Gassull.