El gobernador Rodolfo Suárez impulsó con éxito la implementación de la boleta única electoral en nuestra provincia a través de un proyecto de ley que fue aprobado por ambas cámaras legislativas.
Al haber prosperado la iniciativa, el sistema de votación en nuestra provincia puede modificarse a partir del proceso electoral del año próximo, en coincidencia con las elecciones para cargos provinciales y municipales.
Lamentablemente, el principal sector opositor provincial no adhirió a la aprobación por aspectos que, es de desear, podrían llegar a ser aclarados en el tránsito hacia la reglamentación del nuevo sistema.
La decisión de encarar esta reforma por parte del Poder Ejecutivo provincial es un avance de trascendencia que debería tener resonancia a nivel nacional. Mendoza no sólo pasará a ser la cuarta jurisdicción en adoptar este tipo de votación, sino que, además, se suma al insistente reclamo ciudadano de mayor transparencia en los procesos de selección de postulantes a la hora de poder conocer muy bien las bondades políticas y la idoneidad de cada uno de ellos.
En el orden nacional, públicamente casi ningún referente político disiente con la innovación de la boleta única electoral. Sin embargo, está comprobado que en el momento de las concreciones siempre salen a la superficie excusas de diversa índole para no mover el expediente. Un caso similar es el denominado “ficha limpia”, que prioriza los antecedentes judiciales de los candidatos; Mendoza fue pionera en su instrumentación, mientras que en el Congreso de la Nación la iniciativa duerme en los cajones de la connivencia partidaria.
Con distintas adaptaciones, el mecanismo de votación aprobado por la Legislatura mendocina por iniciativa del Ejecutivo viene siendo utilizado con éxito en provincias gravitantes en lo electoral por su densidad poblacional, como Santa Fe y Córdoba. También ya se viene implementando en los institutos penales y entre los argentinos que votan circunstancialmente fuera del país.
Merece ponderación, además, el ahorro presupuestario que supone para el Estado reducir la impresión de boletas; incluso, el aporte en cuestiones ambientales, puesto que con la lista sábana la excesiva impresión lleva necesariamente a un descarte de boletas significativo.
De ahora en más, una vez determinada la oportunidad para poner en marcha el nuevo sistema de votación le corresponde al Estado provincial una seria campaña de información para que el ciudadano sepa bien en qué condiciones concurrirá a votar cuando corresponda elegir candidatos provinciales y de los municipios.
En este último aspecto es importante señalar que mientras a nivel nacional no se avance hacia el sistema implementado en Mendoza, en toda elección presidencial y de legisladores nacionales seguirá rigiendo el mecanismo de la tradicional lista sábana. Un detalle no menor que puede generar una dificultad para el votante en el caso de una cita electoral unificada (nacional y provincial a la vez).
Salvadas estas anomalías, debe celebrarse este nuevo avance institucional de Mendoza en el orden nacional. Avance que demuestra a nuestra aletargada dirigencia política que es posible seguir avanzando sin temor en mejoras que mantengan a Mendoza en la cima de la calidad institucional que supo ganar en su momento.