Resulta altamente beneficioso para la sociedad que especialistas de centros de estudios universitarios y organismos vinculados a la administración del agua se reúnan en encuentros y reflejen las posibilidades de tutelar mejor el recurso y proteger las condiciones del medio ambiente, siempre tan amenazado y propenso a degradaciones.
Ya han pasado más de tres semanas del Día Mundial del Ambiente, jornada en la que diversas organizaciones adhirieron a la campaña de difusión de Naciones Unidas, centrada en la restauración de las tierras agobiadas por el mal uso y la desertificación y en propender a fortalecer la resiliencia a la sequía bajo el lema “Nuestras tierras. Nuestro futuro. Somos la #GeneraciónRestauración”.
Una de las ratificaciones, reconociendo que hubo más acciones en otros ámbitos de investigaciones y estudio, se gestó en el Instituto por la Igualdad y la Equidad para el Desarrollo Sostenible, perteneciente a la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Mendoza.
Apelando a la técnica del encuentro académico entre uno o más teóricos, intelectuales o expertos, se realizó hace poco un conversatorio titulado “Reciclar por el agua sobre Economía Circular”, organizado por el Departamento General de Irrigación (DGI) por iniciativa del programa “Agua y Mujer DGI”, con la colaboración de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, el Instituto Nacional del Agua y la Facultad de Ciencias Jurídicas y Sociales de la Universidad de Mendoza. Participaron expertos sobre el tema y emprendedoras/es, cooperativas y pymes que reciclan y hacen sus productos con material reciclado.
Uno de los aspectos interesantes de la reunión que estamos comentando fue, que además de las exposiciones de especialistas en la materia, se escuchó las experiencias de personas que llevan adelante emprendimientos innovadores y con un claro sentido de la protección del ambiente y los recursos que deben ser cuidados.
Las disertaciones de los especialistas fueron valiosas, y por la síntesis de esta columna rescatamos conceptos de uno de los expertos en Economía Circular de la Facultad de Ciencias Económicas de la UNCuyo, Heraldo Muñoz.
Para este estudioso “uno de los mayores desafíos actuales para una provincia como la nuestra y el país en general, es ser capaces de desarrollar un nuevo modelo, basad en la armonía, que impulse la evolución consciente de la sociedad hacia la prosperidad y el bienestar”. Agregó que “el eje central de las empresas del siglo XXI debe ser el compromiso con la generación de valor compartido e impacto consciente en su entorno…”
Los logros obtenidos son diversos y alentadores, como los conseguidos por una firma que fabrica calzado con textiles y neumáticos reciclados desde 2013; o la Cooperativa de Recuperadores, cuyos miembros recuperan, clasifican y acondicionan materiales reciclables; o una empresa que elabora principalmente bolsos y carteras fusionando dos materiales principales, caucho y desechos textiles de cortinas blackout. Además, hay un grupo que recupera residuos electrónicos para la creación de joyas, objetos y regalos o una empresa dedicada a la fabricación de productos de plástico 100% reciclado, que reemplazan la madera, utilizando residuos de difícil disposición y de un solo uso.
La lista es más extensa, pero agregamos a otros emprendedores, uno de los cuales es pionero en Mendoza en la gestión de residuos eléctricos y electrónicos y una fundación que recicla telas, cartones para sus creaciones y la sección de Moda Circular.
Es prometedor que este modelo económico se extienda porque los beneficiados serán el ambiente y las personas al utilizarse la mínima cantidad de recursos naturales necesarios, incluidos el agua y la energía para satisfacer las necesidades de consumo y producción.
