La relación entre los bienes patrimoniales y su relación con las personas y la comunidad ha progresado en las últimas décadas y es así que mucho del acervo de la cultura y la arquitectura se encuentra preservado o mejor cuidados que antaño.
Pero, nunca se podrá proclamar una victoria definitiva en este tipo de cuestiones porque las dificultades para proteger los bienes, como esculturas, edificios históricos y otras expresiones del arte y la cultura, siempre estarán amenazadas por el paso del tiempo y las dificultades en lograr los adecuados mantenimientos por dificultades económico-financieras.
Un ejemplo palpable es el Museo Provincial de Bellas Artes Emiliano Guiñazú–Casa de Fader, en Mayor Drummond, que representa un orgullo para la provincia y la región. Si este complejo, templo de la pintura, no recibiera un adecuado proceso de conservación, entraría en una instancia de decrepitud de la cual sería muy difícil salir.
Mal momento por el que pasó en una época no tan lejana.
Estos y otros aspectos vinculados a la relación entre bienes patrimoniales y su relación con el turismo fueron analizados en una reciente “Jornada sobre Patrimonio Cultural y su articulación con el turismo y las políticas públicas de Mendoza”, llevada a cabo en La Enoteca, organizada por el Instituto de Ciencias Humanas, Sociales y Ambientales (Incihusa-Conicet) y el Fondo Vitivinícola de Mendoza.
La reunión tuvo como objetivo brindar un espacio de reflexión, intercambio de ideas y presentación de acciones concretas realizadas entre el Incihusa y diversos organismos públicos y privados, enfocadas en potenciar la cultura y el turismo de la provincia.
Los asistentes escucharon explicaciones de personas especializadas en el patrimonio y su cuidado y difusión, entre las que nombramos a la historiadora Beatriz Bragoni, titular del Instituto de Ciencias Humanas; Eliana Bórmida, arquitecta especializada en patrimonio, paisajes vitivinícolas y la inserción de bodegas en ese contexto.
Otras voces se explayaron sobre el valor del turismo, como Gabriela Testa, presidenta del Ente Mendoza Turismo (Emetur), mientras que la nueva directora de Patrimonio, Cristina Sonego, se ocupó de los diversos bienes culturales que tiene la provincia.
“La idea de este encuentro -aclaró Bragoni- es iniciar una conversación pública sobre temas y problemas de interés común, y seguir trabajando con énfasis en torno al tema que nos congrega, en el plano de la investigación básica y aplicada, con el objeto de mejorar y aumentar evidencias del patrimonio cultural mendocino”.
La arquitecta Eliana Bórmida dejó otro desafío. “Para desarrollarse la sociedad de manera sostenible, deberá proteger y promover su identidad en forma consciente, crítica y dinámica”.
La restauradora de bienes culturales, Cristina Sonego, hizo la presentación de un pre-programa macro para la preservación del patrimonio en el que se encuentra trabajando la Dirección de Patrimonio, desde una visión de encuadre del turismo cultural y patrimonial con implicancias sobre todo en el área social.
Con estos aportes, entre los que incluimos los formulados por Juan Carlos Marinsalda, representante de la Dirección Nacional de Arquitectura y ejecutor de la conservación de patrimonio de tierra bajo tutela de la Nación en Cuyo, hay que acordar en la necesidad de proteger y acrecentar la defensa de los diferentes patrimonios dispersos en la provincia, no sólo para el habitante de este suelo, sino también en atención a los miles y miles de visitantes que recibimos por año.
La importancia del turismo en esta discusión estuvo a cargo de Emetur y su titular, Gabriela Testa, quien como legisladora procuró la actualización de la Ley de Patrimonio, dando ingreso al patrimonio intangible, como, entre otros, los festejos populares, las celebraciones, la gastronomía, la lengua y la música.
