Las Naciones Unidas insisten en alertar sobre la perspectiva crítica del empleo intenso de la madera, tanto por el volumen de una enorme demanda a futuro, como por las amenazas a los bosques por el cambio climático, los incendios forestales, las plagas y las deforestaciones motivadas por grandes proyectos inmobiliarios.
Además, el organismo internacional hizo saber que se mantiene en niveles récord la producción mundial de madera y se proyecta que aumente hasta 49% hacia 2050.
En rigor, el organismo plantea el tema es la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), que pone sobre el tapete los “factores estresantes” que amenazan a los bosques del mundo.
Un futuro sostenible en torno al sector forestal requerirá que los países encaren determinados esfuerzos de conservación, tomen medidas de protección y velen por el patrimonio arbóreo mundial.
“El nivel récord de la producción mundial de madera, con proyecciones de que la demanda de madera en rollo (los troncos de los árboles apeados, sin copa y desramados), aumentaría hasta 49% entre 2020 y 2050, es el otro gran factor que amenaza a los bosques”, añade el informe FAO sobre el estado de los espacios forestados del mundo.
El estudio advierte que la intensidad y frecuencia de los incendios aumentan, incluso en áreas que no habían sido afectadas anteriormente por estos siniestros.
Los especialistas han estimado que durante 2023. los incendios liberaron aproximadamente 6.687 megatoneladas de dióxido de carbono (CO₂) a nivel mundial.
La FAO explicó que el cambio climático también convierte a los bosques en más vulnerables frente a las especies invasoras, los insectos, las plagas y los patógenos que amenazan el crecimiento y la supervivencia de los árboles.
Mientras tanto, la producción mundial de madera se mantiene en niveles récord. Después de una breve caída por la pandemia de Covid-19, la producción ha vuelto a rondar los 4.000 millones de m3 al año.
Un dato revelador es que alrededor de 6.000 millones de personas utilizan productos forestales no maderables y 70% de las personas pobres del mundo dependen de especies silvestres para obtener alimentos, medicinas, energía, ingresos y otros fines.
El documento sostiene que, dentro de este cuadro de situación, la innovación en el sector forestal acercará a la sociedad al logro de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
De acuerdo con la publicación citada, las reformas a aplicar tienen que ser tecnológica, social, política, institucional y financiera.
Un factor de descontaminación y mejor opción en sustentabilidad surgirá porque la adopción de madera en masa y otras variantes, permitirá reemplazar los productos de origen fósil en el sector de la construcción. Menciona también políticas destinadas a involucrar a las mujeres, los jóvenes y los pueblos indígenas en el desarrollo de soluciones lideradas localmente, e innovaciones financieras de los sectores público y privado para mejorar el valor de los bosques.
Este panorama no tan halagüeño abarca a nuestro país como importante productor maderero.
Mendoza, aunque no es una gran productora de este insumo, presenta una integración de actores oficiales, privados y académicos trabajando desde hace décadas en el incremento de la producción de madera, tecnologías de su aplicación a diversos usos y respuesta local competitiva a la demanda del material.
En tal sentido, corresponde resaltar el creciente uso de la madera en la construcción de viviendas sociales, salones y galpones de grandes luces y edificios de departamentos.
En obras de arquitectura e ingeniería, la madera está reemplazando al acero y al hormigón por sus altas huellas de carbono. Por eso localmente hay que tomar precauciones en la conservación del árbol.
