Distancia entre el gobierno y el sector industrial

Que un gobierno esté enfrentado duramente a la oposición, y más aún en tiempos electorales, es políticamente comprensible y está dentro del lógico juego democrático, pero que lo mismo ocurra con los sectores económicos más productivos es algo por demás preocupante.

Distancia entre el gobierno y el sector industrial
Distancia entre el gobierno y el sector industrial.

La ausencia del presidente de la Nación en la reciente celebración de la Unión Industrial Argentina tuvo fuerte impacto. Alberto Fernández no sólo no estuvo en la cita principal por el Día de la Industria; concurrió a otro evento en una empresa metalúrgica de Resistencia, Chaco, en compañía de sus principales colaboradores afines a dicho sector de la economía. Lo mismo hizo el gobernador de Buenos Aires, Axel Kicillof, que eligió estar en la planta de otra compañía.

En su discurso, el presidente de la asociación gremial de los industriales, Daniel Funes de Rioja, pidió que mediante el diálogo el Gobierno y la industria frigorífica puedan “resolver tensiones que hoy amenazan la continuidad” de ese sector de la carne. Cita puntual al efecto que los límites a la exportación de carnes que sigue promoviendo el Ejecutivo nacional.

Un asunto muy sensible que pone en alerta al empresariado en general ante el riesgo de extensión de las medidas a otros ámbitos de la producción.

Volvió a reclamar en nombre de este importante sector del empresariado por el peso de la carga tributaria vigente.

Y pidió que todas las empresas paguen lo que corresponda, “pero razonablemente”, remarcó el directivo.

También destacó y valoró el rol de la industria argentina para garantizar el abastecimiento de la población durante la extensa cuarentena por la pandemia.

El Presidente camina en todo momento lejos de los caminos de diálogo y búsqueda de acuerdos políticos. Por eso en la semana, en otro acto con motivo de la campaña hacia las PASO, dijo coincidir con la oposición, “por primera vez” desde que asumió, en la mirada diferente de ambos sectores sobre el modelo de país que se pretende instalar.

Pero al hablar marcó más distancias: “Está nuestro modelo, de un Estado presente y que da igualdades, y el otro modelo, el que no cree en la justicia social, nos endeuda y persigue a opositores”.

Grave error del primer mandatario, al pretender profundizar la confrontación en términos de campaña electoral en lugar de agotar públicamente su instancia al acercamiento y la búsqueda de consensos para gobernar con mayor armonía.

Es lo que le correspondería encarar al presidente Alberto Fernández para consolidar una base de sustentación política ante las constantes presiones de los diferentes espacios que conforman el conglomerado gobernante.

Por otra parte, los pedidos empresarios van en línea con un debate de ideas para favorecer la generación de empleo y por una sensible mejora en la producción que no siempre la dirigencia política parece dispuesta a considerar.

Lo que buscó hacer notar el empresariado industrial en este reciente evento es que, en un contexto de pobreza creciente y precariedad laboral, es imperioso imponer medidas flexibles que inviten a la relación laboral y no atemoricen a quienes deben generar fuentes de trabajo.

Que un gobierno esté enfrentado duramente a la oposición, y más aún en tiempos electorales, es políticamente comprensible y está dentro del lógico juego democrático, pero que lo mismo ocurra con los sectores económicos más productivos es algo por demás preocupante.

Es lo que sin embargo está haciendo este gobierno que a falta de un proyecto integral de país, no es capaz de integrar a la Argentina económicamente productiva para construir el futuro y entonces decide confrontar.

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