Cuando todavía conducía a Alemania y era líder de mucho respeto en el mundo, Ángela Merkel valoró con firmeza la función del periodismo crítico, al que defendió con énfasis de cualquier presión gubernamental para buscar silenciarlo por considerar que dicha modalidad representa un modo totalitario de ejercer el poder.
Las expresiones de la destacada política se produjeron en los primeros meses de 2020, con motivo de celebrarse los 75 años de prensa libre en Alemania a partir de la caída del nazismo.
En aquel momento el diario Los Andes celebró esos conceptos y lo reflejó en este mismo espacio.
Por eso consideramos que cuatro años después la realidad obliga a reiterarlos.
Dijo en aquella oportunidad la señora Merkel que en democracia se requiere proyectar distintas perspectivas de la realidad y la diversidad de opiniones.
Agregó que, en ese marco, la tarea periodística es fundamental para que la ciudadanía pueda discernir entre la información veraz y la muchas veces falsa o desenfocada intencionalmente que suele circular a través de las redes sociales y medios no profesionales.
Otra enfática referencia a la prensa libre por parte de la señora Merkel fue la que sigue: “Los periodistas deben poder confrontar a un gobierno y a todos los actores políticos con una perspectiva crítica”.
Aquellas contundentes menciones de una de las referentes que tuvo la Unión Europea no sólo sirve como ejemplo de un justo respaldo a medios y comunicadores en general, sino que constituye una fuerte advertencia a la generalidad de políticos de cualquier país, en especial a los que pertenecen a democracias consolidadas, para que nada induzca a buscar en la prensa libre los necesarios efectos del disenso.
Por otra parte, debe añadirse que todo lo expuesto sintoniza con los preceptos de las Naciones Unidas con respecto a la libertad de prensa, que indica que el periodismo libre, pluralista e independiente “es un componente esencial de toda sociedad democrática”.
En nuestro país las presiones a la prensa se intensificaron, vale señalarlo, durante los años de gobierno del kirchnerismo.
La investigación de profesionales de la comunicación puso a la luz un lamentable sistema de corrupción que jaqueó a las instituciones de la República y enriqueció a familiares y allegados.
El hostigamiento a la prensa independiente pasó a ser una estrategia, complementado con la colaboración de medios de comunicación alineados con la conducción del Estado para denostar a opositores y periodistas libres.
Es por ello que se lamenta en estos momentos que se reiteren calificativos controversiales hacia el periodismo por parte del actual Presidente.
Es evidente que tales agravios responden al ímpetu de su carácter, que lo lleva a confrontar por sus ideas, de igual modo que con la prensa, contra instituciones y personas sin tener en cuenta muchas veces el tipo de afrenta que lanza.
Aceptando que es loable la línea de gestión del gobierno libertario a favor del esclarecimiento de ilícitos cometidos durante años en la administración del Estado y del saneamiento de las cuentas públicas mediante la reducción o supresión de servicios innecesarios, no es posible aceptar de parte del Poder Ejecutivo una embestida constante e injusta hacia quienes desde los medios llevan a cabo una crítica sana, que lo que pretende es alentar a un gobierno sin experiencia de gestión y en minoría legislativa a viabilizar sus reformas en el marco del consenso democrático.