El Poder Ejecutivo nacional impulsa, a través de un proyecto de ley remitido al Congreso a través del Ministerio de Economía, introducir reformas en el funcionamiento del Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (Indec).
Entre otros aspectos se pretende que la elección de sus directivos tenga acuerdo del Poder Legislativo y también crear una llamativa Comisión Bicameral de Seguimiento del Sistema Estadístico Nacional, que, entre otras atribuciones, podría sugerir la remoción de la conducción del organismo por diferentes razones.
En primer lugar, se debe recordar que el Indec atravesó entre 2007 y 2015 una etapa turbulenta, en la que su funcionamiento se vio afectado como consecuencia de la manipulación de datos ordenada por el poder de turno en ese tiempo, el kirchnerismo.
Quien llevó a la práctica las órdenes del Poder Ejecutivo fue el entonces secretario de Comercio, Guillermo Moreno, responsable, a su vez, de la intervención del Indec, dispuesta para hacer públicos datos falsos sobre la economía y la evolución de los precios. El llamado “apagón estadístico” orquestado por el kirchnerismo tenía sustento en el insólito pensamiento de sus principales referentes, como el del por entonces ministro de Economía Axel Kicillof, que sostenía públicamente que medir la pobreza entre la población, otra de las funciones del Indec, significaba “estigmatizarla”.
Dicha situación anómala condujo a la participación esclarecedora de las consultoras privadas, que con el apoyo de la oposición política de entonces consensuaron todos los meses lo que se conoció como el índice inflacionario del Congreso de la Nación, con el que se reflejaba el real deterioro de la economía y del poder adquisitivo de la gente.
Con la asunción de Mauricio Macri, el Indec volvió a la normalidad y recuperó credibilidad. El nuevo presidente de la Nación nombró al frente del organismo a Jorge Todesca, un respetado economista con experiencia en la función pública a través de cargos importantes en los gobiernos de Raúl Alfonsín y de Eduardo Duhalde. Justamente, durante la embestida kirchnerista al organismo estadístico Todesca trabajó en una consultora económica privada, en donde su aporte fue muy grande para contrarrestar públicamente aquellos datos falseados que divulgaba el Gobierno.
Afortunadamente, la seriedad profesional de Todesca dejó en el Indec una vara muy alta, una impronta que ha venido respetando en estos tres años de gobierno de Alberto Fernández quien fue puesto a cargo de la conducción desde diciembre de 2019, el economista Marco Lavagna. Al asumir, éste resaltó lo hecho por su antecesor, Todesca, del que afirmó que “tuvo como objetivo la confiabilidad y la rigurosidad técnica del Instituto”.
Como a la gestión de Macri en su momento, a la actual administración kirchnerista la saludable transparencia operativa del Indec le aporta periódicamente números desfavorables de la economía y del nivel social de la población, cifras que demuestran los sucesivos errores en la implementación de políticas públicas. Esto comprueba, por otra parte, la autonomía de funcionamiento del organismo, totalmente alejado de presiones o intereses sectoriales de toda índole.
Por lo tanto, será importante que las reformas que sugiere el Gobierno para la operatividad del Indec encuentren en el Congreso un marco de debate serio, que principalmente ponga a resguardo la calidad operacional e informativa de dicho instituto y lo mantenga alejado de innecesarias y ocasionales presiones partidarias.