Ha trascendido en distintos medios de comunicación nacionales y del exterior que la Federación Internacional del Fútbol Asociado (FIFA) habría solicitado el cambio de nombre de los estadios en que se desarrollará el Campeonato Mundial Sub 20 a disputarse en nuestro país entre mayo y junio.
Mendoza será sede de un grupo de encuentros de la competencia y la sede, obviamente, nuestro estadio Malvinas Argentinas.
Hace algunos días se coló la posibilidad de que el complejo deportivo del Parque General San Martín podría pasar a denominarse Estadio Mendoza, para la difusión del acontecimiento a nivel mundial y lo mismo ocurriría con las otras sedes, que son el Diego Maradona de La Plata donde se disputará la final -rebautizado así después de su muerte el 25 de noviembre de 2020-; el de Santiago del Estero, Madre de Ciudades –base del partido inaugural- y el Bicentenario de San Juan.
De todos modos, en las últimas horas se negó esa posibilidad y todo parece indicar que no se tocarán las denominaciones de los complejos que albergarán los encuentros de esta cita mundialista.
Es verdad que el primer nombre del escenario local fue Estadio Ciudad de Mendoza, pero fue retitulado con su nombre actual en honor a la guerra de Malvinas de 1982, contra el Reino Unido, y también como expresión de reivindicación de esos territorios insulares australes que nos pertenecen por legítimo derecho. Creemos que se ha hecho una correcta defensa del nombre del espacio deportivo, no solo por parte de las autoridades provinciales sino también por funcionarios nacionales. Y por supuesto, ni que hablar de los veteranos de guerra.
Hubiera sido una mala decisión no haber intervenido a tiempo e impedir la alteración de la identificación del lugar, ya que la difusión mundial del evento permitirá consolidar nuevamente que esas islas son argentinas, en la medida en que los partidos se televisarán tendrán una difusión mundial.
No sabemos si el peligro de alteración del nombre ya ha quedado superado. Pensamos que sí en razón de la rápida reacción que hubo en el país, en los directivos de la AFA y en ámbitos del Gobierno federal, descartada además la posición de la administración mendocina en el mismo sentido.
Además, y más allá de que sería inaceptable cualquier alternación en la denominación del estadio, hay que recordar que en el mismo lugar se disputó en 2001 una fase del el Mundial Sub 20 del 2001, que ganó el seleccionado juvenil que comandaba José Pekerman. Lo integraban Ucrania, Estados Unidos, China y Chile.
Con prescindencia de aquel Mundial de 2001, en la misma locación se disputaron torneos internacionales de rugby: el Mundial M21 de 2005 y el Rugby Championship.
Sostenemos que los cuatro estadios elegidos en el territorio nacional para esta disputa ecuménica deben mantener sus denominaciones originales, especialmente la cancha mendocina por las características de su identificación, que hace a una causa nacional que no tiene grietas ni deferencias entre los 47 millones de seres que habitamos este suelo.
Por supuesto que no se podrá impedir que la misma FIFA, mencione a nuestro complejo solamente como “Mendoza”, tanto en las comunicaciones oficiales como el fixture.
Ni que Inglaterra y los países alineados con la nación europea, utilicen en la difusión del evento las nomenclaturas que deseen, pero la base tiene que ser que el nombre del sitio no se puede alterar en origen y así se difundirá en las comunicaciones latinoamericanas y en las naciones que nos apoyan en nuestro justo reclamo.
