El Banco Mundial acaba de sumarse a los organismos multilaterales, consultoras y economistas que advierten que el rebote económico de la Argentina durante este año se reducirá al mínimo en 2022, al tiempo que insistió en la necesidad de reformas estructurales.
La entidad prevé una recuperación de 7,5 por ciento en 2021, mientras que la expansión apenas superará el dos por ciento el año próximo y en 2023.
De tal modo, la economía local recuperará el nivel que tenía en 2019 recién dentro de 15 meses, acompañado de una elevada inflación, que hará más difícil el crecimiento de las empresas y acotará el consumo de las familias.
El Banco Mundial sugiere a la administración de Alberto Fernández acordar con el Fondo Monetario Internacional (FMI) para evitar que se acelere más la inflación.
La desaceleración que se había insinuado durante cinco meses, tras alcanzar el 4,8 por ciento en marzo último, se interrumpió en septiembre. Cálculos extraoficiales prevén un índice de entre tres y 3,3 por ciento.
La falta de un plan económico que tienda a la estabilidad macroeconómica es señalada como el telón de Aquiles de la actual gestión que conduce el ministro Martín Guzmán, sometida, por otra parte, a fuertes disputas entre las facciones que integran el Frente de Todos.
La crisis se acentuó luego de la fuerte derrota que sufrieron los candidatos oficialistas en las elecciones primarias del 12 de septiembre, que obligó a cambios en el gabinete nacional y a una política más laxa en cuanto al gasto público.
Tras la debacle en las urnas, el Gobierno acudió a subsidios y a anuncios electoralistas para poner plata en el bolsillo de trabajadores, jubilados y beneficiarios de planes sociales.
La batería de anuncios obligó a la emisión de más de mil millones de pesos diarios ante la escasez de recursos de la administración central, el cierre del crédito externo y la falta de reservas líquidas en el Banco Central.
El aluvión de pesos comenzó a trasladarse a los precios
El Banco Mundial advierte que la Argentina se suma a los riesgos que presenta Latinoamérica, entre ellos, “un posible resurgimiento del virus con la llegada de las estaciones más frías; la persistencia de presiones inflacionarias; el elevado endeudamiento empresarial, y el creciente déficit y endeudamiento público”.
El organismo se suma a las voces que recomiendan “replantear las prioridades del gasto público para hacerlo más eficiente, y potenciar los ingresos”.
La andanada de las últimas medidas parece ir en la dirección contraria, pues la gestión de Alberto Fernández reforzó el cepo al dólar, limitó las importaciones y desalentó exportaciones básicas, como la de todos los cortes de carne.
La alianza electoralista con los grandes sindicatos agrupados en la CGT, a los que se otorgaron millonarios subsidios para sostener las obras sociales, acompañados de polémicas iniciativas parlamentarias, también es otra señal incorrecta para el crecimiento sustentable.
La mirada electoralista del Gobierno pone en juego la posibilidad de una recuperación que deje atrás la década de estancamiento que atraviesa el país.